martes, 3 de julio de 2007

La misma historia


Hay historias que se repiten con una tozudez sorprendente. La tuya consiste en dejar las cosas a medias. Por miedo, por estupidez o por la conjunción de los astros, eso depende. Pero siempre a medias. Las acabas sí, pones punto y final cuando todo te supera, cuando el grado de surrealismo es superlativo e insostenible, cuando tienes el alma hecha picadillo. Y respiras. Se acabó. Y te invade una sensación de alivio que te hace creer que has hecho lo que debías. Y sí, lo has hecho, desde luego. Has hecho lo más sensato, lo más maduro, lo más sano. Y te apetece abofetearte por ello.


Y entonces, le das vueltas al asunto. Te preguntas una y mil veces si no deberías haberlo dicho de otro modo, si ha entendido tus motivos, si dijiste todo lo que querías decir, si debiste ser más brusca, o más tierna, si pintaste muy gris lo feo o demasiado rosa lo bonito, si fallaste en algo, si volverte egoísta fue lo más inteligente, si no debiste quedarte y aguantar... No debías. Hiciste lo correcto. Y lo sabes. Merecías otra cosa y no un baile de máscaras. No fallaste. Y seguramente no te fallaron, aunque no puedas evitar la decepción del tiempo que perdiste encerrada en una caja, esperando a que alguien se acordara de ti, cerrara puertas y ventanas y te sacara un rato para que te diera el aire. Eso lo sientes, y no puedes evitarlo. Pero te revienta no haberlo dicho. Y al mismo tiempo, te alegras. Te alegras porque no querías ser cruel. Porque cerraste la puerta despacio y con una sonrisa, con el mejor de tus deseos. No, no querías decirlo, pero querías que lo supiera. Que lo entendiera. Que no pensara que le abandonabas por capricho, sino por miedo y porque ya no soportabas la idea de seguir contando los minutos ni un minuto más.


Pero no sabes lo que piensa, no sabes si te entendió, porque cerraste la puerta para no volver a abrirla, porque no le permitiste responder. Porque sabías que habría bastado una palabra suya para abrir todas las puertas de golpe. Así que echaste a correr tapándote los oídos. Huíste y te pusiste a salvo. Pero, como eres estúpida, vuelves a dudar. Y te haces preguntas. Todas esas preguntas...


Siempre sabes que has hecho lo que debías. Lo sabes, con toda certeza. Una tras otra, tus historias se quedan en el aire, sin un final. Una y otra vez, hastiada del suspense, rubricas tú ese final, siempre apresurada, muerta de miedo, torpe y desencantada. Un mal final para cerrar viejas historias que siempre son la misma. Bonitas historias con finales indignos de ellas. Indignos de ti, aprendiz de escritora. Lástima de finales.


Has hecho lo correcto, lo que debías, lo lógico, lo inteligente, lo sensato. Y lo sabes. Y te darías de bofetadas una vez más.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Len, te juro que acabo de llevarme un susto de muerte.
Y luego te ries cuando digo que nos leemos la mente de verdad.
Lee lo que he escrito hoy...

Lenka dijo...

Increíble! De verdad. Me estás dando miedo!!!

;-)

Anónimo dijo...

Jeje, que diver...
Ser una bruja mola ;-)

Cris dijo...

Chicas acabo de leer lo que habeis puesto las dos, y de verdad, ¿no sereis brujas? Jajaja. Muchos besos para ambas.

Celadus dijo...

Siempre se hace lo correcto, gemela, porque en el momento de hacerlo es la única opción real que tenemos. Da lo mismo si después nos planteamos si hemos hecho bien o no, porque las circunstancias que se dan después nunca son las mismas que las del momento de decidir.
Os confesaré un secreto: me muero de ganas por leer lo que ha escrito eli..pero no se donde lo ha escrito, jajaja.

Lenka dijo...

Muchos besos, Cris y Gemelo. Ya sé, ya sé, hice lo correcto, pero, como bien dices, Celadus, luego el momento cambia y toca dudar. Y conste que sigo pensando que hice lo que debía, pero luego uno nunca está seguro de haber hecho lo correcto de la manera correcta. Me explico?? O me estoy armando un lío?? Bueno, es igual!!

Jejeje, Gemelo, te diría dónde puedes leer lo que escribió Eli, pero creo que no tengo autoridad para chivarme.
;-)

Pregúntale a ella, a ver si te desvela el gran secreto...

Guaja dijo...

No pienses de más
cuando te quedes sola.
No pienses de más,
no dejes pasar las horas.

La vida es así,
cambia el viento,
cambia la estación,
no siempre se encuentra
una razón..

No pienses de más

No esperes de mí
que venga y te lleve lejos,
no esperes por mí,
yo no puedo dar consejos.

No me hagas hablar,
no te traigo más
que esta canción,
yo no entiendo
ni a mi corazón..

No pienses de más

No me escuches
no ves que estoy dolido...
No me sigas,
yo también estoy perdido...

Y no todo se ve
mirando por una lupa,
no todo se ve,
no sé de quien fué la culpa,

nunca lo sabrás,
cambia el viento,
cambia la estación,
no siempre se encuentra
una razón..

J. Drexler

No pienses de más

Lenka dijo...

Y te pensarás que lo arreglas con una de Drexler!!!!!

;-)

Anónimo dijo...

Celadus, algún día lo mostraré, creo. Pero aún no estoy preparada.
Lo entiendes ¿verdad?