Los que me conozcan sabrán de mi mentalidad de pobre. Siempre digo que, si me tocara la lotería (o recibiera una multimillonaria herencia de un pariente lejano, como les pasa a las heroínas de novela), sería una de esas ricas excéntricas con vaqueros de mercadillo, las botas sucias, el pelo mal teñido y, eso sí, un casoplón de infarto. Las casas han sido mi debilidad desde niña. Colecciono fotos de casas, sueño con casas, escribo historias sobre casas y hasta juego a Los Sims por el mero placer de diseñar casas (una vez puesto el último mueble, la emoción decae sensiblemente).
Puede que en otra vida viviera en Villa Excelsior, Villa Cristina, Villa Argentina, o cualquier otra casona de indianos de las que pueblan los rincones de mi tierra. Es casi una obsesión y desconozco de dónde sale. Cuando digo que sueño con casas no es ninguna exageración. Todos tenemos sueños recurrentes (volar, caer, el agua...) y el mío es ese en el que recorro una mansión venida a menos, llena de rincones y secretos, con muebles antiguos cubiertos con sábanas, escaleras, puertas y galerías de ventanales. Soy consciente de que, con toda probabilidad, nunca habitaré uno de esos regios palacetes de mis fantasías, pero, evidentemente, me conformaría con mucho menos. No soy codiciosa!
Hace tiempo me aficioné a un chorriprograma de un chorricanal (de esos que proliferan como setas) en el que, básicamente, parejas norteamericanas (no sé si estadounidenses o canadienses) se lamentan de los desastres de sus viviendas hasta que llega una diseñadora y les arregla el entuerto. Se trata de que las parejas se vuelvan a enamorar de sus casas o bien, si la diseñadora no logra deslumbrarles, su competidor directo, un agente inmobiliario, sí consiga tentarles para que se muden a un nuevo hogar. Bien. Quisiera, en serio, que vierais las casas de los susodichos sufridos participantes. Escuchar eso de que "mientras fuimos dos, nuestra casa de 200 metros nos servía, pero con la llegada del bebé es imposible arreglarse", o lo de "esta coqueta casita de 170 metros resulta insuficiente para esta familia en crecimiento, y se les ha quedado diminuta", o aquello otro de: "tenemos que bajar al sótano a hacer la colada, y jo, o sea, es súper poco práctico". Oyendo cosas así me entran complejos de Reina Roja. Que les corten la cabeza. A todos.
Sí, es cierto que a veces el desastre es tan absoluto que te preguntas cómo dos adultos supuestamente inteligentes pudieron invertir su dinero en semejante ruina (goteras, vigas medio podridas, tejados que se caen a trozos, suelos levantados, boquetes en la escalera, paredes de papel de fumar, moho en los techos... argh!) pero, generalmente, el único problema (al menos a esa conclusión he llegado yo) es que la gente es o muy cerda, o muy lerda. O ambas cosas. No puedes lamentarte de tener tu despacho en un sótano frío y oscuro mientras nos enseñas una habitación completamente vacía en el piso superior. Holaaaa?? Sube el despacho parriba, atontao! No puedes quejarte de falta de armarios mientras tienes una tonelada de ropa, trastos, cajas y mierdas varias tiradas por doquier y un sótano o un desván mondos y lirondos. Esto... lo de poner estanterías de Ikea a dos perronas la unidad y colocar un poco las cosas sólo se me ocurre a mí? No puedes sollozar por la inseguridad de esa escalera infame... y no molestarte en ponerle una barandilla, leñe!!! Tan difícil es??
Pero, sin la menor duda, lo que me resulta más indignante es lo del tamaño, que en este caso sí que importa. Es increíble cómo cambia la perspectiva de las cosas según a lo que estemos habituados. Que para una pareja con un bebé 170 metros cuadrados resulten "una casa diminuta en la que es imposible revolverse" me resulta, sencillamente, acojonante. En serio. Les metía yo en mi piso de 60 metros en el que no nos queda otra que apañarnos a dos adultos, dos bebés, una perra y, hasta no hace mucho, dos gatos (actualmente de vacaciones en casa de la abuela pero con billete de regreso, of course). Esto sí que es diminuto. Esto sí. Y sin un triste jardín al que salir a tomar el aire!!!!