miércoles, 30 de mayo de 2012

El más grande de los deseos

 Recuerdas, Dalai, cuando las dos pedíamos lo mismo? Yo lo pedía para ambas y sé que tú hacías lo mismo. Se lo pedí a mis ancestros. Se lo pedí a tu abuela Tasia. Se lo pedí a las lluvias de estrellas, a cada luna llena. A Cebrián, a los dioses, a la Madre Tierra, a la vida. Se lo pedí incluso a aquellos en quienes no creo. Fui a la ermita de La Providencia, esa tan especial para ti en la que estuvimos juntas alguna vez, y allí, entre exvotos colgantes y pilas de cuadernos escribí a Dios, a Jesucristo, a esa Virgen Negra y a los Santos que te condecieran tu mayor deseo. Se lo pedí también a ellos porque, aunque yo no crea, tú sí. Pedir para mí misma habría sido de una desfachatez superlativa. Pedir para ti me parecía lógico.

Recuerdas mi miedo a decirte que los hados habían cumplido conmigo? Aquel embarazo milagrero me parecía un regalo, pero también una injusticia. Y que fueran dos... pura ostentación. Casi una ofensa. Estaban idiotas por allí arriba, o qué? No podían haberlo repartido un poco??? Tú, obviamente, te alegraste sinceramente. Créeme que ni un erizo como yo podrá olvidar jamás aquel abrazo, las dos llorando a moco tendido. Pero yo quería esto para ti, lo quería tanto o más que para mí misma. Joder, a mí ni siquiera me gustan demasiado los niños (al menos los ajenos no mucho). A ti te brillan los ojos cada vez que miras a uno. Tú eres de esas mujeres que nacen para madrazas. Tenía que pasar, porque lo contrario habría sido una indecencia.

Y yo estaba convencida de que tu momento llegaría. De un modo o de otro, por caminos diáfanos o por sendas más intrincadas. De una manera o de otra ibas a ser madre. Nunca lo dudé. No puedo imaginar lo que sentías tras cada decepción, no alcanzo a calcular lo largo y retorcido que se te ha hecho este viaje. Los miedos, las dudas, la frustración. La enorme inversión emocional que has hecho (de la otra ni hablemos). Porque yo apenas tuve tiempo de entristecerme. Ya ves que conmigo la magia tuvo la ocurrencia de manifestarse antes incluso de que llegaran las malas noticias. Contigo tuvo la mala idea de jugar un poco más. A lo mejor no esperaba que encajaras con tanto arte. Peor para ella.

Finalmente empezaron los sortilegios. Recuerdas, Dalai, aquel mensaje que te envié nerviosita perdida porque no paraba de soñar contigo y de ver tu imagen por todas partes? Lo que no quise decirte (porque me pareció una idiotez andar dándomelas de vidente en un tema tan serio) es que en mis sueños andabas loca con las náuseas. Y a los pocos días, se confirmó el positivo. Recuerdas que bromeé contigo y te auguré que ese enano os fastidiaría el aniversario de boda? Bueno, es cierto que se retrasó un día, pero os tocó celebrar el aniversario en el hospital. Siempre nos ha resultado sencillo leernos la mente. Esto de ahora, forzosamente, tenía que aumentarnos la telepatía.

No quise escribir ni una sola palabra. Me quemaban las puntas de los dedos por las puras ganas de teclearlo, de contarlo a los cuatro vientos. Pero ya sabes que, en el fondo, soy supersticiosa, y me aterraba la estúpida idea de gafarlo. Por eso decidí esperar hasta hoy. Mira hacia atrás, Dalai. Ha sido duro, ha sido eterno, verdad? Pero ha llegado el día. Dicen que lo bueno se hace esperar. Ahora mismo estarás levitando. Seguro que nada de lo que has sufrido tiene ya la menor importancia. Ninguna, salvo que un día podrás decirle que fue deseado, buscado, suplicado, rezado, soñado y tan querido como nunca podrá llegar a imaginar. Podrás contarle que, el día que llegó al mundo, había un montón de brujas taradas riendo, llorando y enviándole besos desde un rinconcito del norte.

Gracias, Fernando, gracias. Gracias por ser tú y por llegar a nuestra vida. No te haces la más mínima idea de la extraordinaria madre que tienes. Y tú, Dalai, amiga mía, disfruta como una loca de ese sueño que al fin tienes entre tus brazos. Te quiero más de lo que podría describir. Enhorabuena, Menchín. Eres madre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por dios nena.... lo que me haces llorar.

Felicidades Menchín, me alegro por todas vosotras cuando os llega el momento y por fin teneis a vuestros pequeños en brazos, pero está claro que todas queríamos que especialmente a ti te llegara el momento.

Marechek.

Anónimo dijo...

Ay jo, otra aquí llorando a moco tendido.
y si, todas nos alegramos cuando llega un nuevo miembro al akelarre, pero sin duda este era el más deseado, no podía ser de otra manera, siempre supe que llegaría el momento porque como bien dice Lenka habría sido una gran injusticia.
Diossssss que ganas de verle y achucharos a los dos.
Vero

Lenka dijo...

No solté ni una lágrima cuando parí, ni siquiera cuando me trajeron a mis enanos, pero hoy no podía parar. Cada niño del akelarre es un tesoro, y aunque dos sean míos sólo puedo decir que lo de Fernando ha sido... buf. Indescriptible.

Dalai dijo...

Ay, Señor, no lo había leído hasta ahora; perdona, con tanto mirar a mi niño se me había olvidado que existía el blog. Como de tanto llorar no veo bien el teclado, sólo te voy a decir de momento "Gracias", y cuando vayamos a casa en agosto, ya te daré un abrazo que te meta las púas "pa´dentro". Y Fernando te manda también un beso desde su cunina :)

Lenka dijo...

Calla, calla, que con mirar a tu milagro tienes bastante. Disfrútalo cada segundo, porque crecen de un día para otro.

Lo que está claro es que tenía que venir, Dalai, porque se lo habíamos pedido a todo el puñetero Universo! Y se ve que a pesadas no nos gana nadie. O eso o tenemos buenos abogados por ahí arriba. Pena que, por lo visto, también tienen una burocracia del copón y se les retrasan un poco "los envíos", pero vaya si mereció la pena.

Al final llegó cuando tenía que llegar (como Gandalf!) y estoy segura de que se te olvida TODO cada vez que le miras. Ahora ya te lo puedo decir sin remordimiento ninguno: es IMPOSIBLE explicar cómo se les quiere. Incluso cuando parecen empeñarse en volvernos locos, incluso aunque nos quiten literalmente la vida y el sueño y nos pongan la existencia patas arriba. Ahora lo sabes perfectamente, y de hecho se te sale por los ojos.

Aaaaaay, Menchín!!! Enhorabuena. Has hecho magia, pura magia!!!