miércoles, 11 de julio de 2012

Hermanos

 Por alguna razón que desconozco, todos los meses aparece en mi portal el número correspondiente del Muy Interesante, y nadie lo quiere. Imagino que se debe a la suscripción no cancelada de un antiguo vecino y el hecho de que absolutamente nadie en todo el edificio tenga el menor interés en dicha publicación me parece perfecto. Porque me la quedo yo. Mi padre estuvo suscrito como veintitantos años, y teniendo en cuenta que se pasaba media vida en un barco y la otra media sobre una moto, éramos mi hermano y yo los que disfrutábamos del Muy. Había tortas por leerlo. Al final, el Pater se los llevó todos juntos y quedó sepultado por más de dos décadas de ciencia. Se las leyó de cabo a rabo, por supuesto, y seguro que disfrutó como un enano. Lo malo es que para cuando él descubría que había aparecido una nueva especie de batracio amazónico, el bicho ya llevaba tiempo extinguido. Cuando cada mochuelo voló a su olivo, la suscripción se canceló. Echaba de menos la revista.

En este último número hurtado del portal encuentro un artículo curioso. Al parecer (lo cuento de memoria, conste) está prácticamente demostrado que el lugar que ocupes en tu familia al nacer será determinante en tu carácter, ideas y forma de vida. O, al menos, muy influyente. Resumiendo mucho, puede casi afirmarse que los hermanos mayores son autoritarios y conservadores. Se identifican más con "el jefe", así que son mandones y rígidos para defender su posición de privilegio (yo llegué primero). Los segundos, por el contrario, tienden a la rebeldía, a desafiar las normas y a pulverizar las costumbres familiares. Como ejemplo ilustrativo, afirman ciertos estudiosos del tema que la mayoría de los congresistas estadounidenses o de altos ejecutivos, son primogénitos. Mientras tanto, la mayoría de los arrestados por dirigir piquetes en las huelgas o de los famosos luchadores por los derechos civiles, son hermanos menores.

A los mayores les refuerza el haber llegado antes, haber acaparado durante cierto tiempo la atención paterna y el hecho obvio de que, cuando llegan nuevos hermanos, ellos (los primeros) son más grandes, más fuertes y han desarrollado más habilidades. Luchan por mantener su posición y sus parcelas, mientras que los pequeños cultivan el espíritu crítico, cuestionan las normas y se hacen más subversivos. Hay más doctorados, magnates, directivos y empresarios de éxito entre los hijos mayores, y más bomberos, artistas, aventureros y creadores entre los benjamines. Los primogénitos, en general, tienen mejores sueldos y posición que los hermanos siguientes. Incluso hay estudios que afirman que los hermanos mayores tienen, de media, un cociente intelectual superior a sus hermanos menores, lo que quizá se explique, sencillamente, en que sus padres pudieron dedicarles más tiempo y estímulos.

El hermano mayor tiende a ser el responsable, el buen estudiante, el obediente. Los que vienen detrás se las ingenian para aprender otras técnicas de seducción. Son los locuaces, los divertidos, los engatusadores. La lucha constante con el primogénito mandón hace que los pequeños sean más diplomáticos y estrategas. Los dictadores son primogénitos, los revolucionarios benjamines. Ejemplos de hermanos mayores serían: Stalin, Mussolini, Hitler, Churchill, Roosevelt, Colón, Robespierre, Bush o Botín. Ejemplos de hermanos pequeños serían: Gandhi, Luther King, Rosseau, Jefferson, Franklin, Darwin o Amenábar.

Qué pasa cuando eres hijo único? Que tiendes a un comportamiento y a unas ideas similares a las de un primogénito. Qué pasa cuando para nada encajas en estos perfiles? Qué ocurre si, siendo el primogénito, eres pacifista, progre, rojeras y más bien dado a cuestionar la autoridad? Los expertos te dicen que, en ese caso, provienes de una familia desequilibrada. Esto no quiere decir que estemos hablando de maltrato, abandono, adicciones o cosas así. No necesariamente. En casos de familias muy desestructuradas, el hijo o hija mayor asume el rol de los padres y trata de cuidar a sus hermanos menores mientras, al mismo tiempo, cuestiona a los progenitores por su negligencia. De este modo, el primogénito no será conservador, ambicioso ni mandón, sino que combinará como pueda su lado responsable y su lado rebelde. Newton o Kepler serían ejemplos de este caso. Pero no hace falta irse a los extremos. El primogénito tratará de coger las riendas del clan si uno de los padres trabaja lejos del hogar, o si muere, o si enferma. Aunque exista amor y respeto en el núcleo familiar, el primogénito intentará ocupar el lugar del adulto ausente, y en su vida adulta tendrá un carácter un tanto complejo y ambivalente: la rectitud del hermano mayor y la rebeldía del benjamín. Una especie de mezcla entre el papel de adulto que asumió y el del niño que querría haber podido ser.

No me negaréis que es interesante, admite miles de peros y da para debatir largo y tendido!

9 comentarios:

Nesseah dijo...

Muy interesante (nunca mejor dicho :P); pero lo cierto es que la lógica de muchos estudios no es válida bajo un punto de vista estrictamente científico. No digo que por ello sea falso en su totalidad, pero no considero que sea cierto en ella tampoco.

Lenka dijo...

Opino exactamente lo mismo. Siempre pongo los estudios en cuarentena, porque creo que explican generalidades, pero desde luego nunca hay verdades absolutas. Y menos cuando hablamos de algo tan complejo como un ser humano!

Rogorn dijo...

Yo soy un mayor, jeje.

Lenka dijo...

Y yo. Pero me temo que soy una mayor de familia desestructurada, porque si no, no se explica lo mío. XD

Juan dijo...

Tiene lógica y coherencia y probablemente bastante de razón, pero como dices, con muchos, muchísimos peros.

La educación es diferente según el lugar que ocupes en la familia, eso lo tengo claro. Y a educación diferente formas de actuar distintas.

Hay otros estudios que inciden en la importancia de los genes y, según éstos, se tiende a ser más conservador o progresista. Y esto también está demostrado científicamente.

¿Que pasaría si una persona tiene genes que tienden al conservadurismo y es un benjamín o viceversa?.

El temperamento es el conjunto de las inclinaciones íntimas que brotan de la constitución fisiológica de los individuos (GENES).

El carácter es el conjunto de las disposiciones psicológicas que nacen del temperamento, modificado por la educación y el trabajo de la voluntad y consolidado por el hábito (EDUCACION).

El temperamento corresponde al modo de ser de la persona, que viene condicionada por los genes y, éticamente, no es bueno ni malo en sí mismo, mientras que llamo carácter al conjunto de acciones, emociones y pensamientos que una persona pone al servicio de una causa externa a la persona misma, y puede ser éticamente bueno o malo según la motivación consciente o inconsciente la impulse a pensar, emocionarse o actuar de la manera en que lo hace.

De esta manera surge lo que a cada uno le hace único: la personalidad. Y dependiendo de las distensiones entre lo que somos y lo que hacemos surgen el equilibrio o desequilibrio de cada uno. Cuanto más actuemos como somos, sin demasiadas interferencias con lo que se espera/esperamos de nosotros, mejor nos irá.

Juan dijo...

Uf, vaya rollo he largado. No sé si me he explicado

Juan dijo...

Por cierto, soy el tercero. En mi caso, la primera y cuarta son conformistas y la segunda y yo rebeldes.

Lenka dijo...

Lo que me ha encantado del artículo es que menciona cómo se organizan los roles familiares, cómo cada persona ocupa un puesto con sus responsabilidades y privilegios y cómo se estructura el clan. Es muy interesante, porque a pesar de cuánto ha evolucionado y cambiado todo hay cosas prácticamente iguales que en las cavernas.

Parece ser que muchos conflictos emocionales tienen su base en la lucha que, supuestamente, todos mantenemos entre el rol que nos otorgaron dentro de la familia y el que realmente queremos representar en "el mundo". Dependiendo de si ese rol "impuesto" nos satisface más o menos serán mayores o menores nuestros conflictos de identidad y demás.

En fin!! Yo soy primogénita con padre casi siempre ausente (por su trabajo de marino y por su poca vocación familiar, ejem). Desde los doce o trece años hice equipo con mi madre para "educar" a mi hermano y llevar las cosas familiares. Creo que mi madre ni se daba cuenta de que era su confidente en demasiadas cosas, hablábamos de cómo arreglar tal o cual problema familiar y, aunque suene surrealista, en algunos temas me pedía consejo ella a mí.

Creo que fui muy "primogénita" en algunas cosas: no me gustaba estudiar pero jamás se me pasó por la cabeza otra opción, nunca cuestioné que debía hacerlo. En otras cosas fui todo lo contrario, cuestionándolo casi todo. Viéndolo desde ahora me da la sensación de que en mi adolescencia encontraba muy injusto (y absurdo!) que mi madre confiara en mí para temas serios y luego no me dejara salir de noche. Probablemente me fastidiaba que me considerara adulta para ciertas cosas y niña para otras (las más divertidas, coño!!) Claro, entonces no me daba cuenta ni habría sabido explicárselo así. Pero, evidentemente, resultaba un tanto extraño que a los catorce años le aconsejara cómo decirle a su padre que ya tenía edad para decidir por sí misma mientras a los diecinueve discutíamos por la hora de llegada!!!!

Ahora me parece que reclamaba mi derecho a divertirme y hacer el idiota, sin más.

Inés dijo...

Me gustó tu resumen del artículo... a ver si lo encuentro en línea para leerlo.