domingo, 8 de junio de 2008

Ya queda menos

Ayer estaba yo tumbada al sol, tostándome apaciblemente, y hoy regresa el diluvio. Es la Asturias al revés. Cuando era niña llovía de Septiembre a mayo, casi sin interrupción. Salías de casa con el paraguas, siempre. Llevarlo era un acto reflejo, como ponerse los zapatos. De un tiempo a esta parte, los inviernos nos dejan sol y las primaveras son grises. Veremos cómo viene el verano. Tal parece que la invasión argentina haya obrado prodigios. Ahora decimos "che" y "vos", hay helado de dulce de leche, hacemos "asados" y no "parrillas", bebemos mate. Y hasta el clima imita al del cono sur. Acabaremos todos bosteros sin remedio.
El trabajo me tiene machacada. Por alguna extraña razón los de mi gremio sufrimos de un mal crónico. Vivimos cada fracaso como nuestro. Los logros son de los chavales. Deformación profesional, supongo. Eso hace que hablemos mucho más de todo aquello que se tuerce. Y no es por hacernos los lastimeros. Es que, realmente, lo asumimos como un error imperdonable y hasta nos cuestionamos la vocación y la valía. Es típico. Mientras tanto, todo aquello que sale bien pase desapercibido a nuestros ojos. Supongo que por eso no hablo de Mudito, ni de Chino, ni de Iblis, Bereber, Guinea o Senegal. Están ahí y cumplen con lo suyo. Por eso tampoco mencioné que Bobo lleva meses luchando contra el disolvente y que hemos pasado de las continuas llamadas a la policía a las charlas y la risa. Bobo es agotador, desde luego, incluso cuando está bien. Reclama tal cantidad de atención que te deja sin energías. Todo vale en su particular universo, desde colgársete del cuello tres horas de reloj hasta dedicarte todo tipo de insultos. Porque es broma. Y como lo sabe él, tú debes saberlo forzosamente. El trabajo con Bobo es constante. Siempre andamos enseñándole la manera de relacionarse, porque el mundo no tendrá piedad con un menor inmigrante, enfermo mental y adicto. Intentamos explotar sus enormes momentos de lucidez, aplaudir su lucha y soportar con paciencia sus explosiones. Obviamente no es el mismo Bobo que nos dejaron en febrero, pero algunas veces... Ayer fue una de esas. Resulta frustrante y te culpas, te culpas cuando se te acaba la paciencia, te culpas cuando estás más cansada de lo habitual y decides poner un poco de freno. Te culpas porque deberías haber aguantado el dolor de espalda y permitirle que siguiera colgado en peso muerto de tu cuello, o tirándote del pelo, o zarandeándote en uno de sus juegos violentos. Pero no lo aguantaste, porque llevas así meses, porque te cansas, porque ayer no estabas de tan buen humor como otras noches, porque te falló el autocontrol y porque en el fondo sabes que nada de eso es educativo. Evitas los ataques de ira, sí, pero a qué precio? La vida no le va a consentir tales caprichos, por qué debes tú hacerlo para evitar que se enfade?
Sabes todo eso y sabes que no has hecho nada malo, pero el poso es amargo. Te tocó escuchar insultos, te tocó aguantar el ataque, los golpes, las patadas, los gritos. Te tocó respirar hondo, pero ayer no estabas para pedagogías. Cuando ocurre eso, cuando el cansancio te pesa mucho, pasas. Te rindes hasta nueva orden. Ayer me rendí, metí las manos en los bolsillos, no solté discursos ni traté de razonar. Ayer retiré toda mi atención al niño del berrinche, salí a fumar, me escondí, pasé de todo. Brun estaba harto también (él, que nunca logra agotarse la paciencia) y tras un pequeño intento optó por desentenderse. Nuestra actitud sirvió para incrementar el consumo (no te vengas de nosotros, criatura, te perjudicas tú mismo) pero al menos sirvió también para lograr silencio. Bobo se enfadó y se encerró en su cuarto. Y El Ñeru pudo descansar.
Necesito esas vacaciones, necesito ese mes lejos de ellos, lejos de todo. Olvidarme hasta de sus caras y de sus nombres. Y no pienso sentirme culpable por ello. Quiero escaparme contigo y olvidarme de todo. Vámonos, Trasto. Ya queda menos para Septiembre.

5 comentarios:

too_fast_manu dijo...

no te sientas culpable por se humana, ten en cuenta que eso mismo les ha pasado a nuestros padres con nosotros y que lo mismo nos ocurrira algun dia con nuestros hijos, asi que como no te va a pasar a ti con unos mocosos que son incapaces de darse cuenta de todo lo que les esta ofreciendo la vida... pero seguro que merece la pena porque almenos alguno de ellos cuando cumpla los 30 y se acuerde de vosotros se dara cuenta de todo lo bueno que hicisteis por el cuando era un mocoso asustado en un pais extraño y con gente muy diferente a lo que estaba acostumbrado.

Por lo de estar esperando con impaciencia tu mas que merecido mes de vacaciones y sentir ansias de desconectar no debes de sentirte mal contigo misma pues eso es lo sano porque de esa forma cuando regreses tendras las pilas recargadas y lo retomaras todo con mas ansias y con fuerzas renovadas. Por otro lado yo tengo unas ganas inmensas por poder disfrutar junto a ti de esas vacaciones que hemos planeado juntos.


Te quiero brujita.

Rogorn dijo...

Yo creo que hiciste bien, y que deberías hacerlo más a menudo. Sabes que no es por egoísmo tuyo, sin por el bien de él.

Supongo que tu profesión provoca mucho cinismo y pesimismo: no es que el vaso se vea medio vacío, sino que si está lleno al 80 por ciento, se verá 20 por ciento vacío. Si algo se puede torcer, se torcerá. Y además, se torcerá de una forma que nadie preveía, para mayor jodienda. Y quizá sea sano aplicar tal visión alatristesca, pero de vez en cuando él también se daba alegrías.

Así que no te me des a la bebida ahora, pero sí, disfruta de la parte buena. No, las vacaciones no. Las otras partes buenas, jeje.

Lenka dijo...

No, si lo sé, chicos. Lo tengo asumido. Pesimistas, cínicos y siempre con la voluntad tambaleándose. Y, sin embargo, allá vamos. Conozco pocas vocaciones tan intensas como esta. Es curioso, porque nos rendimos, porque a los dos meses currando ya tenemos muy claro que el mundo es rematadamente feo y no tiene arreglo. En este trabajo te duran poco los sueños, la ilusión. Sales de la facultad con el título debajo del brazo, convencido de que vas a cambiar el sistema (bendita ingenuidad), y antes de los 25 años sabes perfectamente lo estúpido que eras, que no cambiarás nada porque el propio sistema no te lo permitirá y porque no es tan fácil ayudar a la gente, no siempre quieren que se les ayude. En tiempo record te estallan los sueños en la cara, pasas la depre de la desilusión, estás quemado y el cinismo te sale por las orejas. Sabes que los logros serán mínimos frente a los fracasos, y cada uno de esos logros será una pequeña e íntima historia que a nadie le importará un cuerno. Y que no cambiará nada. Siempre estás empezando otra vez.

Y aún así... ahí seguimos. Por cabezonería, o quizá porque la gente de mi gremio tiene una vocación a prueba de bomba. O qué sé yo. El caso es que sigues en la brecha años y años, toda tu vida, a pesar de haberte rendido desde el principio. Muy alatristesco, verdad, Ro???
;-)

Ay, sí, Trasto. Que llegue Septiembre, que llegue de una vez para poder perdernos por las carreteras. Quiero pueblitos, castillos, catedrales góticas, árboles, rincones, quiero vino y paseos junto al Sena, tardes de sol y estrellas para contar, y kilómetros... Olvidarme del mundo contigo.

Salem6669-Satori6669 dijo...

Animo Len,
ya queda menos pa septiembre,
ya casi casi que tá ahí,
y aún queda muchísimo para octubre ;o).


Esperando más cartas a los Búhos y yo quiero fotos de esos pueblitos,
catedrales góticas,
castillos y estrellas,
y bueeeeeeenoooo si en alguna salís tú y el too_slow ;oP no me quejaré

Besinos

Guaja dijo...

Estan haciendo tantos estragos los argentinos ......

Respecto al curro no puedo decirte nada que no sepas. Solo que septiembre no esta tan lejos como parece.