miércoles, 12 de agosto de 2009

Lolitas y cuarentones


Vamos a ver. Conste que no me tengo por rancia, ni por hipócrita ni tampoco por puritana. Al menos no me considero de tales modos. Pero hay cosas que, sencillamente, no entiendo. De verdad. Y vaya por delante que siempre me ha cabreado que en muchos países sea ilegal que una persona de 18 años duerma con una de 17, considerándose incluso violación en según qué sitios (en varios estados yankees, según tengo entendido). Me parece la madre de todos los disparates. Una persona de 16 o 17 años, creo yo, con sus facultades mentales en condiciones es suficientemente capaz de decidir si quiere o no, qué quiere o no, dónde, cómo, cuándo y con quién. Que a estas alturas aún haya quien entienda que, teniendo 23 años (por ejemplo) se comete una violación al dormir con alguien de 17, aunque éste consienta, me pasma. Me parece una sobrada caduca, un empeño absurdo de cerrar los ojos y seguir pensando que, hasta cierta edad concretísima, la peña es asexual como un botijo. Afirmo, además, que le encuentro el inevitable tufo sexista a la cosa. El asunto se criminaliza más cuando el mayor de edad es hombre. Quizá sean menos en número, pero también hay mujeres legalmente adultas que gustan de retozar con jóvenes y jóvenas. Es igualmente ilegal, claro, pero socialmente no se ve igual. Una treintañera que se zumba a un teen es una alocada de la vida, pero poco más. Casi termina convertida en trofeo... del chaval.

La gran paradoja es que una sociedad que protege a los menores hasta la náusea, exculpándoles de cualquier responsabilidad, considerándoles poco menos que inválidos, convirtiéndoles siempre en víctimas, se pase al extremo en según qué temas. El mismo sistema que nos aterra, que nos insta a vigilar conexiones de internet y móviles, que nos advierte de la necesidad de estar siempre atentos y controlar si nuestros chavales comen o no, si beben, si se drogan, con quién andan o de qué hablan, la misma sociedad que condena sin piedad cualquier abuso cometido contra ellos (lógico, por otro lado), que tanto dice preocuparse de la influencia nefasta de pelis, grupos musicales, videojuegos y máquinas de condones sea la misma que luego aplaude ocurrencias insólitas. Al menos a mí me lo parecen.

Medio país se mantuvo fiel a su cita semanal con los avatares del poli guapo treintañero enamorado de la colegiala ñoña (que pronto dejó de ser ñoña). Madres y padres que yo conozco se emocionaban y extasiaban con las idas y venidas de tan inverosímil romance (al menos a mí me lo parecía). Los mismos padres y madres, por cierto, que hubieran castrado con un cuchillo jamonero al primer ser humano de sexo masculino que hubiera osado respirar a menos de diez metros de sus hijas adolescentes. Y quizá fuera eso lo que más me llamaba la atención. Suspiros de felicidad ante las dichas y desdichas de la tal Sara y el tal Lucas. Aunque, eso sí, que ningún Lucas tenga la peregrina idea de arrimarse a sus Saras. Copón. Una cosa es una cosa y otra cosa un berberecho.

Yo sigo sin entenderlo, pero no importa. Afortunadamente, la culta, progre y modelna tele de nuestro país sí que debe comprender este desatino (al menos a mí me lo sigue pareciendo) y ha decidido deleitarnos con otra serie de calidad y enjundia argumental. El sugestivo título, por lo visto, es "90-60-90: diario de una adolescente" o algo asín. Trata (atención) del amor imposible entre una chavalina de 16 años y un apuesto "jovencito" de 41. Ahí queda eso. Tal cual. "Historia de amor", nos dicen. Ah, bueno, vale, si es amor entonces la veremos. Fíjese usted que servidora (malpensá ande las haiga) ya se había hecho ideas equivocadas, dejándose llevar por malsanos prejuicios, imaginando topicazo tras topicazo. Se puede usted figurar: canalla cuarentón con crisis de esas de pendientito ridículo intentando arrebatarle la flor a una cándida mozuela de secundaria. Ah, depravado. Ah, delincuente. Ah, marrano. Y la pobre nínfula, enredada en sus engaños, rendida por dulces palabras maliciosas. Ah, bellaco. Tragedia!!! Pero no, coñe, no. Que es una historia "de amor". Menos mal. Si el cuarentón tiene la suficiente cara de santo y a la chiquita le calzamos tacón de aguja, entonces no pasa nada.

En fin, que si ustedes lo dicen será amor y no vicio. Pero por muy fashion que me disfracen a una teen, es una teen. Y casi me cuesta menos entender que el cuarentón se sublime de lujuria pura y dura. Lo que no me entra en el melón, por guapo que me lo vendan, es que un tío de cuatro décadas pueda sentir AMOR por una pazguata de 16. Se siente. Me van a perdonar. Hablaré de mí, porque soy la que mejor me conozco. Por circunstancias varias de la vida fui una enana bastante precoz y madura. Lo bastante como para moverme entre peña de veintipocos sin incomodar a nadie. Pero con todo y con eso, y por listísima y profundísima que fuera, les puedo asegurar que ningún tío de 41 tacos, ni de 30 siquiera, habría podido enamorarse de mí ni borracho. Salvo que padeciera un retraso mental severo. Que se me quisiera tirar alguno es otro cantar. Pero que tras el supuesto e imaginario arrebato pasional se plantearan siquiera aguantarme diez minutos seguidos... venga ya. A los taytantos ya va teniendo uno las partes peladas. A los diecitantos no sabes ni por dónde toses. Cómo puñetas cuaja la movida del crédito, la jodía hipoteca y el expediente de regulación de la empresa con un concierto de Andy y Lucas, el parcial de química y el novio nuevo de la Vane? Alguien me lo explica?? A Dios gracias los guionistas sabrán contarnos de manera creíble esa bella "historia de amor". Y capaz que nosotros tragaremos. Qué bonito. Del norte. Oiga.

26 comentarios:

Lenka dijo...

Se me olvidaba! No os parece "divertida" esta "genialidad" imbécil de que las niñas deban parecer adultas para, al llegar a adultas tratar de parecer niñas??? Maquilladas a los diez años y con leggins a los cuarenta??? Alguien entiende algo??? Yo síiiiii!!! Es una conspiración de la sociedad de consumo para que SIEMPRE notes que te falta algo... y debas comprarlo. Son listos, eeeehhh???

Lenka dijo...

Más imágenes que producen pena, dolor, cabreo y muchas ganas de abofetear padres (a mí y a otros, no todo el mundo aplaude esta asquerosidad, afortunadamente)

http://images01.olx.cl/ui/2/04/20/33140420_1.jpg

http://3.bp.blogspot.com/_c6D7TtuIWFM/SSXB5qTZPPI/AAAAAAAABdQ/y1Ew4S-GNBQ/s400/06.jpg

http://1.bp.blogspot.com/_chp_OxHMJho/Sa6yeQ3zMnI/AAAAAAAAAFw/CnBfEkMUbpA/s400/ni%C3%B1a2.jpg

http://www.elderbyweb.com/blog/ninas-modelo/

http://rgh.cc/albums/userpics/10001/%5Bcreepy%5Dloves-baby-soft-ad-c1976.jpg


Fantásticos ejemplos, fantásticos mensajes.

La última imagen es de Brooke Shields, una actriz que experimentó muy en sus carnes la moda de la sexualización de las niñas, prácticamente debutó interpretando a una niña prostituta a los 13 años en Pretty Baby. En esta foto es mucho menor. Recordáis a Jodie Foster en Taxi Driver?? El rollo Lolita es ya viejo en realidad. Más viejo que Nabokov. En el 76 (dos años antes de que yo naciera, nada menos) ya se atrevieron con una foto que hoy día todavía revuelve las tripas. La belleza de Brooke es indiscutible. El lema de la foto, vomitivo.

Agus dijo...

Bueno, yo soy bastante idealista y sí que creo pueda existir amor por encima de cualquier barrera, la de la edad incluida. Pero claro, luego entra en juego la confusión de emociones y el entender por amor, lo que es un encaprichamiento, un arrebato, lo que cuentas de la crisis de los cuarenta. Es típico que a cierta edad se echen de menos las cosas nuevas, la frescura, la espontaneidad, la inocencia, y uno tienda a encandilarse con dichos atributos, decorados, además, con una bonita sonrisa, unos senos aún desafiantes a la fuerza de la gravedad, o unos ojos sin patas de gallo.
Pero no deja de ser una apetencia pasajera, como cuando se te antoja un vestido bello que en realidad no necesitas.
Lo del amor es complejo, y encierra multitud de sentimientos parejos, que pueden hacernos ver cosas que no son. De todos modos, creo es más probable que una persona de 17 experimente un sentimiento puro hacia una de 40 que viceversa. Cuestión de la perra vida que te va echando kilos de desilusión encima y te arranca esas raíces tan puras de las que brota un sentimiento limpio.

En cuanto a lo de las niñas modelos, es nauseabundo hasta decir basta. Y que el conjunto de la sociedad está para encerrar toda ella, o para que la exterminen, también. Porque las contradicciones son constantes, como bien dices con el ejemplo del Lucas y la Sara.
Esos padres que pintarrajean a sus pequeñas y echan las lágrimas de alegría cuando las ven vestidas de pilinguis encima de un escenario, y luego serían capaces de arrancar las pieles a quien osase mirarlas con viciosas intenciones.

Lenka dijo...

La verdad es que yo peco bastante de una ausencia total de romanticismo, para qué lo voy a negar. No digo que sea fría ni insensible, pero es cierto que el concepto digamos "oficial" que suele tener la sociedad de lo que es "romántico" suele darme bastante grima.

Y no, hay cosas que no estoy dispuesta a creer, o al menos no tan fácilmente. No creo en "el amor lo puede todo", no creo en las almas gemelas, ni en las mitades de naranja, no entiendo que el amor más real sea aquel en el que sufre, ni en montones de chuminadas más que nos han vendido. No entiendo eso de que el amor no entiende de edad ni de culturas ni de fronteras. Vaya que si entiende.

Por supuesto que SIEMPRE hay casos. Asturiana casada con Jamaicano, como mi prima. Diferencias de edad tremendas. Historias de amor que lejos de romperse ante las dificultades se fortalecieron. Las hay, sí, y nos encantan. Nos encantan por qué? Porque son las menos. Son excepcionales, tanto que las convertimos en novelas y pelis. Es hermoso conocerlas y suspirar por ellas, bien, pero tomarlas como modelo me parece demasiado fantasioso. Porque no es así la "normalidad".

Cuántas relaciones fracasan porque tendemos a idealizarlo todo, a esperar al príncipe encantado, a la princesa maravillosa y luego nos damos el leñazo padre contra la realidad? Muchísima gente vive en las nubes, convencida de que sólo vale el Brad Pitt de las pelis, la Julia Roberts, la gran historia. Y perfecto si la encuentras. Y tampoco es que tengas que resignarte a lo que no te hace feliz. Pero cuántas pajas mentales nos hacemos porque los hombres "normales" no alquilan limusinas, ni las mujeres "normales" están siempre impecablemente vestidas, peinadas y depiladas ni esperándote en la bañera llena de champagne?

El amor tiene mucho de mágico y de sublime, pero tiene mucho más de cotidiano, de negociar, de adaptación, de realidad. Tiene también cosas menos bonitas. Y desde luego que entiende de barreras, de diferencias, de choques, de malentendidos, de incomunicación, frustración, decepción y rutina.

Por casos excepcionales que haya, que los hay, sigo sin poder creer que una persona de 40 años, con su bagaje, sus millas, sus intereses, sus problemas, sus rutinas, su pasado, sus planes futuros pueda sentir deseos de compartir todo eso con alguien de 16. Es que son dos universos completamente distintos. Es que no hablamos de 58 años frente a 42. Es que no hablamos siquiera de dos adultos. Estamos hablando de juntar la edad de la hipoteca y el plan de jubilación (que tal y como está el patio empieza uno a planteárselo a los 30) con el botellón. Es que hablamos del viaje de estudios estrenando pasaporte con quien quizá ya está de vuelta de casi todo. Estamos hablando del burguer frente al cochinillo de Segovia. Es que, por mucho que le pongamos a ella tacones y a él ropita informal, estamos hablando de "mi padre tiene alzheimer, dios, no sé cómo encarar esto" frente a "mi padre me ha castigado por catear las mates". El "coño, tengo el colesterol por las nubes" frente al "mierda, me ha salido otro grano". Que me lo vendan como quieran. No me lo trago. Me suena completamente absurdo e idiota, la verdad. Aunque ya me figuro que convertirán a la Lolita en un dechado de madurez surrealista, con mentalidad de treintañera intrépida y vivida. Lo que será más patético todavía.

Rogorn dijo...

Pues puedes ver la serie y radiárnosla al estilo del pollo colorao, a ver cómo sale, jeje. Lo que será interesante será ver qué prejuicios lesa sacan a los demás. Porque lo más esperable es que la pareja principal sean unos Romeo y Julieta a quienes los prejuicios de los demás no les dejan en paz, y a quienes sólo apoyará algún amigo gay.

Sobre si puede o debe ocurrir en la vida real, bueno, pues por qué no. Si no funciona, se acabará el rollo por sí solo, lo mismo que se acaba en cualquier otra relación destinada a acabarse. Además, una mala experiencia te la puedes llevar igual, teniendo 16, con uno de 18. Al menos con el de 41 ya vas alerta de las diferencias y las dificultades, y medio te las esperas tarde o temprano. Que una cosa es el 'amour fou' y otras cosa estar en Babia.

Rogorn dijo...

Por cierto, que según veo, la guaja de 16 años no es una moza cualesquiera, sino que es modelo de pasarela. Así que los tacones, la pintura de guerra y los modelitos no se los quita nadie, jeje (O igual sí, es más, espero, jejeje).

http://www.antena3.com/WEBS/906090/

Lenka dijo...

Claro, modelo de pasarela. Una excusa perfecta pa verla vestida de fashion o de loba, o en lencería. Si tontos no son. Por supuesto no servía una chica normal de instituto normal, con sus vaqueros y sus zapatillas. Nop. Tiene que ir de tacón de aguja, y ser hiper madura y super mundana. Y tampoco puede tener 19 años, o 22, que ya dejaría claro lo de la diferencia de edad. Además tie que ser menor. Que da más morbo. Ah no, perdón, morbo no, que es amor. Jejeje.

Pues sí, a los 16 se sufre (y mucho) por los de 18. Por esos de 18 que van contigo de botellón y que tienen más o menos las mismas metas, los mismos intereses, los mismos exámenes, broncas con los viejos, granos, etc. Como tú. Y que te dejan por otra del insti, o porque "se rayan", o cosas similares. O te rayas tú, o te mola otro más. Dos días de depre, me quiero morir y luego a la discoteca a ligar otra vez. Lo clásico.

Con el de 41 años al menos ya sabes qué dificultades hay?? Ro, lo sé yo, que tengo 31. Seguramente lo intuía a los 25. Pero a los 16 no sabes ni siquiera qué problemas tendrás tú sola, como para calcular nada más. Con 16 años lo único que sabes de los de 41 es que son mayores, suelen tener casa, curro y coche y ya. Si a los 16 años sospecháramos si quiera qué significa tener 41, o qué es una relación "seria" no tendríamos 16. Tendríamos 41, o 29. Y en el caso concreto de la supuesta historia de amor que nos van a vender, fíjate tú lo que sabrá de dificultades la de 16, cuando no parece saberlo ni el de 41. Porque si lo supiera, majo, no saldría con ella. El primero de sus problemas, pa empezar, es legal. Pero noooo, que es una serie, y es de amor.

A ver, seamos serios. Piensa en cualquier ejemplo a tu alcance que tengas de chavala de 16 años. Una prima, una alumna, una vecina. Piénsalo en serio. Una cría de 16 años de verdad, no un personaje de Los Serrano. Y dime, sinceramente, si considerarías en serio la posibilidad de salir con ella, de que fuera tu pareja con todo lo que implica. Quiero decir, piénsalo más allá del "cojona con la teen, madre de dios, qué cuerpazo, la culpa es de las madres que blablabla". Salir. Ir con ella de viaje. Hablar con ella. Llevártela a cenar con Reverte. Contarle problemas del curro. Ir a hacer un recado y dejarla en casa de tu madre, charlando las dos de sus cosas. Hacer planes pal futuro. Piénsalo así, en serio. Es que yo lo pienso y me parto. Llegar del curro con los moritos y decirle a mi churri de 16: "cielo, apaga la play un momento, que tenemos que hablar". Contarle a mis amigas: "estoy que me lleva Dios, porque me ha dicho el Kevin que pasa de la cena con mis padres, que se va de botellón con los colegas. Será egoísta, el cabrón? Con lo que disfruta mi padre hablando con él de política!!!"

(Por-fa-vor...)

Rogorn dijo...

Es que precisamente todo eso que dices pasaría: lo de las cenas, lo de las familias, lo de los amigos, lo del insti y el curro y mil etcéteras más. Sólo funcionaría en una mini-realidad donde estuvieran ellos dos y nada más, medio escondidos. Y si con todo eso que les pasara no se acaba, pues al menos habrá que darles puntos por insistencia. Y por eso pasa tan poco. Lo que sí puede pasar es aprender algo a base de darse el gran coscorrón con el asunto. Todo enseña. Y siendo justos, las hay de 16 de todos los tipos, incluyendo las que se darían cuenta. Tú te darías cuenta.

¿¿Y por qué me tengo que poner yo de ejemplo?? ¿Qué me estás llamando, cuarentayunero? Brase visto. Pues para demostrar mi madurez, ahora menfado y no respiro.

http://fotos0.mundofotos.net/2008/10_08_2008/neusy1218359354/ahora-me-enfado-y-no-respiro.jpg

Y entós, qué, ¿cuando se vos ve este mes?

Lenka dijo...

Es que no me imagino a mi padre charlando con un novio mío de 16 años. De qué hablarían, me pregunto. Juas. Es que no me imagino a mí con un novio de 16. Ni al Trasto (con sus 35) con una novia de 16. Es que NO PUEDOR. En un micromundo ideal puede. En un micromundo de miradas, suspiros y paseos, quizá. Pero no existe tal mundo. Existen los suegros, las hipotecas, el instituto, el botellón, la oficina, el ser de dos planetas diferentes.

Existe la realidad en la que, normalmente, pa una de 16 uno de 41 pue ser guapísimo e interesante, pero no más allá de los cinco minutos que tarda en contarte lo hasta el gorro que está de la ex mujer, del jefe y del cuñao gorrón. O que está atravesando un momento de catarsis emocional subyugadora.
Y pa uno de 41 una de 16 pue ser bellísima, divina, jovial, espontánea y mil cosas, pero seguramente no cuando empieza a contarle que la de mates le tiene manía, que la Vane es una zorrona envidiosa, que quiere ir al concierto de Bisbal y el viejo no la deja, que la prota de Crepúsculo es su súper mega ídola, o que ayer se pilló tal ciego que acabó potando en un portal.

Es que son dos universos distintos. Es que no concibo que nadie (chico o chica) de 16 años esté a la altura intelectual, en vivencias, en experiencias, en NADA de alguien de 41 (hombre o mujer). Y si lo está, sólo puedo pensar que el/la de 41 padece un retraso mental severo de cojones. O que es un/a pervertid@ sesuar. Pero amor?? Con lo que ES eso??? Y por qué no alguien de 37 y alguien de 14?? O de 25 y de 12?? Yo a los 12 años era mucho más madura que algunas amigas de 16. Y qué? Sólo siginificaba eso, que lograba entenderme con la gente de 16. En ningún caso que pudiera hacerlo con alguien de 40, ni siquiera de 25, más allá de una cosa tío/primo/vecino/amigodelafamilia/

Tú crees que a una criatura de 16 años (de hoy día, no de la época de mi abuela) se le puede decir algo como: "cariño, es que no me siento cómodo con esta relación. Creo que necesito algo más de espacio, quiero centrarme en mi carrera"?? Una de tu edad puede que te monte un pollo porque se siente desatendida. La de 16 es que, directamente, no te va a entender un pijo de lo que le dices. No en su mundo ni en su mentalidad. No a una edad en la que se rebotaría y pasaría la noche llorando porque tú estás en una cena de empresa, o en el hospital con tu madre enferma, y se te ha olvidado que hacíais un mes de novios. No cuando tú quieres cenar ostras y ella pizza. No cuando te la llevas a París (si la dejan los padres) y quieres ver Notre Dame y ella te pregunta por el jorobado. No cuando tú lees a Kafka y ella el jodío Crepúsculo. No cuando tú quieres alquilar Casablanca y ella Sexo en Nueva York. Que no.

Tú has ido alguna vez en bus rodeado de adolescentes? Las has oído chillar, hacer el idiota y hablar de chorradas??? Saldrías con alguna de ellas? Y ellas contigo? O te creerían un peazo muermo viejuno? Si la llevas a cenar con la familia imagínate la conversación. O tú, en un cumple de sus colegas. Grandioso. Absurdo. Irreal. Imposible.

Juas, qué cabrón, me pone a la Campa!!!

Lenka dijo...

Por cierto, yo a los 16 me daría cuenta de que es imposible. Y ni me habría atrevido jamás a soñar lo contrario. Yo, a los 16, habría suspirado, escrito un cuento y buscado a uno de mi edad. Cuatro años mayor, como mucho. Y hasta con uno de veinte me sentiría insegura y acobardada. Bilifmi. Es más, si a los 16 me hubiera "amado" uno de 41, saldría corriendo aterrada. Habría pensado que era un pervertido o un idiota. A los 14 me "amó" uno de 21 y huí. Porque, en efecto, era idiota. Hasta yo, que era un bebé, me dí cuenta.

Rogorn dijo...

¿Que si he ido en un bus con gente de 16? ¿Me lo preguntas o me lo inquieres? Una semana entera nada más. Y teniendo yo unos cuantos años más y no pudiendo pasar de ellos si quería. O seas. Viendo los adultos un museo parisino a nuestro sabor lleno de impresionistas y el guajerío creyendo que si cruzaban los pasillos lo más rápido posible nos íbamos antes. Y una leche. Les hicimos quedarse en el hall hasta que nos dio la gana.

Es por todo eso que digo que si viendo ejemplo tras ejemplo de las diferencias en la vida real, tras todo lo que va más allá de una determinada fascinación el uno por la otra y viceversa, aún así se continúa, es que puede haber algo más. Igual la guaja despierta y a consejo del hombre mayor aprende a ver pintura simplemente porque a él le interesa, cosa que no va a aprender del chaval de 17. O pilla a Kafka. O la llevan a un restaurante de verdad en vez de al McDonald's.

Claro, quien saldría corriendo pensando que alguien así ha de ser un degenerado es normal que no se detenga a mirar estas cosas. Yo no lo defiendo exactamente, pero lo que pregunto es: a ver, circunstancias. ¿Cómo pasó esto? ¿La chavala tiene problemones en casa (de los de verdad, no de los de "es que me gritan por catear siete")? ¿Él es su jefe, profe, jefe del padre, padre de amiga o algo así? ¿Qué se ven el uno a la otra, qué se han dicho, qué se han hecho? Aún así sería bastante difícil encontrar que lo suyo pudiera ser correcto, apropiado o para largo. Pero primero sepamos lo que pasa y luego decidamos.

En el caso de la serie esta, empezando por que habrá que ver qué edad real tienen los actores, por las fotos que se han visto parece ser que a ella la hacen parecer mayor, con todo el maquillaje y demás, y a él, aunque no necesariamente parece más joven, no es un cuarentón de barriga, calvicie y tensión alta. O sea, que al final a ella le quieren poner pinta de 23 y a él de 34. Juventud, divino tesoro.

Lenka dijo...

Claro, la diferencia es que yo estoy completamente convencida de que no puede haber algo más. Así de descreída soy. Para empezar, no creo que la parte joven del binomio viera dificultad alguna, porque a esa edad lo que quieres lo quieres ya y no hay pega que valga. La parte mayor debiera ver los problemas a puñaos. Pero es que ni eso, es que no concibo a una sola de las personas que conozco (y coñe, se conocen a muchas personas en 31 años que tengo) que se planteara siquiera tener una relación semejante. Pero a nadie, oiga. Ni a l@s más inmadur@s. A nadie.

Lo más que conozco (generalmente entre ellos) es alguno que miraría a una de 16. Muchos pensarían "me la tiraba". De esos algunos hasta saben que no lo harían, y por otros no apostaría. Pero no puedo imaginar ni al amigo más rajadiablos, peterpánico y vicioso; ni al más romántico idealista mirarse al espejo y pensar si le pedirá o no de salir a la Jessi. Con las tías menos aún.

Sobre chavalas con problemones sé un cacho largo y sí, conocí a alguna que se fijaba en hombres mayores. Chicas que siempre terminaban contándote que buscaban a alguien parecido al padre perdido, alguien mayor, fuerte y capaz que las cuidara. En qué se quedaba todo? En algo que ellas vivían como una relación romántica de adolescente y que terminaba en ostiazo padre al ver lo que era para ellos. Qué era para ellos, en todos los casos que vi? Un pedazo hijoputa con canas perfectamente consciente de la fascinación de la cría, de sus problemas, comiéndole la oreja y contando luego que se tiraba a una teen complaciente. Y que luego, naturalmente, al ser cuestionado por ella, al ver lágrimas, al ser pillado en renuncio, a la primera "chiquillada", salían corriendo sin mirar patrás. Eso los que habían durado más de una noche. Porque en ningún momento, le dijeran a ella lo que le dijeran, se tomaban aquello como una relación. Un huevo. Es que ellos mismos afirmaban que era absurdo.

Lenka dijo...

Insisto en que cualquier chavala de 16 puede realmente plantearse salir con uno de 40 (máxime si es guapete y "enrollao"), sencillamente porque lo va a imaginar como en las pelis románticas, y fantaseará con el tío cogiéndola de la mano y regalándole rosas, y serán como los de Crepúsculo. La mayoría de ellas sólo osará soñarlo (el profe, el amigo del padre, el vecino) y ni se planteará que pueda ser real. Es que si llega a intentarlo (y serán las menos) será muy osada y a la vez muy ingenua. Si la mayoría de las crías a esa edad entendíamos que era un disparate (y que el Pitt nos quedaba muy viejo, por guapo que fuera) no concibo cómo la parte adulta pueda planteárselo siquiera. Porque él ve eso y más, el puede verlo todo, pero no sólo por eso. Es que me parece casi un instinto, ni te lo planteas. Y no te lo planteas porque no te enamoras de una de esa edad. No ocurre absolutamente nada para enamorarte de ella. Ni siquiera está en tu mismo universo, no te la presentan un día de vinos, ni es compañera de curro. Como mucho es alguien cercano a la familia, o la guaja de un vecino con la que compartes un "hola" por la escalera. Es que ni siquiera vas a los mismos bares que ella, porque los de tu edad huís sistemáticamente de los antros de guajes, y viceversa.

Es que insisto que me parece imposible que un tío normal de 40 tacos se fije en algo más que las piernas de una de 16, o su carita mona, o lo graciosa que es la cría de mis primos, o qué tipín que tiene, que tendrá locos a los de clase. Es que no me lo imagino encandilándose de amor oyéndole contar sus aventuras de sábado ni sus líos de instituto. Es que no concibo que le llame la atención ni la niña que lee a Kafka y escucha a Chopin, porque incluso esa es una niña, incluso esa (yo misma a esa edad, cualquiera) pega algún gritito cuando la amiga le cuenta por teléfono que se ha liado con no sé quién y anda a ver cómo engaña a la madre pa llegar a casa más tarde. Que tovía estás entre la nocilla, los peluches y los piercings. Que nunca te has ido de acampada sólo con tus amigos, lo estás negociando. Que juegas al duro y al juego de la verdad, por diooooos. Aunque te guste Silvio, y Gabo, y andes leyendo pa ver si eres comunista, anarquista o del racing (muchas veces dependerá de lo que sea el que te mola en ese momento). Tovía no tienes claro si eres pija, hippie, gótica o grunge. Es que son dos momentos a años luz el uno del otro, dos universos que no están ni cerca. Por eso no lo creo.

Jack dijo...

Ay, prima. Cómo te entiendo. A la vez, me parece que pasas por alto un par de cosas. Casuística:
Yo tengo dos colegas, uno de 29 y otro de 52. Ambos tienen una querencia por las pavas de entre 16 y 22 que nos fascina. La última novia del más joven tenía 20 y la anterior (cuando él tenía 28) 17. El día que nos la presentó hacía pellas y no se pudo quedar mucho porque la estaba llamando su vieja pa cenar. La última novia del mayor tenía 21 cuando él tenía 55. Ambos tienen un discurso cerradísimo, a ambos les duran las mujeres los 6 o 7 meses que tardan ellas en cansar de la novedad o en agobiarse o los que tardan ellos en frustrarse porque esos bellísimos silencios de muñeca no ocultaban una intensa vida interior sino un peazo pavo de lo más idiota. Pero durante esas relaciones que en su caso nunca superan el año, ambos nos cuentan cosas alucinantes. Alucinantes porque a una le da por pensar que no se enamoran de jovencitas, ni de mujeres jóvenes, ni de la juventud en genérico. Se enamoran de su propia juventud, prima. Yo no volvía a los 17 ni muerta, ellos sí.
Segunda cosa: una puede ser muy madura con 20. Eso es cierto. Y una, con 20, puede perfectísimamente tirarle los trastos sincera y honestamente a uno de 40 por atracción real, por admiración, por las ochenta razones que nos hacen tirarles los trastos a los tíos aquí y en la china popular. Pero un tío de 40 que se lía con una de 17, por muy madura que sea la chavala, no deja de estar buscando una relación en la que ser el admirado. El pigmalión, el que sabe. Y eso, que no dudo que pueda ser la semilla de una relación perfectamente válida para muchos, a mí me da un repelús que me muero. Ya no es sólo eso que dices de las hipotecas y los guajes y los problemas, es que mírate a tí hace 10 años y mírate ahora. Y mírate dentro de 10, a ver si te apetecería estar escuchando a tu pareja los problemas que tenías tú hace 20. No por los problemas en sí, ya tú sabes, sino por la forma de planteárselos. Así que entiendo lo que dices y no podría estar más de acuerdo.

Jack dijo...

Hay otra cosa: por alguna razón está de moda. El libro más vendido este verano es Perdona Si Te llamo Amor (lo sé porque el santo lo está adaptando al cine por encargo con Colomo), y a la peña le parece super romántica la ñoñez esa entre una muchacha de 16 y un publicista de 37. Más simples ambos que trozos de corcho y con filosofía buenista por un tubo. Ella llega a su vida gris como un huracán de libre albedrío y disfrute vital, todo es blanco, todo es genial, él la va a llevar a clase... pa potar, pero a la gente le encanta. Van (llora) por la 8a edición. Y encima ta mal escrito. A lo que voy: Las razones de ellas están más o menos claras, la de ellos, también. Al fin y al cabo, todo amor es por interés. Quicir, porque algo interesante encuentras en el otro. Y créeme, hay muchos tíos que buscan simpleza y piel suave, y se enamoran sinceramente de eso. Que a mí me dé como cosa, a priori, no debería importarles.... A dónde quiero llegar...? Ah, sí. Que lo que sí que no tiene edad es la simpleza emocional. Lo que les pasa a estos colegas míos es de libro. Se fijan en una chica joven (mucho) y guapa (indispensable), le tiran los tejos, se la ligan, se convencen (porque ambos dos son de lo más gafapasta) de que son pequeñas filósofas de la cotidianidad (aunque no lean, aunque no vean pelis, aunque no tengan apenas vocabulario), y un día empiezan a frustrarse porque a donde están ellos, ellas no llegan. Y vuelta a empezar. Para mí están destinados a fracasar con ese patrón, y además creo que se hacen y hacen daño. Pero lo que yo no dudo (y tú creo que sí) es que en esos meses del principio ellos estén enamorados. Eso no lo dudo. Y tampoco dudo (y extrañá me tienes tú dudando) que haya asín (cienes y cienes) de tíos de 45 con una edad (interior, mental, espiritual y la virgen) de 15 mal llevaos, perfectamente compatibles con los 16 de su novia.


Por cierto, estoy en madrí de nuevo. La semana no me dió pa nada, así que corre turno y os toca venir...!

Y otro por cierto. Me da que Ro no es mu crítico porque se va acercando lento pero seguro a la edad de empezar a suspirar con modelos adolescentes. Sospecho ná más.
:)

-¿Qué ye eso de la limitasao de caracteres? Prima, tu blogo me acaba de llamar pesada.....-

Lenka dijo...

Calla, calla, que me tiene podre la porquería esta con la censura!! A mí!!! La Emperatriz del ladrillo!!!

Que sí, que esos dos puntos que matizas son ciertos a más no poder. Igual lo de mis dudas decreídas es por ello mismo. Me explico. No dudo de todas esas razones que pueden provocar un enamoramiento tan, a priori, inverosímil. Admiración por un lado, peterpanismo por el otro, deseo de ser protegida, deseo de ser protector, mil cosas. No dudo de que existe, sé que existe. Y sí, es un enamoramiento. Pero es que yo soy muy crítica con esa fase, porque me he escandalizado muchas veces de mi propia imbecilidad cuando me encuentro en tal estado.

Mi enamoramiento (y quizá peco de creer que siempre es así) es ciego, botarate, estúpido e idiotizante. O era, porque gracias a los dioses me fui haciendo callo y tanta leña me dí a mí misma que ahora hay ciertas sandeces que no me consiento. Pero así era. Era la pura y dura negación de la realidad. Creo que nos pasa a muchos, sino a todos (siempre hay algún alma pragmática e inmune a cegueras). Al último Peter Pan lo encontraba adorable, tierno, divertido, necesitado de afecto, llano. Bonitas maneras de describir a un tipo que, en realidad, resultó ser inmaduro, egoísta, consentido, payaso, bobalicón y simple. Mu majo, sí, mu guapo, vale, pero todo lo contrario a lo que yo SABÍA que quería. Qué hice? Como una auténtica mema me dediqué al eufemismo. A justificar. Al autoengaño. A pintarlo todo de rosa. Porque yo (y casi todos, creo) soy (o era, creo) de esas memas y memos que se EMPEÑAN en que tiene que ser tal persona, y si no encaja con el patrón deseado lo hacemos encajar a patadas. Y así nos suele ir.

Con lo cual, por bonitas que sean las mariposas y todo eso, yo decidí que juzgar sentimientos, intereses (que los hay), necesidades varias (que las hay) desde la óptica psicodélica del estado más ñoño, lerdo, atontolinao y berzas que un ser humano puede parecer, es absurdo y poco aconsejable. En mi caso no elegía ni sopesaba yo, sino la gilipollas de la Wendy y la famélica vampira emocional. Y así, leñazo tras leñazo. Y luego miras patrás y piensas: pero cómo COÑO me fijé en él siquiera??? Si en realidad no me gusta NADA de él!! (Claro, porque no era eso lo que querías, y si hubieras sido sincera contigo misma, lo que te hubieras ahorrao. Porque pensabas con la hormona, no con el coco. Porque lo sabías, tarada)

Que hace falta química, y mariposas, y todo ese rollo para fijarse en alguien? Indudeibol. Pero también un poco de visión periférica. Y esta vez creo que la tuve, y miré, y pensé: esto me encanta, esto menos, esto me chifla, esto no me mola mucho, esto es lo que hay, así en conjunto. Me encaja? Sí. Me compensa? Sí. Palante.

Lenka dijo...

(Sigo)

No me empeñé en buscar mi otra mitad, ni una cosa perfecta, ni un reflejo de nada. Conocí a una persona, me gustó lo que vio, era así, por sí mismo. Y decidí que de ahí podía salir una historia. Porque había una base real. No sé cómo saldrá, pero ahí vamos.

Y, SOBRE TODO, me empeñé en tener algo que fuera POSIBLE. Por afinidades, por planes, deseos e intereses comunes, por sinceras ganas de compartir mi vida con otra persona que era así, de esa manera concreta, pa bien y pa mal. Podría haber sido un hombre de 45, o un chaval de 25, no te digo que no. Pero tendría que haber SIDO, por él mismo. No por el reflejo de mis 25 de antes ni de mis 45 de después. Algo real, ahora, ya.

Uno puede enamorarse de unas arrugas, o de una ausencia de ellas, de una vitalidad perdida, de una experiencia que aún no se tiene. Claro. Se puede. Yo me creo ese enamoramiento, lo que no me creo tan fácilmente es que eso sea una HISTORIA de AMOR. Lo que me cuesta creer es que me vendan que es y será, que la nena de 16 vaya a hipotecar el resto de su vida pa siempre jamás en esa única historia, que se vaya a casar de blanco, darle bebés al cuarentón, que a los treintaicinco años vaya a estar loca de contenta con su amorcito de sesenta. Ni que el tío de 41 pueda aguantar más de seis meses de pavadas.

Por qué no lo creo, aunque hay casos por ahí? Porque me recuerdo a los 16, y me recuerdo a los 26, y no me parezco ni yo. Porque a los 17 salía con alguien que se volvió un extraño 10 años más tarde, no por nada, sino porque yo misma era una extraña pa mí misma. Porque ya no queríamos lo mismo, ni éramos los mismos, ni soñábamos lo mismo, estábamos a años luz de aquellos guajes a los que les bastaban cines, pizzas y revolcones. Podíamos haber seguido encajando (por qué no?) pero nos pasó como a tantos otros: cada uno tiró por un camino. Si en 10 años nosotros (que nos llevábamos 3) terminamos en las antípodas el uno del otro y cada uno de sí mismo... cómo puedo creerme que a los 16 se está en la misma onda que a los 41????

Me puedo creer la fascinación, la atracción, el enamoramiento incluso. Pero más no. Más no, porque al final aparece la brecha. Más no, porque si eres emocionalmente "normal", la brecha te salta a los ojos rapidito. Y el inmaduro emocional que busque niñas de 16 al final quiere eso: niñas de 16. Lolitas, iconos, nínfulas, hadas. Y le comerá la moral, ah, paradoja, que un día la niña de 16 sea una mujer de 22 y empiece a salirse del uniforme de colegio. Y seguramente a ella le fascinaba el de 41, pero puede que no tanto el de 51.

Por eso creo que serán cuelgues, enamoramientos, fijaciones, historias, sí, pero quizá no precisamente de amor, o de la clase de AMOR que nos intentan vender. La parte bonita ya la sabemos todos. Antes de llegar la fea termina la serie, la peli o el libro. No saben nada.

Juan dijo...

"Ende luego, hay gente pa tó" decía un torero.

Lo que no pueda entrar en tu lógica, Lenka, nada tiene que ver con los sentimientos que puedan tener otros.

En el amor hay cosas que podemos controlar y otras que nos son totalmente ajenas, que nos vienen dadas por nuestros instintos, hormonas, estructuras cerebrales, redes neuronales o chiquicientas sustancias que rondan en nuestros cerebros o nuestras gonadas.

¿Qué sabemos de lo que nos enamora?. Casi nada. Podemos saber de lo que nos conviene.

Aquello que nos enamora nada tiene que ver con el neocortex sino con nuestros instintos más básicos: olores, sabores, formas más o menos simétricas, de las que no somos ni conscientes. Es la parte inexplicable del amor. Vemos a una persona por la calle, de la que no conocemos absolutamente nada y podemos sentir una gran atracción.

Pero cuando el cerebro se pone a funcionar, lo puede hacer de forma incorrecta y comenzar a lo que somos tan dados: a distorsionar para que como bien dices, hacer, aunque sea a patadas, que esa persona que nos atrae por instinto convertirla en la persona que nos conviene. Todos lo hemos hecho alguna o muchas veces.

Esto mismo les puede suceder a los cuarentones, y me refiero a lo que obran de buena fe, no al hijo de puta que va a aprovecharse de una quinceañera.

Conozco un caso de estos y estoy convencido de que no hay maldad y que realmente hay un sentimiento, eso sí, lleno de distorsiones.

Por ahí leí en una ocasión que las parejas de edades muy distantes funcionaban muy bien. Los hombres mayores, con menos urgencias genitales, estaban en la gloria con chiquitas que los admiraban y que tampoco tenían grande urgencias sexuales. Por otro lado, las mujeres mayores, que tienen más deseos carnales que las jovencits, casaban a la perfección con chicos de 20 años, angustiados por hormonas no satisfechas y que además no intentaban someterlas sino mimarlas.

No se cuanto de verdad hay en esto, pero puede suceder en ocasiones.

Un abrazo

Lenka dijo...

Y te aseguro que sé que no implica necesariamente "maldad", de hecho ese es otro tema, no el de la entrada. No hablo de maldad, hablo de absurdo, del absurdo que le veo. Repito que entiendo que las hormonas, mariposas, químicas y otras "inexplicalidades" puedan hacer que uno de 41 se fije y se enamore incluso de una de 16. Ahora bien, que la AME? Que tras el relumbrón inexplicable pueda afirmar que la AMA? Y ella a él? Que tengan algo, aunque sea un par de cosas en común para compartir? Un mínimo par de cositas en las que fundar una HISTORIA DE AMOR?

Eso es lo que cuestiono, y lo cuestiono muchísimo. Pero mogollón. Admito el relumbrón pero luego lo llevo al mundo real y no consigo que se me sostenga, lo siento. Igual es que soy muy poco romántica y nunca puedo evitar ver el lado pragmático e incluso feo de las cosas (Quién lo diría, con mi fama de idealista, soñadora y salta praditos??)

Eso es lo que no veo, no veo que ese relumbrón tenga un ápice posible de realidad y por tanto de sostenimiento. Por eso no me creo la historia. La de amor. La que dura. No me creo la "relación". También quizá porque yo considero que una "relación" es algo la leche de serio, aunque hoy día me parece que se toma a pitorreo que te pasas, sobre todo por cosas de famoseo y tal. Mengano y Fulana han roto su relación de dos meses. Disculpa? Dos meses es una relación??? Las mías del instituto duraban bastante más!!! No sé, llamadme carca, pero para mí dos meses son un rollo. Puede ser la pera de bonito, intenso, excitante, apasionado, romántico, hasta profundísimo dentro de su "efimeridad" (juas, me lo paso pipa inventando palabros) pero no lo llamaría "relación". Tengo, seguramente, un concepto de relación un poco más heavy. Por eso me caigo de culo cuando oigo llamar a cualquier lío de verano famosil "relación", o cuando me quieren hacer creer que una boda relámpago en Las Vegas entre dos divos mediáticos borrachos que se conocen hace tres días se puede llamar "relación", "pareja" o "matrimonio" (Relación si nos sirve con que follen, pareja porque son dos, matrimonio por un papel, pero vaya, que nos den tanta murga con que si lo de los gays no merece ese nombre y luego valga que te case un tío vestido de Elvis...)

Sé que es difícil de explicar. Intento decir que no dudo del sentimiento, de la emoción, de la atracción. Como tampoco dudo de que Guaja siente fobia por las polillas. Algo que vive con enorme intensidad, que la supera, que la descoloca por completo y que ni puede explicar ni tiene sentido, ni siquiera para ella. Su sentimiento existe, es totalmente auténtico, lo sufre y lo padece, pero no responde a la realidad, ella misma lo sabe. Porque una polilla no puede hacerle daño a nadie. Su sentimiento no es, digamos, justificado. Igual suena horrible eso de justificar sentimientos, pero no se me ocurre mejor ejemplo.

Y a lo que voy, al final, es que me fascina cómo se nos llena la boca criticando el consumismo, la hipersexualización de los críos, la tele basura, la precocidad... y luego damos palmas cuando nos venden la historia DE AMOR de una lolita posando con morritos de guarrindonga y un cuarentón. Pero no pasa nada, porque se aman y porque no es nuestra nena. Porque si fuera nuestra nena nos íbamos a pasar por el forro tan fascinante amor. Y porque fíjate si la historia es poco real, poco posible, poco probable, que por supuesto no se trata de un funcionario y una estudiante de ESO. Se trata de una top model y un no sé qué, agente, representante, manager, fotógrafo o algo similar. Amos, una cosa que te puedes encontrar en cualquier barrio. Otra gilipollez absoluta, vaya. En mi opinión. Y sé que no tendré moral para verla, pero apuesto ambas manos a que, si me atrevo, no conseguiré encontrar un sólo diálogo, una sola situación mínimamente creíble ni inteligente. Fijo.

Jack dijo...

Dios. Lo de las polillas pensé que era una cruz que llevaba en solitario.
Las temo más que a mi muerte.

Lenka dijo...

Pues mira, ya sois como mínimo dos, la Guaja y tú. Podéis ir formando una asociación de damnificados o un grupo de autoayuda!!!

Ado dijo...

Estoy de acuerdo contigo LEn. Yo tampoco entiendo eso. Yo me acuerdo a los 16 años, que si que era mas madura que mucha otras personas de mi edad, pero estaba en la edad del pavo. Asi que por muy madura que te puedas creer a esa edad, tienes pensamientos y tonterias propias de ella, y no entiendo como alguien de 41 años pueda tener algo en comun con chicas de esa edad. Puede que tenga la misma edad, pero mental, que todo puede ser...Ya sabeis lo que le pasa a muchos hombres cunado les llega la pitopausia....

Lenka dijo...

Es lo más curioso del asunto, Ada. La cantidad de tías que, evocando nuestros 16, no es que pensemos que ni de coña nos hubiéramos enamorado de un cuarentón, sino al contrario: estamos convencidas de que ningún cuarentón (con mentalidad "normal") se hubiera podido enamorar de nosotras ni jarto vino.

bowman dijo...

Me permito informar de que, en contra lo que se afirma más arriba, ninguna de las fotos que se han puesto o linkeado, o lo que sea, es de Brooke Shields en 'Pretty Baby' (una peli, por otra parte, excelente, obra del brillante, arriesgado y siempre acertado narrador que fue Louis Malle).

Louis Malle no sólo dio su primera oportunidad a Brooke Shields, sino que dio también grandes y decisivas oportunidades a Miles Davis cuando aun no era Miles Davis -BSO de 'Ascensor para el cadalso'- a Susan Sarandon como amante treintona de un tastarra con edad sobrada para ser su padre -y hasta su abuelo y que, eso sí, era Burt Lancaster- y a Julianne Moore la de demostrar que, además de una llamativa y guapísima pelirroja, era una actriz como la catedral de Burgos en 'Vania en la calle 42'.

Y hablando de demostrar, Luis Malle fue especialista en demostrar el poder de la naturalidad de personajes naturales (más que ‘inocentes’, como ha afirmado algún crítico metido a filósofo) en situaciones tenidas por límite y hasta por inmorales por la moralina más común: desde uno que colaboraba con los nazis por dinero -Lucien Lacombe- hasta los curas que durante la ocupación salvan niños judíos poniendo en peligro su integridad y la de los niños católicos que tienen a su cargo. O la madre incestuosa de 'La souffle au coeur'. O la chiquilla puta de 'Pretty Baby', una peli cuya temática y su tratamiento, por otra parte, no guardan la más mínima relación con el tema de esta entrada del blog: lolitas y cuarentones).

Lenka dijo...

Pero nadie ha dicho que el señor Malle tenga nada que ver con la susodicha foto de Brooke. La susodicha imagen es de una campaña de perfumería o similar, con un mensaje un pelín jevy pa mi gusto y que demuestra que el rollo ese de la nínfula como reclamo es viejo ya, no es que lo hayan descubierto ahora mismo.

La peli de Pretty Baby la vi de cría y me sorprendió mucho, pero tampoco puedo decir que me escandalizara. Al fin y al cabo ya me había visto Taxi Driver con mi mami y era fanática lectora de Gabo (después de la tremenda historia de la pobre Eréndira y su pérfida abuela que no dudó en emputecerla desde niña, una ya no se puede asustar de na!!) Me gustó la peli por osada, y por bella (porque lo es). No se me olvida la frase genial de la mini prosti el día de su boda, explicando que su madre no era caucásica, sino puta. (Por cierto, era la Sarandon también, no???) Pero bueno, aunque hace decenios que no la veo creo recordar que algo tiene de lolita y adulto (no sé si cuarentón o más joven, pero lo había, oiga, y se había enamorado muy mucho de la criatura)

Eso sí, no era una lolita exactamente, ni recuerdo que fuera esa la intención, porque la nena era una nena, con todas las letras, pura inocencia en el mundo que le tocó. Lo que no deja de ser curioso. El personaje de Brooke no era una adolescente resabiada haciendo morritos, era una chiquilla, pero el tío se enamoraba de ella de alguna manera, quizá no sexual, no lo recuerdo muy bien. Tendré que verla de nuevo.

El tema en realidad no es tal o cual peli, ni tal o cual libro, se puede rodar y escribir lo que se desee y no pretender sentar cátedra alguna con ello. No le veo nada de malo a contar una improbable aunque posible historia de amor (cuántos amores y cuán diversos pueden ser) entre una cría de nueve o de quince y un adulto. Es una historia, sin más. Lo que me desagrada un poco es el uso oportunista de la lolita cachonda hipersexual e hipermadura en todo tipo de ficciones, desde el anuncio de ropa a la serie o la peli, su transformación en producto descarado, la hipocresía de revestirlo de "amor" y el asco que nos da luego pensar que nuestras lolitas propias follan, usan condones o abortan sin nuestro consentimiento. Esa doblez es la que me alucina, esa bobalicona ansia de transformar a las chiquillas en top models púberes y pretender luego que sean inmaculadas. Que en la tele el cuarentón nos parezca adorable y luego miremos al novio veinteñaero de nuestra nena como a un pedófilo. Por ahí iba la cosa.

Me parece estupendo que Gabo nos cuente la tragedia de la niña puta, o de la niña endemoniada incendiando la entraña del cura, (joer, va a tener razón la Jack y nuestro amado Gabo, además de genial, tiene un ramalazo pederasta serio!!!) pero me incordia la moral que se emputezca a la niña pa vender pintalabios y se aplauda encima.

Atlantic City, Maese?? Peliculón.

Lenka dijo...

No sé si viene al caso, pero acabo de recordar una entrevista que vi hace nada con la Verdú (esa que usted sabiamente ya había descubierto y yo consideraba tan desaprovechada) y me impactó corroborar cosas que ya había oído antes a otras actrices de nuestro cine patrio: cómo muchas de ellas hicieron ante la cámara montones de cosas antes de hacerlas en la vida real.

Contaba la Maribel que todo lo había hecho antes de mentira. Fumar, beber, follar, todo. Contaba la muchacha de su primera regla, con 13 tiernos añitos, y de cómo fue un director de cine quien le enseñó a ponerse el primer tampax, porque la criatura tenía que rodar una escena de sexo. Con 13 años y sufriendo su primera regla. Y lo contaba ella riendo ante un recuerdo que encontraba tierno y bello. Y bien saben los dioses que si ella lo vivió como algo bello no seré yo quien se ponga estupenda con algo que no me atañe. Pero le confieso, Maese, que me dio un respingo del copón pensando en esa otra "magia" del cine, en ese negocio y arte (y no es el único ni de lejos) en que una nena de 13 años ya anda fingiendo polvos y orgasmos con su primera regla. Me resulta curioso cómo lo entendemos todo cuando es "arte". Lo comentaba un día con la piratilla. Si Woody Allen fuera pastelero y vecino nuestro en lugar de director de cine, por los huevos le estaríamos "comprendiendo" su historia de amor con su hija. Creo yo.

Cosa parecida a la de Maribel le había oído a otras, como la Abril, o incluso la Alaska que ya andaban descueradas o haciendo lluvias doradas en cinemascope a los quince. Y me dio yuyu, oiga. Se lo juro. Será que soy más carca de lo que creía, o que las monjas me comieron más el coco de lo que sospechaba. Pero me dio yuyu, se lo confieso. Que mientras me dé a mí y no a ellas, ni a sus padres, pues fíjese lo que importa. Pero me da, me da. Una poca.