lunes, 6 de octubre de 2008

Lenguaje binario

Con los años, siento que estoy aprendiendo muchísimo de la vida (aunque parece que cuanto más sabes más te falta por saber) y, sobre todo, de mí misma. El tiempo me ha vuelto más positiva, menos huraña, más reflexiva, más tolerante y más feliz. Me gusto mucho más ahora que hace diez años, con diferencia. Lo cual no quita para que me siga observando con lupa, encontrando mil defectos. Sólo que, ahora, no me deprimo por ellos, ni creo no poder cambiarlos. Sé que puedo si me da la gana. Al menos puedo intentarlo.
Y, precisamente por todo lo anterior, hay algo que me tiene de lo más confusa. Y es que cada vez soy más intransigente con algunas cosas. Cómo puede eso conciliarse con la madurez, o una mayor sabiduría, o una actitud más abierta? No tengo la menor idea. Pero me ocurre, no puede negarse. Me vuelvo intransigente, intolerante, radical con muchas cosas. Quizá sea porque, al madurar, uno se mira menos al ombligo, va abandonando el egoncentrismo que arrastra desde la infancia, se siente más parte del mundo, de la sociedad, del todo, más implicado, para bien y para mal. Y puede que, por efecto rebote, cuanto más se implica, más sabe, más se involucra, más comprende, más se encabrona, más le apetece bajarse del mundo, más ganas pasa de hacerse ermitaño. Curioso. Abandonas el individualismo, te socializas y acto seguido estás deseando volver al individualismo. Robinsoniarte. El exilio. Pero ya no puedes. Por el sistema, por la corriente, por los lazos afectivos, las obligaciones, la vida. Qué cosas.
Así que, te queda el pataleo. Me he vuelto radical con la intolerancia. Con la superficialidad. Con la ignorancia y sus osadías. Con el paternalismo, el victimismo, el autoengaño, la autocomplacencia, las versiones oficiales, la riada, la indiferencia, la crueldad, el egoísmo, la estupidez. Hago el esfuerzo cívico de respetar, qué menos, pero, por dentro, me descubro dictadora. "Es que a mí la política no me interesa". Pero pedazo de borrego... qué dices? Cómo puede no interesarte algo que puede decidir sobre tu vida? Ya no te digo la militancia, pero, se puede vivir sin ideas, sin estar medianamente informado de lo que pasa? Informado hasta donde nos dejan, al menos... Es un mero ejemplo.
Me aburre la gente, y me cabrea. El ser humano me parece cada vez más interesante y a la vez más anodino. Admiro a la gente inquieta, la gente que se hace preguntas, que quiere saber, la gente que devora libros, que lee las noticias, que discute, que habla, que razona, piensen lo que piensen. Y me saca de quicio la masa indiferente y aborregada, los que pasan de todo y se conforman con lo que les oyen a otros. Cómo se puede no querer pensar, no querer saber? A esa estupidez me refiero. No a la falta de cultura de quien no tuvo ocasiones, siempre digo que había más sabiduría en mis tíos abuelos analfabetos, gente de campo, que en muchos licenciados que conozco. Me refiero a la "cultura" que mantiene los gimnasios llenos y las bibliotecas vacías, la de que el periódico más leído en mi país sea uno deportivo, la de que a la gente le traiga sin cuidado lo que pasa a su lado, mucho más lo que pasa al otro lado del mundo, la de encogerse de hombros, y el gran hermano, la de la cerrazón y el porque sí y el porque no, la de pasar por la vida sin que la vida pase por uno. La de no pararse, no mirar, no escuchar, no callarse un maldito segundo y meditar sobre lo que sea. Ruido y más ruido. Horror al silencio, a quedarse a solas con uno mismo. Una vez leí que la sociedad tiende a resaltar con adornos las partes del cuerpo que considera importantes, y que en eso influyen las modas y costumbres de cada época. No en vano ahora nos enjoyamos el ombligo.
El otro día, en el bus, ese templo de la banalidad y el aburrimiento, un par de chavales de veintipocos hablaban de chicas, luego de música, después de drogas (tío, todos tuvimos noches locas, pero no puede uno engancharse a esa mierda, te crees que lo pasas mejor y es mentira, es que te altera la percepción, pero te lo pasas igual de bien o mejor sin ellas), de música, de informática (y no de videojuegos, sabían un montón de cosas sobre lenguajes binarios, unos y ceros, encriptar programas y cosas complicadísimas), de fútbol y de ahí, con un mortal hacia atrás con doble tirabuzón, pasaron a hablar de historia. El poderío de España. Las colonias. Tratados. Revoluciones. Dictadores. No recordaban si se había perdido antes Cuba o Filipinas. Habían olvidado los nombres de algunos tratados, o los mezclaban. Confundían a algunos dictadores. Tío, qué mal, la historia no era mi fuerte, se me va la olla y me olvido, pero molaba, molaba. Viste el documental del otro día sobre la Revolución Cubana? Sí que lo vi, estuvo guay.
Sí, se liaban con nombres y fechas. Pero al menos dijeron Cuba y Filipinas, y hablaron de los ingleses y los franchutes, y del imperio, y de Fidel, y de por qué en Brasil se hablaba portugués. Al menos les sonaba todo aquello y lo medio situaban. Trataban de hacer memoria, se lamentaban de sus errores, veían documentales en la tele. Les miraba charlar, idéntica ropa, idéntido pelo engominado, los aires chulescos de los guapitos. Dos chavales de doblete hablando en el Alsa, de vuelta a casa. Tío, nos echamos la siesta y esta noche de tranquis, eh? Cenamos algo y vemos una peli. Venga, vale. Cómo era aquello de los códigos para encriptar? Te acuerdas de pa qué se usaban las comillas? Meca, meca, cómo era??
A veces se oye algo interesante entre tanto ruido. Y es una gozada.

7 comentarios:

Ina dijo...

jajaja, me ha encantado lo de enjoyarse el ombligo. Buena metáfora, si señora. Y sí, creo nos pasa a todos, con los años nos llevamos mejor con nosotros mismos, y tenemos menos reparos a la hora de dirigir afectos: de darle un abrazo a alguien, o una patada en la entrepierna. Creo que los complejos se nos caen a la par que...bueno, eso.

Lenka dijo...

Jejejeje, pues es un consuelo saber que no sólo se nos cae... eso!

Gracias, Ina!

Sra de Zafón dijo...

Yo me siento muy selectiva, pero eso no se contradice para nada con el respeto hacia los demás, sólo que ...ya no estoy para perder el tiempo con chuminadas, cortesía, compromiso, etc, y lo dedico a las personas con las que me gusta estar, hablar...
las otras que piensen como quieran, que sientan como les de la gana, que vivan como les salga, y que no me suelten rollos.
Espero que esto no te suene a rollo suelto :-)
(Estoy tomándo un café y un bollito contigo y con la gente que entra a tu blog, que lo sepas)

Lenka dijo...

Con lo que nos gusta en esta Torre tomar cafés juntos!!!

;-)

Eli dijo...

¡Eh! Una sin complejos que se apunta a ese cafelito :)

Lenka dijo...

Adelaaaaante, Majestad!!!

MacVamp dijo...

Cierto es: con la edad una se vuelve como se vuelve y como ya bien describió Ina: "y tenemos menos reparos a la hora de dirigir afectos: de darle un abrazo a alguien, o una patada en la entrepierna".

Yo ahora estoy en una etapa en que debo socializar y sacudirme un poco de encima ese espíritu robinson que parece haber nacido conmigo y que mucho me temo me seguirá hasta la muerte, jejeje. Y digo que DEBO, porque mi nano ha comenzado el cole y he tenido que armarme de valor para "socializar" con algunas madres de compañeros de mi nano, que a fin de cuentas, probablemente lo sean durante casi nueve años :p

Hasta el momento, he tenido la suerte con un par de madres que parecen tener medianamente bien amueblada la cabeza. Y eso permite que des un respiro de alivio entre tanta banalidad que impera hoy en día. No echo las campanas al vuelo antes de tiempo, pero confío en haber acertado con las primeras impresiones.

Jo, lo que yo hubiese dado por toparme con unos chicos como los que describes. Esos sí que logran que nuestras pequeñas llamas de esperanza por la juventud, sigan brillando aunque sea tímidamente, jejeje.

Un abrazo en esta lluviosa noche valenciana,
Mac