lunes, 24 de septiembre de 2007

Todo abandonado!

Estoy frita. De currar siempre a trompicones y luego pasarme semanas y semanas sin que salga nada. Del negro al blanco. Estoy realmente cansada. Contenta, no me puedo quejar demasiado. Trabajo es trabajo, aunque parezca que mi sino es ser una eventual el resto de mi vida. Pero sí, me quejo. Un poco al menos. Me quejo porque necesito dormir y no puedo. Porque tengo mil cosas pendientes. Hace tanto que no escribo nada... se me acumulan las ideas. Tengo mono de teclear, y también, claro, de agarrar un libro y pasarme un día entero hipnotizada, hasta que me duelan los ojos. Se me están acumulando peligrosamente sobre el escritorio, y cualquiera que me conozca sabe la mala leche que eso me provoca. Y tantas películas esperando ser vistas...
Necesito tiempo con mi gente. Porque el tiempo que tengo, aunque divertido, casi parece una obligación. Corre, sal, diviértete, bebe, baila, no mires el reloj, mañana será un día horrible, irás al curro hecha unos zorros, pero qué demonios, vive! Lo paso bien, lo paso realmente en grande, pero el cuerpo me pide un poco de calma. Al menos a ratos.
Me quejo porque no pude estar con Marquines, mi primo, el amor de mis amores, en el que sin duda fue uno de los días más felices de su vida. Porque tengo a la familia abandonada. Porque sé de amigos que no están en un buen momento y no puedo dedicarles tiempo, ni charlas, que es lo único que sé hacer. Porque me apetece una larga tarde de cafés con mi Guaja y preguntarle cómo está, si es feliz, cómo lo lleva. Y me apetece cine, y paseos, y noches largas de besos largos... Pero todo llegará. Ya queda menos.
Mientras tanto, espero que me perdonéis, los de este lado y los del otro, por tal estado de abandono. Os quiero y os recuerdo. Necesito, eso sí, un pequeño favor. Que me sigais vigilando La Torre unos días más. Por si volvieran los búhos.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Bicho

Sencillamente, no me puedo creer que esta canción EXISTA! Pero claro, no sé de qué me sorprendo. Cuando el cosmos decide ponerse guasón, no se anda con tonterías. Pues nada. Esta es para ti, porque me da la gana. Y me importa muy poco si puedo o si debo. Como digo siempre en estos casos: denúnciame!


Tantas risas esparcidas por ahí,
yo delirando, corazón, esto va así,
tanto que sí, que no, que sí, que no, que sí,
déjame al menos un trocito para mi.
Cómo pica recordarte...
qué delgado me dejaste...
Y es que tú no me ves, y es que tú no me ves, tú no me ves, y es que tú...
Bicho, eres un bicho...
vuela bicho, eres tan bicho.
Bicho, eres mi bicho...
vuela bicho, alto y preciso.
Veo peliculas, no paro de mentir,
sales en todas al principio y en el fin.
Tengo resaca de brugal y burger king,
tengo un poquito de materia para huir.
Cómo pica recordarte...
qué delgado me dejaste...
Y es que tú no me ves, y es que tú no me ves, tú no me ves, y es que tú...
Bicho, eres un bicho...
vuela bicho, eres tan bicho.
Bicho, eres mi bicho...
vuela bicho, alto y preciso.


Lástima que no haya forma de encontrar el vídeo...

lunes, 17 de septiembre de 2007

Con el Joe Bar Team


Después de años y años de retiro, de vivir de rentas y suspirar recordando las "hazañas" de aquella tribu de colgados (mi viejo, Pepe Leches, el Rendi, Baldo, Calichi y compañía, sin olvidar a sus sufridas parientas) me sacudo el polvo y una nueva generación de moteros entra en mi vida quemando rueda. Y no ha cambiado nada. Los mismos piques, las mismas bromas sangrantes hacia "esas mierdas japonesas", las mismas cafradas... Ahora hay más tráfico, radares, y una burra parece la mitad de lo que eran antes (pero también pesa menos, así que vuela más) Pequeños detalles a un lado, es la misma historia. "Vamos de tranquis". "Ah, pero, ¿vosotros atacabais?". "Si pasa ese, paso yo". "Tira, que libras". "¿Nos habrá pillado el radar?" "No la doy, no la doy, no la doy..." Siguen siendo frases míticas. Y claro, también hay actitudes míticas. Clavadas de frenos, adelantamientos en masa, plegadas gloriosas, tramos puntuables, rascadas de rodilla, Alsas traicioneros, coches que se pican, ciclistas que hacen la señal de la cruz... y, a veces, hasta te da tiempo a ver el paisaje. Y el cuentakilómetros...
Un día de lujo. Con castaña icluida (estos críos...) Ha sido una gozada conoceros y que me dejarais estar ahí. Mamel Bayeta, Too Fast Manu, El Muñeco Michelín, Frozo y compañía. ¿Cuándo es la próxima?

GAS!!!!!

viernes, 14 de septiembre de 2007

Y sin embargo, les quiero


Una se siente rara cuando comprende que quiere a un montón de personas a las que apenas conoce. O a las que, en teoría, apenas conoce. A veces ni siquiera eres capaz de recordar su verdadero nombre. A veces sólo son un apodo y un dibujo. Luego se hacen corpóreos y resulta extraño. Se cumple esa sensación de "nunca te había visto, pero es como si te conociera de toda la vida. Somos amigos".


Hay algunos de los que no podrías decir su edad, en qué trabajan exactamente, en qué año nacieron, cómo se llaman sus padres, si aman a alguien, qué es lo que más desean. Y, sin embargo, les quieres. Porque sabes otras cosas, cosas que tal vez puedan parecer superficiales o ridículas a la gente sensata. No soy sensata. Querer no es sensato. Cómo se puede querer a alguien de quien sólo sabes qué canción le hace levitar, cuál es su autor predilecto, con qué película llora siempre? Se les quiere. No hay explicación. Hay algo misterioso y secreto que te une a ellos. Y cuando se van, notas el vacío.


Os quiero, chicos. Aunque no tenga sentido.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Tira, que libras


Aunque, en realidad, esta entrada debería llevar por título: "Pa habernos matao".


Hacía mucho, mucho tiempo que no cabalgaba. Demasiado. Lo cual, siendo hija, hermana, prima, sobrina y amiga de moteros, tiene delito. Hoy hemos tenido un buen día, cosa digna de celebración por estos lares. Su Majestad, Lorenzo el Escaso, reinó en los cielos. Había que aprovechar la ocasión. Así pues, a lomos de la burra, pusimos rumbo a la más Viciosa de las Villas. Mentiría si no dijera que me sentí extraña. Pero, entendedlo, este es mi primer jinete, exceptuando a mi pater. Ni siquiera con mi propio hermano, sangre de mi sangre, he osado aún salir a dar unos bramidos. Y eso que, en palabras del Gran Jefe, el chiquillo es "un crack". Lo dicho, que no las tenía yo todas conmigo. Vaya por delante que siempre he sentido pavor por los coches y una enorme afición por las motos. Pero claro, debo puntualizar: por LA moto. La de mi viejo. Encima de esa ya nos podíamos poner a 280 (tranquilo, Radio, que la Teniente Coronel no tiene internet en casa) que yo ni me inmutaba. Era mi papi. Era DIOS. Con él no podía pasarme nada. Y, en fin, una tiene asumido que todo motero es un cafre por definición (les honra que lo son mucho menos cuando no ruedan solos) pero no se controla el grado de cafrismo. Eso lo averiguas con el tiempo. Así que es normal que esta tarde yo estuviera con la ceja levantada. Montura nueva. Jinete nuevo. A ver qué pasa.


Pasó que nos tomamos unos cafelitos con hielo en la Villa, charlamos y se nos hizo casi de noche. Volvimos mucho más tranquilitos y formales, con un cielo rojo impresionante, con Venus haciendo guiños (lo mismo era un jodido satélite, pero es que lo de Venus queda mucho más poético) y no nos zampamos un ostión del quince por el canto de un dracma. Esas plegadas gloriosas, con un Alsa por el otro carril... pasar por encima de una puñetera rama y que se te vaya la moto de atrás... impagable ese segundo. Te da tiempo a mucho. A preguntarte si el autobús ya pasó. A contar cuántos coches venían detrás de él en caravana. A imaginar al detalle la trayectoria del leñazo, invadiendo el carril contrario y estampándote contra algún monovolúmen... cierras los ojos, claro. Y las piernas. Te agarras a la moto y al motero como un koala. Como si sirviera de algo! Pero no, no te la das. No te la das porque los neumáticos estaban calentitos, porque el motero es un figura, y, sobre todo, porque Dios no estaba mirando. Hoy no tocaba.


Llegas a la civilización, al primer semáforo y comentas la jugada. Los respetables de corbata. Bonito estreno hubiera sido. Y te da la risa, claro. Una historiera más para contar. Pero bueno, no pasa nada. Piloto experimentado y copiloto experimentado. Otra cosa no, pero de paquete tengo millas para aburrir. No miento: me pasa eso con el Gran Jefe y ni pestañeo. No te lo tomes a mal, Machine, es que contigo soy nueva. Pero tranquilo, que hace falta algo más que una rama traicionera para quitarme el vicio.


Lo dicho: Ribadesella para cuándo??


miércoles, 5 de septiembre de 2007

Chau, bebé



La luna triste de hoy se la dedico a mi bebé peludo, Lenny, el psicópata, el mini Gardfield. Tras una extraña vida gatuna de caídas, bizqueos, ataques de mal genio, equilibrio precario, pupilas siempre dilatadas y otras rarezas, la sospecha de que algo malo crecía en su cabecita se confirmó. Ayer noche, Lenny se tumbó en su cesta y no quiso volver a moverse. El veterinario confirmó una parálisis debida, seguramente, a una trombosis. Dijo que su sistema nervioso estaba afectado, que por eso no podía caminar, que veía mal y estaba muy débil. Que podía intentar remontarle, pero quedarían secuelas. Pensé que no era muy sensato ni muy humano dejarle más secuelas a las que mi enano ya traía de fábrica. Mi madre salió corriendo hecha un mar de lágrimas y yo me quedé con mi taradito hasta el final. Se portó como un valiente, como siempre, lanzando bufidos de advertencia al respetable, con su chulería habitual, pero dejándome acariciarle por primera y última vez.
Salió el sol. Nos lo llevamos en su cajita a la finca de mi madre, y allí está ahora, montando guardia a los pies del manzano más viejo y más retorcido, tan retorcido como él. Tiene una bonita tumba con rocas y flores. Mi madre me llamó esta tarde para decirme que el otro, el viejito, no quiere salir de la cesta de Lenny. Jamás había entrado en esa cesta. Pero, como le conozco y sé que es el gato más inteligente del mundo, imagino que se está despidiendo de su compadre, de la mala bestia peluda que le sofocó la vejez a base de mordiscos y carreras escupiendo pelos, el monstruito al que, con todo y con eso, él acogió como un hermano sin enfadarse por aquella invasión, por tener que compartir nuestro cariño tras toda una vida siendo el rey de la manada.
Así que nada. Me vais a permitir la frivolidad coelhista, pero calculo que a estas horas Lenny campará a sus anchas por el paraíso gatuno, rodeado de su brava estirpe, de su abuelo César y su abuela Blasa, sus hermanos y primos, Scarface, Makelele, Puskas, DiStefano, Tigrilla, Swarzenegger, Roncón, Carapán y todos los demás gatos que han ido pasando por mi vida y por la suya. Un paraíso lleno de aceitunas, champiñones y quesitos, sin cepillos del pelo ni vacunas, ni gente pelma empeñada en limpiarle la nariz, y, por supuesto, sin tumores. Un sitio donde todos los gatos saben trepar y saltar.
Chau, bebé. Han sido sólo cuatro años, pero espero que te lleves un buen recuerdo de tu clan bípedo. Da lametones a todos. Y mis respetos a Bastet, que tuvo a bien ponerte en mis brazos.

martes, 4 de septiembre de 2007

Así suenan tus besos

Así suenas tú. Cuando estás y cuando no estás. Así me haces sonar.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Esto no es lo que parece

Y punto. No hay nada más que decir. No importa lo que parezca, no importan las señales, los contrasentidos, nada importa. Sé nadar como un pez, así que no me asusta la piscina. Ya no. Que sea lo que tenga que ser, para bien o para mal. Pocas veces se alinean los planetas y provocan que se encuentren dos piezas del mismo puzle. Así que habrá que disfrutarlo mientras dure.
Está mal que, por una vez, me esté sintiendo la princesa de alguien? No lo sé. Y no me apetece pensarlo. Dame más de eso y yo te daré más de lo mismo. De momento, me gusta el plan.