martes, 4 de diciembre de 2007

Orgullo y prejuicio

Me esfuerzo, podéis creerme. Estoy poniendo todo mi empeño y mi cabezonería, decidida a que, finalmente, esto rompa por alguna parte. Porque, al final, no va a quedar otra. O sí? Podría quedarse la cuerda tal y como está? No lo había pensado.

Haré que se rompa antes si doy un tirón? O es preferible seguir esperando? (Dioses, tened piedad, esperando siempre, siempre, siempre...)

Y si no tiro? Tirarán desde el otro lado? Me arriesgo a que me arrastren? Pero hacia dónde?

Hace casi una semana que esto dejó de tener gracia. Es un pulso, realmente? Lo estoy confundiendo con otra cosa? Sé que es legítimo tener un berrinche, un ataque de orgullo. Pero no estaré cometiendo un error? Al fin y al cabo, qué quiero? Quiero ganar la partida. Pero, a toda costa? A costa de mi orgullo? Es tan importante eso? La victoria no es suficiente recompensa? Merezco ganar? Y hacerlo, además, con mis cartas? Por qué de repente es tan importante el honor? Me estoy comportando como una estúpida jovencita victoriana? Qué vale más? Honra sin barcos, o barcos sin honra? (Hereje, ahórrate el juego de palabras, que te veo)

Bien, alguien acaba de pegar un pequeño tirón. Lo bastante como para no perder la dignidad... El pulso continua. La partida también. Cuántos asaltos quedan? Nunca he sido corredora de fondo. Cómo demonios me he metido en una maratón???

7 comentarios:

Celadus dijo...

¿Has probado a consultar con la almohada, gemela? A menudo la razón es más un lastre que una ayuda y son los sueños, la intuición o el corazón, como quieras llamalo, quien nos da la respuesta que buscamos. Te deseo la mejor de las suertes, aunque en mi opinión no hay decisiones correctas o equivocadas, sino solamente opciones que las circunstancias permiten o impiden elegir.
Ya se que no te ayudo mucho, pero hay cosas que uno debe solucionar solo.
Un beso.

Alberich dijo...

No tires.Solo manten la mano firme.

Anónimo dijo...

No sé qué decirte corazón.... la verdad es que no tengo ni idea.

Un besito y ÁNIMO, sé fuerte.

Marechek

Lal dijo...

Me temo que yo tampoco podré serte de gran ayuda. Solo decirte que hace tiempo que mandé el orgullo a la mierda en determinados aspectos. Que una cosa es orgullo y otra es dignidad. La dignidad te honra y el orgullo, generalmente, te envilece. Yo perdí muchas cosas por orgullo, cabezonería o como se le quiera llamar. Y no pienso volver a hacerlo.

Lenka dijo...

Ahí está mi duda, Lala. Qué estaría mandando al cuerno?? Mi orgullo o mi dignidad???
Esa duda es la que me mata!!!

Gracias a todos, chicos!

Eli dijo...

Len, sólo piensa si prefieres ser dueña de tu destino, o prefieres esperar a que sean los demás los que decidan. Cuando lo tengas claro me lo cuentas.

Lenka dijo...

Ay, cariño, lo tengo claro. Y puedo contártelo. El problema es que no me atrevo a contárselo a quien debería!!!

;-)