viernes, 31 de diciembre de 2010

Balance

Para qué liarse con palabras, si ellas supieron cantarlo tan bien?


Feliz Año. Feliz Vida.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El manto de Yule


No importa si créeis, en qué creéis, cómo festejáis o qué os inspira. Sólo sentidlo y disfrutad. No olvidéis dar gracias, porque estos días suelen traer algún regalo. Y, los más importantes, no vienen envueltos en papel brillante.

Listo el acebo, las piñas, las velas, los dulces, los deseos, las manzanas, el caldero de cobre y el muérdago. Listos para renacer un año más si los dioses nos dejan.

Feliz Yule.

(Astures del mundo: no me digáis que no es nuestro Busgosu... )

lunes, 20 de diciembre de 2010

Qué os contáis?


Qué os contáis, Güelos, después de tantos años? Después de tantas fatigas, de tantas alegrías? De tantos hijos y tantos momentos? Qué os contáis?
Fijaos en la foto vieja que hay detrás, sobre la repisa. Son ellos, jóvenes, con sus once retoños. Fijaos en las pintas de Güelo. Con el jersey andino que una hija le trajo de algún poblado en alguna selva. El curín. El facha. El santo varón de la eterna sonrisa y el latín siempre dispuesto. El hombre más bueno sobre la faz de la tierra. Fijaos en el porte de Güela. La Reina Madre del Clan. El pelo de plata, la barbilla orgullosa, tan parecida (quizá sin saberlo) a su madre, aquella campesina altiva que no se doblegó ante nada ni ante nadie, a la que jamás vieron verter una lágrima. Tan guapa, tan firme como un árbol. Están viejitos ya, pero están. Estadme mucho.

Esta foto es de mi segunda no-boda (para no haberme casado anda que no ha habido celebraciones, dos a falta de una), con la rama del Pater (ya pondré fotos del evento materno cuando me las envíen. Lo que es yo, no hice ni una. Sí, lo sé, Desastre es mi nombre). Me alegro de haber decidido festejar a mi modo, en familia y sin adornos. Con mis mayores tranquilos, como un domingo cualquiera. Me alegro, sobre todo, por haber logrado desterrar por una tarde esa tristeza resignada que se ha instalado en el alma y los ojos de Mila, esa niebla extraña que ni ella misma logra definir ni comprender, que hace que se encoja de hombros y sonría un: "la edá, fía". Esa pequeña sombra que me pesa un poco por dentro y me recuerda una verdad irrefutable: no siempre tendrás la fortuna de que estén contigo. Has cumplido los 32 y te quedan los cuatro, lúcidos, razonablemente sanos, ejemplares cada cual a su modo. Los primeros eslabones de tu cadena. Tus cuatro raíces, octagenarias, nonagenarias. Da gracias siempre y disfrútalos mientras dure su luz.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La Circunstancia


Algunas siguen estando, otras han tomado nuevos rumbos. Para bien o para mal. Cuando es para bien no volvemos a verlas (mejor para ellas!!) y cuando es para mal sabes que volverán (peor para nosotras!!)

También las hay nuevas, claro. Caminan despacio, midiendo cada paso, como si aún no se atrevieran a creer que aquí no corren peligro. Sus hijos se encierran en un mutismo triste, no te miran a los ojos y rehuyen el contacto con todo el que no sea mamá. Los observas (a ellas y ellos) sabiendo que poco a poco renacerán de sus cenizas. Y que será digno de ver.

Parece difícil llegar al fondo de una criatura tan lastimada y hermética. Pero dan pistas. Ofrecen mucha información si sabes ver. Sus juegos, su modo de moverse, sus fobias, sus manías, las frases a las que se aferran, sus fantasías. Las primeras veces te sobrecoge, te inquieta. Luego aprendes a traducir esas supuestas vocecitas que oye una niña, el pavor a los ojos que brillan en la oscuridad, por qué aquel choca intencionadamente con las cosas o se deja caer al suelo, los dibujos en los que mamá está a salvo en lo alto de la torre, o lleva un casco que la protege, o papá es un gigante malencarado al que hay que meter en una jaula, a veces con las manos bien atadas.

Están las adictas al teléfono, las que siempre llaman pero no actúan. Esas que se lamentan, te culpan de no ayudarlas, de no salvarlas, pero ni quieren denunciar, ni escapar, ni romper, ni renunciar a ellos. Están también las vividoras, que mienten compulsivamente, que te enredan con lo que quieres oír pero se delatan al preguntarte si podrán salir de noche para ver a algún "amigo". Están las que quieren fonda, mesa puesta y una pensión del estado, no tienen el menor inconveniente en autolesionarse para ello o inventar cargos que no existen. Están las de siempre, en definitiva. Veteranas o novatas, de una especie o de otra, pero están todas.

Y está el gremio. Las compañeras. Con sus filias, sus militancias, sus esquemas propios. Está el sistema, desubicado y no pocas veces absurdo. Contaminado. Anclado en curiosos baremos. Demasiado blando ante la madre negligente (cuántas denuncias hemos puesto a las zorras que desaparecen con sus bebés fines de semana enteros, para retirarlas rápidamente a su regreso, aunque el crío venga famélico y cubierto de roña y piojos?) y demasiado fundamentalista en puntos que no alcanzo a comprender. Una chica joven logró romper por su cuenta una situación aberrante con su novio. Tiempo después, se enamoró de una mujer. Lamentablemente, la nueva pareja empezó pronto a extralimitarse en su "amor". Albricias, pensé. Veamos cómo se enfoca este asunto. Os diré cómo se enfoca. "La demandante refiere estar viviendo una relación con una mujer que mantiene conductas de hombre maltratador". Sí, habéis leído bien. Porque una tipa nunca maltrata. Como mucho, mantiene conductas de hombre. De hombre malo. Se va a intervenir con esta chica. Pero en base al maltrato que sufrió en el pasado. Porque el caso actual, al parecer, es irrelevante.

Tenemos a un crío expulsado varios días del colegio. Al parecer golpeó en el recreo a una compañera menor que él. Hablamos de niños de diez y ocho años. Un empujón violento (y con toda la intención) que provocó contusiones leves en la peque. Me parece bien que se le llame al orden. Sin duda. Me parece bien que se le discipline por sus modos violentos y hasta por abusar de alguien menos fuerte que no podía defenderse. Lo que me deja boquiabierta es que el expediente añada "la circunstancia de género" como agravante. Circunstancia de género. En niños de primaria. Ajá. Demos por sentado que un niño ya sabe lo que es la circunstancia de género, que cuando pega a una niña lo hace por cuestión de sexo (y no por un balón de plástico, motivo por el cual habría pegado también a un varón), que es un maltratador en potencia. Que se le puede hacer responsable de algo que ni entiende. A nadie se le ha ocurrido que quizá pega a las niñas porque para él son iguales que los niños, y, por tanto, arreables. Que el problema es, sin más, pegar. A quien sea. Y tampoco se les ha ocurrido a estos ilustres pedagogos que, en todo caso, al tratarse de un niño que ha sufrido violencia siempre y ha crecido viendo cómo su madre es golpeada por todos los hombres que se le acercan, tal vez no deba considerarse agravante, sino todo lo contrario.

Hace años me hice el propósito de marcar en el calendario el primer día que lograra no ver en la tele una violación, un asesinato, una bofetada o un zarandeo recibido por una mujer. El primer día que no tuviera que oír un "zorra" o un "puta". Ni la ficción del cine ni la gris realidad del telediario me han dejado, por el momento, estrenar el rotulador. Ahora llegan los Reyes, con sus rosas, sus azules y sus etiquetas bien precisas. En medio de todo esto, que alguien me explique cómo un crío va a entender la circunstancia de género. Qué circunstancia? Cuál de ellas?

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lo que entendí de "Origen"


Atención: en esta entrada se revelan datos importantísimos de la susodicha peli del DiCaprio. Si no la has visto aún (y pretendes tal osadía), no leas lo que viene a continuación. El que avisa no es traidor!

Esto es el rubio del Titanic que se va con sus amigos de excursión a la cabeza un chino. Tienen que robarle los papeles del coche, o no sé qué. Lo malo es que aparece la difunta del rubio y empieza a liarla parda. Y es que resulta que tiempo atrás al rubio y su señora les dio por dormirse una siesta de cincuenta años (mucho sueño pa un adulto) imaginándose un paraíso fiscal-inmobiliario donde no tendrían que enfrentarse a la terrible duda de si vivir en un ático o en un adosao. Iba todo muy bien, y hasta procrearon, pero al final el rubio se aburría y le hizo trampas a su mujer con una peonza trucada. Así que decidieron volver al mundo real tirándose al tren (que se ve que en los mundos de yupy no había estanquera).

O sea, que vuelven. El nota está descansadísimo (normal), pero ella sigue rucada con el asunto de la peonza, y le da el siroco de que hay que volver a Marina D´Or. Como hay huelga de pilotos de Iberia, le parece que lo mejor es tirarse por la ventana, y se agarra un rebote del quince porque al descastao de su marido no le apetece tirarse con ella. Si es que... ya no quedan románticos. A todo esto la policía se cree que ha sido el rubio el que ha defenestrao a la parienta, porque la habitación de hotel está un pelín escomorroñada. A nadie le extraña que la tipa se tirara del edificio de enfrente. Detalles. Si un marido se empeña en defenestrar, defenestra. Igual con hipnosis...

Claro, la suegra no le puede ni ver. El suegro es más majete, pero sospecha que el rubio anda más pallá que pacá. Así que no le dejan ver a los críos, que, total, siempre están de espaldas. Por fin, al rubio, los colegas y el chino se les ocurre hacerse un tour por la cabeza de un pollo pera, a ver si le lían pa que joda la empresa de su padre maluto. Montan un equipo mu pofesional. Hay un transformer que lo mismo es un viejuno que una Barbie Malibú, un camello moruno que les hace de chófer y los tiene tol día endrogaos perdidos y una niñata de 13 años que debe ser superdotada, porque es arquitecta y la leche de lista. A partir de ese momento se producen unos diálogos escalofriantes del tipo:

- Si logramos concatenar el campo cósmico gravitacional con una ensalada de champiñones, accederemos al séptimo nivel de las meninges del fulano.
- Y qué hacemos pa que los zombies del subconsciente onírico no nos tiren de los pelos?
- Nada, tú les dices "dos más dos" y se quedan lelos.
- Cómo salimos luego del cacao mental del pijo este?
- Viene el moro y nos mete una patada.
- En serio?
- No, en realidad nos pone a to meter el "Rien de Rien".
- Entendido.

Tú qué vas a entender, cretina? Hace dos días estabas diseñando hoteles y en cinco minutos entiendes esta chufa, que no la entiende ni el fumao que la escribió?

Después te pierdes un poco (más). Por lo visto el inconsciente de uno está lleno de marines que van en motos de nieve (yo me niego a tener a esa gentuza dentro de la mollera), si sueñas mucho acabas levitando, también hay seguratas que te persiguen porque no quieren que entres en su mente sin corbata y además hay una furgo que tarda como hora y media en caerse al río. Por suerte todo termina bien, porque el niño de papá encuentra en la caja fuerte un molinillo de papel (que eso es lo que él quería y no acciones de bolsa), la tipa oligofrénica deja de dar por saco y los niños del rubio se dan la vuelta de una perra vez. Y todo es la leche de bonico, salvo por la peonza, que no se cae ni patrás.

Fin. (Por cierto, la cosa deja secuelas. Tras ver la pinícula soñé con Susan Sarandon interpretando un musical de Alicia en el país de las maravillas. No digo más).