domingo, 5 de septiembre de 2010

Desmoronada


De nuevo en fase de absoluto agotamiento. Me observo a mí misma y me sigo sorprendiendo. Me pasma mi decrepitud. De dónde salen estos ochenta años que tanto pesan? Han vuelto las migrañas, aunque siempre hay químicas para mantenerlas a raya. Levantarse por las mañanas vuelve a ser un suplicio, pero si te tiras de la cama lo consigues. Se me quita el hambre, y eso bien mirado es una ventaja. Bajar un tramo de escaleras exige que me agarre bien a la barandilla, porque las piernas flaquean como si acabara de correr la maratón (ida y vuelta). Acumulo contracturas en la espalda, el cuello, los hombros... Me pesan los brazos. Las manos andan tan torpes que todo se me cae. El estómago hierve a ratos sin causa aparente. Noto hormigueos y calambres. Raro es el día en que no tengo hinchada y dolorida alguna articulación. Puede ser una rodilla, un codo, los nudillos o el pulgar del pie izquierdo, ese que se me "encasquilla". Tengo un sueño mortífero, pero doy vueltas en la cama con la columna cantándome un miserere. Me coloco debajo un cojín enorme para arquear mi cuerpo lo más posible y, curiosamente, así estoy mucho más cómoda. Luego descubro que prácticamente levito sobre el colchón, que todo mi ser está en tensión. Cómo voy a dormirme así? Me obligo a relajarme poco a poco, cada parte, cada miembro, repitiéndome una cantinela digna de un CD de esos new age para meditar. Sueños agitados, inquietantes. Despierto más cansada que la noche anterior, y siempre con los brazos muertos de puro dormidos. No los siento. Intento moverme y aparece la punzada en el costado. Ay, uy, menudo show. Parezco una tatarabuela desperezándose. Cómo amaneceré mañana? Puede ser un tic en la ceja, el meñique distendido, una bola en el gemelo que me haga cojear, pinchazos en los riñones, la muñeca abierta o la planta del pie, según. Siempre hay algo. Y el muestrario es amplio y variado. El otro día, por ejemplo, batí mi propio record en originalidad. La nariz. Me dolía la nariz. Concretamente una fosa nasal. Cuál era? La izquierda, creo. Durante un día entero sentí punzadas por ahí dentro, como si alguien me estuviera metiendo un tubo. El dolor subía hasta el ojo, luego lo notaba "en el cerebro" y desaparecía. Algunos días (no es broma) me duele incluso el pelo. O las uñas.

Me observo y tomo nota, aunque no digo nada. Para qué? Me aburriría yo misma de oírme tantas quejas. Se lo cuento a ella, que de dolor sabe un rato largo. Mucho más que yo. Tengo claro que es la que mejor puede entenderme. Sólo que ella tiene cosas. Hay motivos para su dolor, al menos para parte de él. Yo, en cambio no tengo nada. Nada que justifique tanta molestia y tanto cansancio. Nada que explique por qué levantarme, caminar hasta la parada del bus, hacer la compra o pasar la aspiradora me exige ratos de mentalización, organizarme bien, calcular el tiempo a invertir, medir mis fuerzas y, casi siempre, descartar cosas para otro día. Y terminar reventada. "Pero qué vaga eres, hija mía", suspira la Mamma, asombrada. "Y eso que no haces nada. Anda que si llegas a tener que currar en el campo..." Juas, madre. Moriría, fijo. "Mira cómo tienes las ventanas. Cuándo las piensas limpiar?" No lo sé. Igual mañana. "Desde luego, vaya generación la vuestra. Pasáis de todo. Pues no será porque yo no te enseñara a hacer las cosas". Si supieras la de cosas que dejo de hacer, madre. Montones. Porque no llego. O a lo mejor es cierto que soy vaga. Estoy tan acostumbrada ya que ni siquiera me importan las ventanas. Que les den.

Es curioso, porque cuando logro arrancar no tengo medida. Puedo hacerte una mudanza en unas horas, y eso incluye que te dejo los muebles montados, todas tus cosas colocadas en su sitio (de la vajilla a los libros pasando por la ropa, el ordenador y las figuritas), ni una caja sin deshacer y la nevera llena. Ya he hecho cosas así. Puedo hacer eso, y amasar doscientos kilos de picadillo, y corchar un llagar entero, o hacerme la Ruta del Cares. Y pasarlo bien con todo eso. Ignorar a mi propio cuerpo. No escucharle. Es como un ataque de rebeldía. Una proeza que luego pago con doce horas inconsciente bajo las sábanas y múltiples secuelas. Al final no me importa demasiado, porque el resultado es prácticamente el mismo que si me paso el día entero tirada en el sofá, así que... Lo malo es que, sencillamente, a veces no puedo arrancar. Busco fuerzas, pero no las encuentro. Y, por más que una se acostumbre, al final te cansas de estar cansada.

20 comentarios:

Luna dijo...

Buenas guapa!
Eso que cuentas me suena!
Has mirado en que fecha del calendario estamos?
Eso quiere decir que mañana mismo me compro mi dosis estacional de vitaminas.
Me da igual cuales,olo que no lleven Ginsen, que entonces estamos listos.
A mi eso me pasa a la entrada de la primavera y el otoño... unas vitaminas y la cosa mejora mucho, por lo menos a mi me va muy bien desde hace años, y pobre de mi como se me olviden!
Venga el lunes a reponer fuerzas!
Besos
Rosa

Nebroa dijo...

Antoñita! qué voy a decirte yo que podría suscribir completamente tu entrada? Ya lo hablamos en mi casa una vez, recuerdas?
En fin, que no0, no tengo soluciones 'aun'. Sigo buscando y como lo de acudir al médico cada cierto tiempo me está tocando los cojoncillos sobremanera, pues ahora me ha dado por esta técnica tan mona que se llama 'aceptación de sensaciones', y bueno, yo qué sé si funciona? Si hace sólo 3 días que la he puesto en marcha!! Sé que me siento como tú, cansada de cansarme y de que parezca que tengamos mil trescientos años. Te entiendo...
Otra cosa es buscar por qués... Y yo, bueno, creo que sé que es normal que mi cuerpo cante estas canciones, por todo lo que me dije en el pasado. Pero la cuestión no es por qué nos pasa, y sí lo de cómo solucionarlo? ... ya te digo, yo esto en esa, relajación, respiración, observación. Ver qué ocurre con algunos de esos dolores que nos persiguen... Ya veremos. Es justo lo contrario a lo que dices que haces cuando te pegas maratones, que no escuchas al cuerpo, pues me parece que es justo el otro extremo!
Ya veré qué sale de aquí... Si no sale nada nuevo, al menos habré aprendido a respirar! :s

Juan dijo...

Hasta cuando describes un cuadro clínico eres buena.

Ya sabes a qué patología me refiero. Cada vez lo veo más claro.

Deseo de todo corazón que mejores.

Kaken dijo...

A mi me suena a fibro de campeonato.
¿Has leído al respecto en el blog de medicina de Juan?

En cuanto a las molestias de las narices ;-), las padezco desde que era bebé de dinosauria y, casualidades de la vida, al consultar por problemas de garganta a un otorrino resulta que lo que me ocurre en la nariz es una vestibulitis, una infección de los bulbos pilosos internos que originan las molestias que describes tan parecidas a las mías.
Mira a ver si te sirve de algo, mientras tanto, un fuerte abrazo.

Rogorn dijo...

Van a ser aliens, yo creo. Lo de la sensación de levitar y de tubo en la nariz es altamente sospechosa. Habla con Menchín a ver qué dice Mulder.

Lenka dijo...

Juas, pues va a ser eso, Rogorn. Visitantes de dormitorio! Me están haciendo experimentos!!!!! XD

Luna, lo malo de mis "estaciones malas" es que son las cuatro del año :S Esto es viejo ya, lo arrastro desde los 12 o 13 años. Pero no creas, también tomo vitaminas (cuando me acuerdo, jejeje), que toda ayuda es poca!!!

Nebroa, yo también me pregunto si estas cosas tendrán su raíz en el coco, en el estado de ánimo. Llegué a creerlo porque cuando conocí al Trasto no me dolía nada. Debió ser por la explosión de endorfinas! Ahora que el cuerpo se me ha acostumbrado a este estado de ánimo, se me cae a cachos otra vez :(
Qué desastre!!! Ah, la aceptación de sensaciones. En realidad no nos queda otra, no?? Hoy mataría por no tener que ir al gimnasio, pero iré. Total, me voy a cansar lo mismo, me viene bien y sé que una vez allí podré de sobras con ello. Así que, palante.

(Como dice mi abuelo: qué mierda de generación!!! No valís pa na!!!)
XD

Lenka dijo...

Ay, Juan, sí, sé de lo que me hablas. Ya sabes lo que te comenté en su día. Por un lado cuando asumes que eres una calamidad te resulta poco atractiva la idea de que "eso" tan asumido se convierta en una enfermedad. Así que haces la técnica del avestruz. Mientras nadie te lo confirme, no existe.

Por otro lado, tiendes a minimizar. No, cómo va a ser eso, si eso es una cosa gravísima que tiene a la gente tirada en la cama? A mí no me pasa tanto! No sé, es también un poco de complejo de subirte a un carro que no crees que sea el tuyo. Todo esto es una fobia mía a convertirme en mi abuela!!!! Que es una señora que está como una pera de sana pero al mismo tiempo tiene todo lo que tengas tú y más XD Cualquier dolencia que le saques a la luz, ella la tiene. Lo que pasa es los médicos "no se lo ven". Antes de caer en eso, prefiero decir que soy vaga, lo juro!!!!!

Y luego está el tema médicos, y ya lo siento, porque para nada quisiera ser injusta con el gremio. Pero chico, es que me los voy encontrando. Muy pocas veces se me ha ocurrido contarlo "todo junto", más bien por trozos: me duele esto, ahora me duele aquello, las jaquecas, el cansancio, los calambres... de uno en uno. Es estrés, te has dao un golpe, malas posturas. Tómate estas pastillas. Vale. Y cuando me he decidido a contarlo en bloque, lo mismo. Falta de vitaminas, estrés, ansiedad, malas posturas. Pastillas.

O las dos favoritas:
a) Tienes depresión, vete al psicólogo.
b) Lo que tienes que hacer es adelgazar.

De acuerdo con la b. Y oiga, cuando pesaba 50 kilos, por qué me pasaba lo mismo? Porque tienes ansiedad y nervios. Pero si adelgazas te dolerá todo menos.
Faaaale.

Entiendo que me toman por loca, o por ociosa. Y se te quitan las ganas. Más aún, jajaja.
Lo que me consuela es que, sea lo que sea (si es que es algo), tiene sus "brotes". Hay fases peores y luego la cosa se suaviza. Ahora estoy en una de las malas, pero mejoraré. Fijo.

De todos modos, si encuentro un médico que me mire a la cara y me escuche cinco minutos, te informo!!!

Lenka dijo...

Hola, Kakeeeen!!

Sí, he leído la entrada de Juan sobre el tema, y de hecho no sabía nada de la enfermedad hasta entonces (el nombre y poco más), así que fue todo un descubrimiento. De todos modos sigo sin tenerlo claro. Por un lado os tengo a vosotros dos y al Doc defendiendo la hipótesis, y por otro a todos los médicos que he visto diciéndome que es ansiedad, así que... no me aclaro!!!

Respecto a lo de la nariz... cosa más rara en la vida me pasó! Pero sólo me duró un día, así que no le hice mucho caso. Si reaparece ya tengo una buena pista con eso de la vestibulitis (joeeeer, qué nombrecitoooooo!!!!)
Gracias mil por la info!

Juan dijo...

¿Has recibido un correo mío?

Alberich dijo...

Len, 2 palabras:
Fibromialgia y Reumatólogo.

Y un abrazo,con cariño pero sin apretar mucho ;)
Jeje

Lenka dijo...

Juan, mil perdones, sí que lo recibí!!! Ando un poco liada con las opos y el tiempo libre que tengo... lo paso durmiendo, jojojo! Ni te he contestado, sorry! Pero gracias, es curioso que me comentes eso de la dieta para celíacos, justo una tía mía se encuentra más o menos como yo hace un par de años y también se la han aconsejado. De entrada mejoró mucho, pero luego la cosa se quedó más o menos como antes, así que siguen investigando. Veré si me animo...

Hola, Doc!!! Os habéis planteado tú y Costi mudaros a Asturias??? Con vosotros aquí al menos tendría un diagnóstico (no sé si acertado o no, coñe, pero al menos algo por donde empezar!!) en lugar de palmaditas en la espalda y el eterno: "eso es ansiedad".
:S

De verdad que lo de mi familia con los médicos es de traca. A mi madre le extirparon un montón de nódulos y media tiroides, es hipotiroidea y tuvo bocio de niña. Ahora dice que vuelve a notar molestias en la garganta, que le duele al tragar, en fin, las mismas molestias de antes de la operación. Su endocrino le ha pegado la bronca (a gritos, doy fe) y le ha dicho que eso no tiene importancia, que lo grave es que está muy gorda (59 años; 1,68 de estatura y pesa unos 75 kilos. Flaca no está. Obesa tampoco me parece). Vamos, que adelgace y deje de preocuparse de lo demás.

De verdad es más importante que te sobren kilos que la posibilidad de tener otra vez nódulos en la garganta? Yo no lo sé, pero aunque así fuera no son maneras de tratar a nadie. Tengo ganas de que sea la próxima consulta. Iré con ella, y vaticino que el susodicho señor y servidora terminaremos a bofetadas. Mínimo.

Juan dijo...

Nunca hay excusa para faltar el respeto a nadie y mucho menos a una persona que busca ayuda para un problema de salud.

Te recomendaría que mejor que enfrentarte con el endocrino, que no vas a conseguir nada excepto desfogarte pero dejar a tu madre con el mismo problema, que pidas cambio de especialista o segunda opinión. Con esa estatura tu madre no tiene obesidad sino sobrepeso. Que unos kilillos menos le vendría bien, pues sí, pero no es imprescindible ni mucho menos.

Lenka dijo...

El tipo este es de juzgado de guardia, te lo aseguro. Me temo que es de esos médicos que detestan a los gordos, así que los kilos de más son el peor problema que se les ocurre. Mi madre es consciente de que le sobran esos kilos, desde luego, hasta ahí está todo claro. Lo que no me parece de recibo es ponerse como un energúmeno con un paciente, y menos tirar de los tópicos de siempre.

Que si hay que dejar las grasas y los compangos (mi madre, joer, que le da asco todo, que no prueba el cerdo, que pasa cada cinco minutos a vigilar la olla para retirar cualquier resto de grasa que se haya formado, que vive a verduras y pescado a la plancha... macho, pregunta antes de acusar, porque el único pecado confeso de mi santísima es ser buena repostera y zamparse de vez en cuando algún frixuelo, un trozo de bizcocho y demás dulzainas de las que hace para parientes y amigos y de las que siempre se cobra el peaje, pero eso nunca lo ha negado).

Que si no puede estarse una tol día sentá viendo la tele. Justo y clavao, vamos. Una señora que limpia cuatro o cinco casas por semana, trabaja en un comedor infantil de lunes a viernes, atiende a varias familias con problemas económicos (todo el santo día carretando ropa, muebles, juguetes y carros de comida) y sale todos los días a caminar hora y media. Y aún se queja de lo activa que ella ERA antes y lo poco que hace ahora porque le duelen los huesos. (Me saca 30 años y me agota, lo juro).

En fin, que sí, que claro que le vendría bien bajar unos kilos, claro que debiera renunciar a los dulces, pero no son maneras. No todo el mundo está gordo por tirarse a la bartola con una caja de bombones. No todo el mundo es sedentario ni zampa bocatas de lomo. No hay necesidad de lanzar sobre la mesa un trozo de plástico amarillento que emule grasa corporal y chillarle a una paciente que está llena de esa asquerosidad (verídico y textual). Y, sobre todo, sigo pensando que la posible reaparición de nódulos en la garganta quizá no sea una cosa muy grave (aunque a ella se los quitaron en su día por si resultaban malignos), pero seguramente sea más importante que los dichosos kilos. Creo yo.

En fin, a ver si la convenzo para cambiar de endocrino. Aunque está el patio pa echarse a temblar. Una chica que conozco acaba de consultar con uno porque no logra perder los kilos que ha cogido de manera un tanto inesperada (también es hipotiroidea, aunque sé que esto no tiene por qué ser la razón) y el consejo de su endocrino fue: "compra tallas más grandes".

Sin comentarios.

Sianeta dijo...

Lenka, mira a ver lo que te han dicho los médicos del foro. Cuanto antes lo sepas, mejor. Así sabes por dónde atacar, y cómo.

Un abrazo y ánimos!

Lenka dijo...

No, si yo lo miraría, Siané. Lo malo es cuando te encuentras constantemente con esas caritas que te sonríen con lástima y te sueltan lo de que es ansiedad.

Mira, estoy negra con mi médica de cabecera. Cada seis meses me hago análisis para ver cómo anda mi tiroides (lo de los seis meses fue cosa mía, ella quería mirarlo cada año, pero me puse pesada). Bueno, pues se niega a darme copia de los informes. Se niega. Que no, que no me los da, que no se dan. Te juro que no lo entiendo. Por qué no se dan? No son MÍOS? Son mis análisis, mis resultados. Por qué demonios "no se dan"? De verdad que no lo entiendo.

Pues la penca es así con todo. Total, que tendré que cambiar de médico, a ver qué joya me toca esta vez. De verdad que no me gsta quejarme de nuestro sistema sanitario (somos unos privilegiados por tenerlo) pero coño... o es mala suerte o esto es demencial. Se pasa uno la vida discutiendo con los médicos por todo. Estoy frita del "no es nada", del "es ansiedad", del "toma prozac", del "te duelen los huesos porque tendrás un catarro mal curao" y del "tienes jaquecas por los nervios". Frita de ir al médico y que te diagnostiquen en dos minutos sin levantarse siquiera de la silla ni mirarte a la cara.

Al final siempre acabas igual: yendo "particular", como dicen las abuelas. O sea, pagando. Lo cojonudo del asunto es que acabas cayendo con el mismo médico que tienes en el centro de salud, sólo que cuando pagas te hace un poco más de caso. Con suerte. Y dada mi situación actual, tendré que ahorrar primero!!!!
XD

De momento intento dormir mucho, ordenarme bien los días, no saltarme el gimnasio por cansada que esté, comer mucho verde y recurrir al automasaje para los dolores (no penséis mal, cochinos!) Hasta las jaquecas consigo quitarme, soy un hacha. Estoy cada vez más cansada, pero le echo la culpa al cambio de estación y confío en que en unas semanas estaré mejor. Luego ya veremos.

Besotes, Siana. Ya os contaré.
;)

Alberich dijo...

En cuanto a lo del endocrino impresentablr, y en cuanto a todo....hazle caso al Dr Costi
;)

Guaja dijo...

Mira, Le, sabes que te entiendo de sobra, que se de lo que hablas, que tambien me he llevado malas experiencias con algunos medicos, pero hay que agarrar al toro por los cuernos: cambia de medico de cabecera, pidele al nuevo que te mande al endocrino para hacer un seguimiento en condiciones, luego al reumatologo a descartar fiblomialgia, y luego lo que toque. Y asi, paso a paso.

Se que da pereza, que lleva mucho tiempo, que da miedo que te pongan una "etiqueta" como esa, y tambien que no encuentren una que ponerte. A mi personalmente me da panico que con un diagnostico asi luego lo achaquen todo a eso.

Pero el viernes voy a sentarme delante del reumatologo, le voy a explicar todos y cada uno de mis sintomas, y me va a escuchar, porque si no no habra suficiente tierra en este planeta para que corra.

¿Y lo peor?, que diga lo que diga me voy a quedar hecha polvo. Si es que si porque hay que asumir lo que hay, y si es que no porque no se lo que hay. Si, pollo, es una tremenda cagada, pero es la nuestra y tenemos que hacer lo que sea para que joda lo menos posible.

Un besin!

Lenka dijo...

Hola, polloooooo!!!!! Sí, queda claro que me entiendes. Cómo no me vas a entender precisamente tú??? Por desgracia entiendes mejor que nadie lo que es sufrir dolores. Mira, esa es otra de las razones por las que yo me encojo de hombros y termino por no hacer nada. Siempre acabo pensando: "pero de qué me quejo, si hay gente que está pasándolas canutas? Lo mío es una chorrada en comparación, joder, yo puedo hacer vida normal, hago lo que me dé la gana, no me pasa nada que me limite. Simplemente me canso, o me cuesta arrancar, o tengo alguna molestia chorra". Es como que te da cargo de conciencia quejarte por boberías.

Pero sí, por otro lado entiendo que algo hay que hacer. Esta gilipollez de andar de sufridora por la vida no tiene sentido. Y me barrunto que la cosa viene por haberme criado en un ambiente en el que soportar el dolor físico era prueba de valía o algo así. Ya sabes. Los de Carreño no se quejan, los de Suares lo aguantan todo! Admiro los huevos que le echaban los de otras generaciones a las cosas, pero joder, es que tampoco les quedaba otra. Ahora tenemos más medios, no hay por qué darles la espalda. Por qué te hace mejor aguantar el dolor? Hay como un miedo tremendo a parecer quejica!!!!

Por eso me oigo y no me aguanto yo misma. Siempre me censuro por quejarme. Tengo tan oído eso de "lo tuyo no es nada, mira yo", que lo acabo creyendo. Y así estoy, pensando siempre que lo tuyo es peor, o lo de mi madre, o lo de menganito, y que yo estoy mejor callada en lugar de dando por saco.

En cualquier caso, neña, lo tuyo es muy real y sale en radiografías. No sé si me explico. Que, además de, pueda haber otras cosas, vale. Pero no, no dejes que te lo solventen todo con una etiqueta y ya está. Que tienes fibromialgia? Pues bueno. Pero también tienes hernias, hundimientos extraños, un hombro que sube solo, necrosis en no sé dónde y la madre del cordero, y dudo que la fibromialgia explique todo eso. Tendrán que seguir buscando, una etiqueta no debe servir para dar carpetazo a las cosas, creo yo. Sea lo que sea, tú necesitas soluciones para hacer vida normal. Coñe.

Así que sí, me temo que esto es un peñazo y que falta camino todavía.
Habrá que seguir dando la brasa.
:S

Guaja dijo...

Pero es que no importa si lo mio ye peor que lo tuyo, pero menos que lo de tu madre o igual que lo de la vecina. Lo unico que cuenta ye que lo tuyo te duele a ti, y lo mio a mi, por mucho que nos entendamos mutuamente.

Otra cosa que creo que hacemos mal es acostumbrarnos al dolor, el dia que solo nos duelen 3 cosas es estupendo, y eso no vale.

Si no te desanimas y sigues dando la brasa, yo me hago patata envuelta en papel de aluminio. ;)

Lenka dijo...

Jajaja, por qué quieres ser una patata??????

Ostras, qué razón tienes. El día que sólo nos duelen tres cosas andabamos de fiesta. Juas! Esto no es serio. Algo habrá que hacer.
;)