viernes, 17 de septiembre de 2010

Cuando el hijo vuelva


El clan sufre un claro caso de explosión de natalidad. La cuarta generación va llegando, sin prisa y sin pausa. Ya teníamos una bisnieta por cada lado, y en pocos meses nos alegrábamos con la noticia de próximas llegadas: otra por la tribu materna y dos más por la tribu paterna. Ley de vida, claro. La tercera generación camina en torno a la treintena (año arriba, año abajo), así que a nadie sorprende que la cadena siga.

Tristemente no todas las nuevas son buenas. Y es que, de esos tres seres que anunciaban su venida, hemos perdido a uno. Supongo que siempre se cuenta con tal posibilidad, pero no por ello dolerá menos.

Lin, prima, créeme que lo siento. Siento que te haya tocado y que haya sido ahora, cuando Kurt y tú lo habíais visto creciendo, cuando ya os tomabais el pelo mutuamente con los posibles parecidos. Cuando lo dabais por hecho y teníais planes e ilusiones. Lo siento porque ambos estáis lejos de casa y os falta el clan para los abrazos. Aunque nos tenéis, no os quepa duda. Siempre nos tenéis.

Qué puedo decirte? Que este dolor pasará. Que no es culpa tuya, ni de nadie. Que seguramente sea puro azar, mala suerte, casualidad. Que ocurre a veces. Que saldrás de esto, volverás a ilusionarte y lo conseguirás. Seguro. En realidad poco importa lo que yo diga, lo que diga nadie. Me consuela saber que estáis juntos en esto y que La Capitana vuela ahora mismo hacia allí para sostener a su primogénita.

Hace años una amiga me confesaba la misma pena que tú sientes ahora. Y yo, que casi siempre tengo una palabra medianamente oportuna que decir en tiempos grises, me salí por filosofadas baratas a falta de ocurrencia mejor. Sé que no eres creyente y tú sabes que tampoco yo lo soy. Pero sí admito que me gusta creer (lo intento!) que todo tiene un sentido. Algún sentido, aunque no siempre lo vemos. Por si de algo sirviera, permíteme que te suelte la misma estupidez que en su día le solté a ella:

No lo has perdido. Procura creerlo así si piensas que puede ayudarte. Por alguna razón no debía ser ahora. Por algún motivo que hoy se nos escapa y quizá nunca termine de encajar. Así que, simplemente, el momento se ha aplazado. Y cuando deba ser (y será pronto) ese niño volverá a crecerte dentro. Y será el mismo que habrá vuelto contigo, donde debía estar. Será tu hijo. Este que hoy añoras tanto y cuya marcha te deja desconsolada. Volverá. Sólo tenemos que esperarle un poco más.

Arriba, Lin. Esperemos. Y, entre tanto, todos mis besos son tuyos.

14 comentarios:

I need a miracle dijo...

Corroboro totalmente tu ultimo párrafo y no me preguntes por qué, solo diré que lo se, que pasa por "algo".

Mucho ánimo para ellos y para vosotros la familia, mandadle todo vuestro cariño que como ya has dicho lo hacéis

Un beso grande

Luna dijo...

Buenas Lenka.

Tengo que llevarte la contraria, y con conocimiento de causa por desgracia... esa perdida se lleva en el corazon toda la vida.
La llegada de un nuevo hijo, te alegra infinitamente la vida, pero siempre te falta el que se fue!
He perdido a varios seres queridos en estos años, pero ninguno tan doloroso y desgarrador como perder un hijo.

No hay palabra que te consuele, va camino de 7 años, y aun me acuerdo de el cada dia, y mira que tengo un enano precioso, pero en nosotros esta ese vacio...

Besos.
Rosa

Lenka dijo...

No dudo que así sea, Luna, no me atravería a dudarlo. Realmente no imagino nada peor que perder un hijo. Pero aunque no se olvide, aunque se lleve en el corazón siempre, no me resigno a que no pueda uno superarlo. Y, de hecho, tú eres la prueba de que se puede. Es posible la felicidad tras una pérdida semejante, aunque no olvides. Son muchas las personas que han debido reponerse a algo así, a perder a un hijo esperado e incluso a perder a un hijo ya presente, con nombre y apellidos, con historia y recuerdos. Hijos de tres años, de nueve, de quince, de veintisiete... Qué puede haber peor que eso?

Pero tengo que creer que se puede, porque necesito convencerme de que Lin podrá. Y porque puede pasarme a mí, a cualquiera, y es preciso creer firmemente que puede uno levantarse, seguir andando y no sólo "sobrevivir", sino también ser feliz. Conozco a una chica cuyo hermano murió en un accidente a los veintipocos años. La madre no puede superarlo, no encuentra la manera. Asfixia de preocupación y de culpa a su hija, y me parece tremendo, demasiado doloroso. Esa mujer no logra volver a ser feliz y, naturalmente sin pretenderlo, arrastra a su marido y su hija en un luto eterno. Esa chica tiene 30 años y se ve envuelta en una situación muy dura, porque quiere vivir, reírse, salir con amigos, viajar, hacer el tonto, y para ello debe "luchar" contra una madre aplastada por el hijo perdido. Si la hija se aleja a tomar aire, siente culpa, siente que falla a la madre, que la abandona en su pena. Si se acerca sufre con esa herida abierta, con ese tema de conversación eterno, con las comparaciones de "tu hermano hacía esto", "tu hermano diría lo otro". Se siente encerrada en una burbuja por el temor de su madre a que a ella también le ocurra algo. No se puede vivir así. Nadie debiera arrepentirse de sus risas por sentir que traiciona una memoria, que no tiene derecho a sentir felicidad sólo porque el hermano ya no puede sentir.

Sólo de pensar en una situación así, me espanto. Porque entiendo lo terrible que es para todas las partes y me pregunto de qué manera se podría suavizar. Ojalá hubiera una fórmula para eso, quién no haría lo imposible por aliviar de algo así a un ser querido?

Lo de perder un hijo en el embarazo ocurre con demasiada frecuencia, por desgracia. O eso me parece. Muchas de las mujeres que conozco han visto truncado algún embarazo (generalmente el primero, no sé por qué, de hecho conozco más casos de primer embarazo malogrado que de los que concluyen bien, es algo que me tiene perpleja), pero ahí están, continuando con sus vidas. Se tiene que poder. Todo lo que ayude a superar algo así (la fe en lo que sea, el autoengaño, el maquillaje, la poesía, o mis filosofadas pseudomágicas de folletín) me parece bien. Cualquier muleta, por pequeña que sea, si ayuda un poco a caminar es buena. No? Eso creo, al menos.

Claro que hablo desde el atrevimiento de quien no lo ha vivido en primera persona, pero realmente necesito creer en esto, porque alcanzo (levemente, seguro) a imaginar lo que se siente y la verdad es que "inventaría" cualquier cosa que pudiera consolar. Por mínimo y tonto que sea. Supongo que me he empeñado en que algunas "verdades" se pueden manejar. Un poco, al menos. No puedes cambiar muchas cosas, pero quizá sí retocarlas. Seguramente soy una evasionista de libro, por creer que ni la peor realidad puede llevarte la contraria si te empeñas. Claro, para bien y para mal. Si una mujer cree que su hijo perdido no volverá nunca, quién puede contradecirla? Pero, del mismo modo, si cree que volverá, quién puede contradecirla? No sé si logro explicar mis intenciones.

En cualquier caso, son sólo palabras. Eso sí que lo tengo claro. Un beso, Luna.

Lenka dijo...

Ojalá Lin lo crea así, Síes. O no así, qué sé yo. Ojalá crea cualquier cosa que la ayude, que es lo que cuenta.

Un beso!

Luna dijo...

Buenas Lenka.
Me pillas en dias de perdidas importantes... yaun se avecina la peor epoca del año la 1ª quinecena de novienbre...
Del 26 de este mes al 12 de noviembre he perdido tres de las cuatro personas mas importantes de mi vida.
Lo del hijo se aprende a vivir despues de luchar mucho contra...la vida misma.
Yo visto muchas familias pasar por eso, y pense que no era para tanto, que equivocada estuve durante años...
Tengo que hacer una entrada a mi padre, y a una parte de mi corazon que se fue con 25 años. Hace muchos, un fatal accidente nos dejo sin el.
Hoy soy incapaz de ver su foto de la graduacion de fin de carrera...
Cuando toda tu vida te la has pasado luchando por la vida de los demas, y ver que por los tuyos no puedes hacer nada...
Ella volvera a vivir, pero la vida le habra quitado...cosas que ella solo puede sentir.
Es un tema muy dificil de entender, si no se paso por ese camino... y eso ni a mi peor enemigo, (creo no tenerlos).
La sensacion de llevar una vida dentro es inexplicable... sus movimientos, sus costumbres desde dentro...es algo tan magico...
Espero que ella se reponga y tenga otro si lo desea...
Yo a veces miro a Dani y pienso como sereia el hermano... de alto, de caracter... es algo involuntario...

Besos
Rosa
PD: Espero que estes un poco mejor de tu cansancio y tus dolores

Lenka dijo...

No sé qué decirte, Luna. Conozco a una chica que llegó a sufrir tres abortos. La última vez alguien metió la pata y le preguntó qué tal el embarazo. Sonrió, le aclaró que ya no estaba embarazada y se metió un canapé en la boca. El metepatas quería que se lo tragara la tierra. Ella insistía en que no pasaba nada, que otra vez sería.

No es una chica fría, ni especialmente dura. Es alguien normal. Estoy segura de que para ella tuvo que ser muy duro perder a tres hijos. Tiene otros tres. Habla del tema con naturalidad, sonriendo y animando a las que pasan por situaciones como la suya. No dudo de su dolor en absoluto, pero imagino que ha encontrado el modo de sobrellevarlo así. La verdad es que no conozco a dos personas que lo hayan vivido igual.

Y es extraño, porque perder a un hijo es una de esas cosas que imaginas universal. Algo que todo ser humano vive exactamente de la misma manera. Y resulta que no. O sí, seguramente el sentimiento es el mismo y lo que cambia es el modo en que cada cual logra gestionarlo. No lo sé, digo tonterías. No puedo saberlo. Opino de oídas. No me hagas ni caso.

También te digo que yo tengo un modo muy raro de encajar la muerte. Un modo tirando a simplista, ñoño e infantil. Creo que es porque a los cinco años vi morir a un ser querido en mis narices, de un modo inesperado y desde luego no agradable. Y en un banquete de bodas, nada menos. Me temo que eso me marcó de algún modo y que conservo esa manera de entender la muerte de mis cinco años. Infantil. Simple. Asumida.

(Ojo, habría que verme en según qué situaciones, eh?? A ver qué decía entonces).

Esa manera mía de pensar seguramente me hace parecer insensible, o una chalada. A mí me ayuda (al menos sirve de algo). Y tengo la inmensa suerte de que también ha ayudado a otros. Claro, no hay fórmulas. No sirve para todo el mundo (ojalá hubiera algo que sirviera para todos!!) Quisiera que le sirviera a Lin en estos momentos tan duros, pero soy consciente de que no alcanzo ni a asomarme a lo que siente. Sé que esa lucha es suya y que nada puedo hacer. Al final lo cierto es que son sólo palabras y nada más. Así que tú no me hagas el menor caso.

Espero que pasen pronto estos días grises. Un beso, Luna!!!

P.D: Mis dolores van mal. Hoy he cometido la osadía imperdonable de hacer bizcochos para los viejitos de la familia (oh, qué esfuerzo, oh, qué abuso, oh, qué exceso!!!) Tengo los hombros como mármol. No puedo levantar los brazos. Me duele la espalda como si me hubieran apaleado (textualmente, el mismo dolor de cuando te das un golpe y te sale un morado, pero por toda la espalda). Y se me caen las cosas de las manos, que las tengo bobas. No me sorprende porque tengo muchos días así (siempre con ese tipo de dolor "de renegrón") pero hoy está siendo intenso. A ver si me da el sueño de una vez, me meto en la cama, me automasajeo un rato (sabes que también soy masajista?? Y mi mejor clienta, jaaaaaaaajajajaja!) y consigo dormir. Menos mal que mañana es domingo...

Más besos!

Luna dijo...

Buenas guapa!
Vamos a ver querida, cuando piensas ponerte en manos de los medicos que busquen lo que tienes?

Pa colgarte, que asi no puedes estar, que como dice Juan? (Seguro le cambie el nombre), algo tienes, ponte manos a la obra, es decir a averiguar lo que es...

Me hablas de alguien que tuvo 3 abortos, pero es que mi hijo vivio una semana... le vimos la carita, le cogi la mano, lo acaricie, y no lo pude tener en brazos... hasta que fallecio!
Creo que no es lo mismo, y ademas en el embarazo de Dani perdi a su mellizo/a... eso es otra cosa.
Duele, no lo voy a negar... pero no es lo mismo.
Yo esperaba a los dos, y no vino mas que uno....
Yo no pude dormir en la habitacion que estaba pintada ya para ese niño, hasta que no lo hice un dia con Dani. El padre si pudo hacerlo...
Yo tengo un concepto muy pragmatico sobre la muerte pero en lo referente a los niños, la cosa es diferente... y vivi a muchos dejar este mundo!!!

Besos guapa
Rosa
PD:Dame un toque plise

Juan dijo...

Vaya temita Lenka. Ufff.

Afortunadamente no he vivido personalmente nada semejante. Han muerto seres queridos, mis padres, mi tío, pero no es comparable con un hijo.

Conozco mujeres que han abortado y han salido bastante "bien" del trance.

También conozco a padres que han perdido a un hijo siendo éste mayor, y no se han recuperado, al menos del todo. Los hay que lo llevan mejor y los hay que lo llevan fatal. Los hay que se reintegran a la vida (con una gran cicatriz) y los hay que dejan de vivir aunque respiren.

Todo depende de como sea, sienta y viva esa persona.

Alberich dijo...

...un abrazo. A todos.

Y respecto a lo otro...Juan es la clave nena!

Lenka dijo...

Desde luego que no es lo mismo, Luna. Qué va. No es lo mismo un embarazo truncado el segundo mes, que el quinto, que un niño ya nacido que se te va, que perder a un hijo de quince años o de treinta. Todo ello supone un horror, por supuesto, pero imagino que en diferente grado. Vale que entra también cómo cada cual consiga sobreponerse a las cosas, pero si preguntas a cualquiera (aunque semejantes burradas no se preguntan) te diría que prefiere un aborto a los dos meses que vivir lo que viviste tú, o lo que viven los padres que pierden al niño de doce años. Sin comparación. Eso creo, al menos.

El caso de mi prima ha sido muy duro porque el niño ha fallecido en el quinto mes de embarazo, y por si eso resultara poco terrorífico, ella ha tenido que quedarse ingresada hasta "expulsarlo" (por dios, qué horror de palabra, perdonadme pero no consigo encontrar una menos dura). No he sido nunca madre, pero sólo de pensar en Lin consciente de que su hijo ya no estaba vivo dentro de ella durante varios días... no puedo pensar. Es que prefiero dejarlo. Ni con mil estupideces cósmicas de las mías puedes suavizar algo así, lo sé muy bien. Haría cualquier cosa por evitarle a Lin lo que está pasando. La impotencia es enorme. No creo que ella lo olvide jamás, sólo puedo desearle que pueda vivir con ello y que reciba la mayor dosis de felicidad que sea posible tras algo así.

En fin, habrá que animarse y no seguir con temas tan tristes. Necesitaba desahogarme porque no me lo quito de la cabeza. Os agradezco a todos vuestras palabras, chicos.

Besos!

Lenka dijo...

Luna, desde luego que esto mío empieza a agotarme ya. Ayer me agarré un berrinche. Lo bueno es que de cansada que estaba no tenía ganas ni de llorar XD Pero sí que me dio un poco la depre. Sólo de pensar que por hacer unos malditos bizcochos aún me duelen los brazos y la espalda... es que no es normal! Conseguí dormirme más tarde de las cinco, y claro... hoy no abrí los ojos hasta la una de la tarde. Demencial.

Sigo decidiendo qué hacer (no me peguéis, Juan, Doc, gente en general) Me dan los siete males (sobre todo pereza pura) sólo de pensar en volver a la lucha con los médicos. Ayns. Qué cansinez.

Tengo al Trasto con gripe, pa más narices, jajaja. Pobrecito. Mañana ando liada. Te llamo el martes y cafeteamos por la tarde???? Ya tengo ganas de que nos veamos las caras!!!!!!

;)

Juan dijo...

Ya te dí el nombre de un reumatólogo de Asturias que es experto en el tema. Si te da pereza y en algún momento al trasto y a tí os apetece daros una vuelta por Andalucía, tienes desde ya un hueco amplio en mi agenda: tu pones el día y hasta la hora, jejejeje.

Un abrazo

Lenka dijo...

Jojojojo, Juan, tienes que recordarme ese nombre, porque tan bien lo apunté para no perderlo que, como me pasa siempre, no sé dónde lo apunté para no perderlo.

:S

Lenka dijo...

Pues gracias por la visita!