martes, 24 de febrero de 2009

Justicia ciega


Un señor entra en un bar de copas y, tras un buen rato de juega y diversión, se va, por su propio pie, con el camarero del local, al piso que éste comparte con un amigo. Tras seis horas más de fiesta en dicho piso (suponemos que no estuvieron viendo la tele), y, según la versión de nuestro protagonista, el camarero le propone mantener relaciones de una forma bastante... apasionada. Abalanzándose sobre él, concretamente, y, de nuevo según su versión, armado con un cuchillo. Entonces, el invitado sufre un ataque de pánico, teme ser "violado y asesinado", y, en defensa propia, le asesta al fogoso camarero dos puñaladas. Sale corriendo del inmueble? No. Pide socorro? No. Llama a la policía? Tampoco. Es el camarero apuñalado el que se encierra en su habitación e intenta llamar a la policía. Qué hace entonces la aterrorizada "víctima"? Tira la puerta abajo a patadas y asesta al camarero otras treinta y tres puñaladas. Del puro susto que le entra. El compañero de piso no corrió mejor suerte, ya que recibió veintidós dosis de la misma medicina.

No se puede negar que como defensa propia resultó de lo más eficaz. Bien. Han intentado agredirnos sexualmente, nos ha invadido el terror, nos hemos defendido y el resultado son dos hombres muertos. Qué hacer? El pánico sigue su curso? Chillamos, huímos, nos desmayamos, llamamos a los servicios de emergencia...? No tengo ni idea de qué haría yo en semejante situación. Lo que tengo claro es que no sería capaz de permanecer en semejante escenario ni un minuto más. Nuestro protagonista, en cambio, se da una ducha, se cura las heridas provocadas en la lucha, cierra las ventanas, abre el gas y prende fuego en cinco lugares distintos, cinco focos (dos de ellos sobre sendos cadáveres) para asegurarse. Luego coge una maleta, la llena con cosas de valor que encuentra por ahí y se va. Nueve de la mañana.

Semejante ensañamiento puede ser originado por el pánico? No pregunto si es justificable o no, sólo si resulta medianamente lógico. Y la frialdad posterior? El intento porque todo pareciera obra de unos ladrones? Miedo a las consecuencias, se supone. Una persona se siente en peligro (pongamos que sí, que así fue), se defiende (con excesiva contundencia, pero pongamos que eso es fruto del miedo) y, después, al ser consciente de lo que ha hecho, comprende las consecuencias de sus actos y trata de ocultar la verdad. No es tan disparatado. Me sorprende, eso sí, la capacidad de cálculo de alguien que se confiesa bajo los efectos del alcohol y la cocaína (ya tardaba la eterna excusa), que ha sufrido un ataque violento, que asegura haber sido arrastrado por el pánico y que ha matado a dos personas. Debo suponer que tras semejante trance y su perfectamente comprensible ataque de nervios, el tío recupera la calma y la lucidez de golpe. Asombroso.

Al día siguiente, este hombre, atemorizado, víctima de un ataque sexual, forzado por las circunstancias a cometer un crimen terrible, comenta alegremente a sus amigos que vean las noticias. Y añade: "a esos dos maricones me los he cargado yo". Impresionante, verdad? Mi versión de los hechos? Este hombre es un homosexual reprimido (y entiéndase "reprimido" literalmente, no como algo peyorativo o un simple insulto) que, por los motivos que sean, no acepta su sexualidad. Al parecer tiene un hijo pequeño y llevaba una vida "normal" (entiéndase lo que se desee por "normal"). Una noche salió de juerga, echó un polvo, o varios (cosa que él niega, a lo mejor su intención al irse con un hombre a su casa a las tantas de la noche y tras conocerlo en un bar era jugar con él al trivial, lo desconozco) y, tras el homenaje, sintió tal asco, o vergüenza, o ira, o vaya usted a saber qué, que se lió a puñaladas con "esos dos maricones". Es sencillamente mi hipótesis.

Lo más insólito del caso? El tipo en cuestión reconoció el doble crimen, alegando eso sí lo del ataque, la defensa propia y la ingesta de sustancias (la justificación predilecta de todo criminal). Lloró durante el juicio y aseguró que todo aquello no era culpa de nadie, "es culpa de cómo yo soy". De los nueve miembros del jurado, tres llegaron a emocionarse. El resultado? Ha sido absuelto por los dos asesinatos, y condenado, eso sí, por provocar un incendio. Parece ser que, pese a la crisis del ladrillo, un piso vale más que la vida de dos personas. Máxime si son maricas. Es decir, que el pueblo se indigna cuando se produce un crimen, el pueblo clama penas duras, justicia, cadenas perpetuas, cambios en la ley y la constitución. Pero por lo visto hace falta ser una niña para que ese fragor popular se dé. Si eres adulto, vas perdiendo puntos. Si eres hombre, más. Si, encima, eres gay, se acabó tu derecho a la justicia y a la pena ejemplar. Quisiera señalar, como mero dato, que en dicho jurado había siete mujeres. Significativo? No lo sé. Pero normalmente somos nosotras las víctimas de los crímenes más salvajes, las supuestamente más indefensas, las que clamamos por la igualdad, por nuestra protección, las que etiquetamos cada asesinato de mujer como "crimen machista", "violencia de género". Si eres gay, te jodes. Hay géneros y géneros.

Quizá haya sido por las lágrimas del interfecto, o porque las señoras del jurado se sensibilizaran con el supuesto intento de agresión sexual sufrido por el susodicho. No lo sé. No me lo explico. De ninguna manera me explico que un asesino confeso haya sido declarado inocente de un crimen y condenado por su intento de ocultarlo. No tiene el menor sentido para mí. Semejante decisión tiene a gran parte de la sociedad boquiabierta, a las familias de las víctimas indignadas, a los profesionales de la ley haciéndose cruces. Es sensato, es positivo, es de fiar el sistema de los jurados populares? Poner decisiones tan complejas, asuntos legales, casos sacudidos por enormes presiones mediáticas en personas elegidas a sorteo y, la mayoría de las veces, sin la menor idea sobre leyes? No tenemos profesionales para eso? No tenemos cuerpos de seguridad, investigadores, científicos, abogados, fiscales y jueces? No se equivocan ellos muchas veces, o toman decisiones que no nos gustan, que incluso nos cabrean? Puede hacerlo mejor un jurado?

En el caso de Rocío Wanninkhof un jurado popular condenó y machacó a una mujer que resultó ser inocente. Hubo una presión social implacable, y muchas escenas de tristeza de una madre que se hartó de repetir que sí, que había sido aquella mujer (personalmente, creo que tales testimonios deberían estar radicalmente prohibidos). No quiero llegar a pensar que, además, este país en general y aquel jurado en particular condenó a una mujer porque era una lesbiana de aspecto huraño. No quisiera, pero a veces dudo si ese sería otro factor. Aquella mujer fue a la cárcel siendo inocente y sin pruebas de peso que demostraran lo contrario. Ahora, otro jurado deja en libertad a un tipo que se confiesa culpable de dos asesinatos. Las víctimas son homosexuales. Él ha negado que lo sea o que tuviera el más mínimo contacto sexual con ellos. A los ojos de la sociedad es un ciudadano hetero del montón, respetable, una víctima. Pese a su confesión, su intento de ocultar pruebas y sus fanfarronadas homófobas posteriores.

No entiendo nada. De verdad que no. No entiendo cómo nos tiramos de los pelos y exigimos el linchamiento en unos casos y cómo miramos a otro lado después. Confío en que la apelación sirva de algo y que la justicia arregle en lo posible este desaguisado. Y he perdido por completo la fe en los jurados populares. Creo, sinceramente, que si las dos víctimas se hubieran llamado Marta y Mari Luz, su asesino confeso oiría insultos por la calle, necesitaría protección, habría sido declarado culpable y nos lamentaríamos de la indulgencia de la pena (fuera la que fuese). Y si una vez entre rejas la ley del talego hubiera ejercido su poder sacándole las tripas, muchos, pública o secretamente, se alegrarían. Pensarían: "se ha hecho justicia".

12 comentarios:

Kaken dijo...

Es un tema realmente duro, Lenka.

Me gustaría incidir en que manifiestas haber perdido la fe en el jurado popular y me gustaría preguntarte ¿porqué alguna vez la tuviste? Viene a cuento sobre una conversación que mantenía hoy, alguien me preguntaba por el origen del jurado en España.

En cuanto a las noticias sobre temas jurídicos, suelo ser muy excéptica, pues tengo muy comprobado como se retuercen las informaciones en torno a ciencias como la medicina o derecho procesal (sí, el derecho es una ciencia, pero ¿cuantos lo saben?).

Lo que cuentas y tal como lo cuentas (como siempre, enhorabuena, escritora) es absolutamente sangrante.

Espero más comentarios para seguir aprendiendo.

Gracias, Lenka, un bes.

Celadus dijo...

Es comprensible que no entiendas nada, Lenka, porque sencillamente es incomprensible. O más exactamente increible. Son este tipo de situaciones las que le hacen a uno plantearse el funcionamiento de la justicia en España. Me parece algo absolutamente vergonzante. Y sí, estoy de acuerdo contigo en que las características de la víctima condicionan enormemente el modo como la sociedad se rasga o no las vestiduras y clama al cielo o, por el contrario, se muestra tremendamente comprensiva con el asesino.

Lenka dijo...

En realidad, Kaken, no está bien expresado lo de "perder la fe". Es cierto que nunca la tuve realmente, pero tampoco "no la tenía", me comprendes? Simplemente no estaba segura de que incorporar jurados populares a nuestro sistema judicial fuera un acierto, ni tampoco que fuera un error. Ahora empiezo a decantarme por la opinión de que es un error.

Es cierto que los medios suelen retorcer mucho ciertos temas, por no mencionar cómo se cae en el morbo más escatológico, o cómo se manipulan las cosas a conveniencia (seguro que ahora saltarán las organizaciones gays a montar el pollo, y sí, lo entiendo, cada organización vela por sus derechos, normal, pero a veces se vislumbran montones de intereses que nada tienen que ver con la presunta lucha... qué sé yo. Creo que en casos tan sangrantes como este no debería haber plataformas, creo que es cosa de toda la sociedad pedir responsabilidades por una decisión tan descabellada. Ante una injusticia tan insólita lo lógico me parece la respuesta generalizada, pero quizá ese sea otro tema)

En fin, con manipulaciones o sin ellas, el hecho es que un jurado de nueve personas ha declarado inocente al asesino confeso de otras dos personas. Así ha ocurrido y es, en mi opinión, absurdo por completo. Y, como no lo comprendo, sólo se me ocurre pensar que, efectivamente, no todas las personas valen lo mismo. Algunas víctimas tienen más derechos que otras y algunos criminales lo son más o menos que otros por cuestiones tan banales como su orientación sexual, su poder adquisitivo, su etnia... Siempre he pensado que eso ocurría con los delincuentes, que había clases más privilegiadas. Lo que me cuesta más tragar es que también ocurra entre las víctimas. Me parece tremendo.

Eli dijo...

Incomprensible, inconmensurable, indignante e injusto.

Juan dijo...

En su día yo defendía la existencia del jurado popular basándome en que entraran en las salas de Justicia la opinión de la sociedad en general. No hacer tan cerrado el círculo de los que juzgan.

Pocos años me bastaron para comprender mi error y esta sentencia lo ratifica. En USA hay auténticos fiascos a cuenta de este tipo de jurados.

¿Qué es lo que ha podido pasar en este caso?. Que no se ha juzgado con la razón, con la lógica, sino con los sentimientos y con los prejuicios. Y esto se puede repetir.

Yo siempre he dicho, cuando algún paciente no ha hecho el tratamiento que le he recomendado porque su vecina se ha llevado a las manos a la cabeza, que yo me puedo equivocar en mi profesión, pero su vecina tiene muchas más posibilidades de equivocarse que yo.

En esto sucede lo mismo: un juez se puede equivocar en un proceso legal, pero mi vecina Manoli tiene muchas más posibilidades de errar.

Un abrazo Lenka.

Lenka dijo...

Totalmente de acuerdo, Eli. Con cada adjetivo.

Y totalmente de acuerdo, Juan, es que es lógico! Es que yo no puedo ponerme a discutir contigo de medicina, por muchos fascículos médicos que haya leído. Es que tú no puedes rebatirme que el único modo de educar a los moritos, por desgracia, es imponiendo una especie de disciplina castrense, por más que tú creas que es mejor cantarles canciones de Disney.

Todos podemos tener la mejor de las intenciones, pero hay disciplinas a las que sencillamente no llegamos, caray. No por falta de inteligencia ni de buena voluntad, simplemente porque no las hemos estudiado nunca.

Y es que, si lo piensas, es curioso. Nadie me permitiría a mí ejercer la medicina. Es un delito ejercer una profesión para la que no se está adecuadamente formado. Si ninguna persona en un sano juicio pondría en mis manos ni siquiera sus juanetes... no es un poco osado que pongamos el futuro de muchas personas, su libertad y también la seguridad de otros miembros de la sociedad en manos no cualificadas? Pregunto.

Sra de Zafón dijo...

Sí, un sí rotundo, a esta pregunta, pero...aún así nadie nos puede garantizar la profesionalidad y buena práctica tanto de jueces, como médicos, psicólogos, maestros, etc.
Jueces que absuelven al violador por que la violada va de minifalda, médicos que recetan pastilas que saben de sobra que no sólo no son eficaces contra el mal para el que supuestamente las recetan, sino que saben de sobra que pueden hacer más daño, picólogos sin ninguna psicología que aplican tratamientos basándose en hipotésis desterradas por la sensatez pura y dura,cuando no por la bioquímica, maestros que humillan , amenazan y que bajan la cabeza ante el dios temario y el politiqueo.

El haberse formado en algo tampoco garantiza la buena praxis para nada, creo.

Un beso.

Rogorn dijo...

Según creo, el jurado sólo dice 'culpable' o 'inocente' sobre los cargos que se le imputen al reo (varios si hay varios), y es luego competencia del juez convertir esas decisiones en penas, que a su vez el juez no puede inventarse, sino aplicar un código decidido y modificado por el procedimiento que sea en cada territorio. Así pues, el jurado sólo decide sobre la uno de los aspectos, que es el más importante, y para el que todo ciudadano normal está cualificado: decidir si una persona merece castigo o no, dado lo que hizo y las pruebas. Para qué tipo de castigo, ahí entran los profesionales.

Yo estoy a favor de los jurados populares, porque la justicia es un sentido que tenemos todos (excepto casos extremos, que no pueden llegar a jurados, ya que por cada jurado de 9 personas se recusa o rechaza a más del doble de gente), y por lo tanto es algo en lo que podemos mojarnos, ya que de todas formas lo vamos a hacer mentalmente. Por eso no me parece comparable a la medicina o la arquitectura, excepto en la segunda parte, la del castigo especifico, donde sí entran los profesionales.

El tema quizá está en darnos cuenta de todas las veces que echamos la culpa de las cosas a políticos, jueces, policías, militares, exaltados y demás, y luego vemos el uso que haríamos cualquiera al depender de nosotros una decisión importante. Pensamos que toda esa gente está alienada y alejada del pueblo, y es al revés: es del pueblo (de nosotros) de donde sale. Y cuando pensamos que el pueblo haría las cosas mejor, pues ya vemos: nueve españoles, doce opiniones.

Lenka dijo...

Por supuesto, Zafo, un título no da garantías de nada. Ineptos, corruptos, arbitrarios, los hay en toda profesión. Y sin ir tan lejos, no siempre es fácil mantener a raya nuestros prejuicios personales (y los tenemos todos). Pero pienso que si una formación no garantiza la buena praxis... carecer de ella es menos garantía aún.

Rogorn, siempre se dice que una de las cosas malas de este país es que todo dios es abogao, juez, médico, psicólogo, maestro, futbolista y obrero de la construcción. Y astronauta, si se tercia. Todos sabemos de todo, más y mejor que nadie. Se nos da de lujo arreglar el mundo (desde el bar), criticar el trabajo de otros, echarnos las manos a la cabeza, indignarnos y clamar al cielo pidiendo que rueden cabezas. Pero eso no nos convierte en expertos en nada. Si alguien lo dudaba, cosas así debieran demostrárselo.

Sé que el jurado sólo decide "inocente" o "culpable", sin meterse en las penas. Te parece poco? A mí ya me parece demasiado. Al menos en casos tan graves o tan mediatizados como muchos que hemos visto. En casos así, donde ya un juez las tiene que pasar canutas pese a su formación, creo que no deberían intervenir los jurados. No digo que no haya gente que podría hacer un trabajo excelente, pero luego ves casos como este, con un asesino confeso declarado inocente, o el de Dolores Vázquez, con una mujer inocente metida entre rejas y señalada de por vida... y no te consuela mucho.

Obvio que también hay jueces que meten la gamba, que condenan a inocentes y liberan a culpables, claro que sí. Pero a ellos, por ser profesionales, se les pueden exigir responsabilidades si la lían. A un jurado también? Pregunto porque ni idea.

No sé, de verdad que yo preferiría que casos de mucha gravedad o de presión mediática los decidieran expertos en leyes.

Jack dijo...

Yo como es tradición estoy con mi prima.
Y personalmente temo a los jurados populares más que a la peste.
Porque calculo que si yo me considero justa, los de "descartar un embrión de 3 horas es un asesinato", "ojo por ojo y diente por diente", "los maricas son una panda de desviados que no se quieren curar", "los negros huelen mal" "pena de muerte a los pederastas" y "el mejor terrorista es el terrorista muerto", por poner un poner, se consideran a sí mismos tanto o más justos que yo.
Y si mis decisiones en las que no hay casi nada de conocimiento jurídico ya me parecen a veces cuestionables, no quiero saber cómo serán las del supernumerario del opus, el machista reclacitrante o el homófobo doméstico que en ciertos aspectos directamente no se cuestionan un carajo. Y sí, hay cosas que se criban, pero si tienes una vida normal y un curro normal no tienes porqué llevar escrito en la cara que los maricones te dan asco. Ni en el dni.
Si un juez ya tiene papeletas (por humano) para cagarla, no te quiero decir la cantidad de papeletas que tenemos los demás. Y una cosa, Ro, es mojarse mentalmente con la información que la conjura de necios de la tele nos pasa de cada caso sórdido de esta entrañable piel de toro y otra decidir con un sumario de verdad, en grupo y en serio.
Nop. Antes que un grupo, prefiero que me juzgue un mono tití. Te lo digo.
Bicos.
PD1.- recomendación: Visteis la peli de Lummet 12 angry men?? Mola. Y yendo más allá, la versión que hizo Nikita Michalkov es la caña. La llamó Doce. A secas.
PD2.- qué bonita tu cartela nueva, prima, con su poco de búhos.

Lenka dijo...

Toy contigo 100%. Por todo ello.

El logo nuevo ya lo tenía, me lo hizo Lalaith (artistaza!) hace decenios, pero lo tenía puesto tan pabajo en la página que no se veía, así que, por pura y dura justicia, lo subí parriba, que es donde tiene que estar para disfrute y deleite de la peña.

Las pelis que comentas: Doce hombres sin piedad? Es lo mismo? Porque yo tengo una en versión teatro, tía, de los años de Estudio 1. Lo flipas. La peli nunca la he visto. Y sí, sé de la versión rusa, y he oído maravillas de ella también. Mi intención es verlas ambas cuanto antes, están en mi lista de "qué vemos esta noche?" que el Trasto y yo tenemos a medias. Ya te contaré.

Jack dijo...

http://www.filmaffinity.com/es/film695552.html
Esta es, sí, la de Lumet. Que ya de por sí es garantía y ni te digo ná con ese peazo elenco. Un clasicote.
La de Nikita mola mil si te gusta nikita (es, en otro rollo, lo que allen a sus pelis: es un genio, pero ha de caerte bien porque sale él) pero es también redonda.
Por cierto, Mikhalkov (ya que ando de recomendaciones) hizo hace años dos de mis pelis preferidas de todos los tiempos: Ojos negros y Quemado por el sol. El tío es brillante.
Por otro lado, la versión que tienes tú es muy buena también (ten en cuenta que es un guión brillante) con el Osinaga y si no recuerdo mal, Jesús Puente (!!).
Ná. Pa tu lista de pelis con el trasto, si hay que elegir, la del Lumet.
Y píllate el Fantasma y Mrs Muir, que sé que te va a encantar....
Biquiños