lunes, 23 de marzo de 2009

Atenuantes


A Marta la agredieron sexualmente, la mataron y se deshicieron del cadáver. Suponiendo que sea eso lo que ocurrió que, a este paso, no sé si llegaremos a enterarnos algún día. Sus presuntos asesinos alegan que estaban bajo los efectos de las drogas.

A una mujer residente en Marbella su novio la mató clavándole unas tijeras 33 veces. El presunto alega, cómo no, que estaba bajo los efectos de las drogas.

La mala bestia que asesinó a dos jóvenes (de unas 50 puñaladas para repartir), que luego se vanaglorió de haber matado "a ese par de maricones" y que fue absuelto por un jurado popular también alegó, si mal no recuerdo, haber consumido alcohol y drogas.

Aquella moderna Medea que nos estremeció estragulando a sus hijos con el cable del teléfono, alegó (adivináis?) encontrarse confundida por el consumo de alcohol y cocaína. Cinco gramos, espetó la tipa. Uno o dos gramos por vía oral son mortales de necesidad. La mutante se metió cinco y se quedó tan ancha.

Conclusiones? La sociedad tiene muy claro cómo intentar aprovecharse de los atenuantes que la ley les ofrece. Ir ciego hasta las cejas puede rebajarte la condena, así que no te cortes, reconócete un yonki. Personalmente me resulta de lo más paradójico que nuestro sistema judicial admita como circunstancia atenuante el consumo masivo de sustancias, algunas de ellas ilegales. Con un par. En mi opinión, debería ser un agravante. Al fin y al cabo es otro delito. Es como si le rebajaran la pena a un violador por elegir víctimas de muy corta edad (señoría, tenía seis años, y además la emborraché, no se enteró de nada) o por matarlas después (me dio tanta pena que la asfixié pa que no sufriera).

El tema es alarmante. Tal parece que en este país nuestro se droga todo cristo. Quizá el estado debería replantearse sus campañas tipo "dí no a las drogas" enfocadas a los jóvenes. No sólo se drogan los jóvenes, señores. También nuestros padres y madres de familia. Por lo visto van por la vida mamaos y enfarlopaos hasta el flequillo. Menudo ejemplo. O eso, o son más listos que el hambre y se agarran a la excusa de marras. Eso explicaría que la madre sangrienta, en su ignorancia, suelte sin inmutarse que se había esnifado cinco gramos de nieve. Y no dijo diez de milagro.

Me molesta que la propia justicia proporcione tales facilidades a los criminales. Me molesta que nos quieran hacer creer que el consumo de sustancias no se limita a ponerte eufórico o alelado perdido, sino que, cual íncubo o súcubo infernal, es capaz de poseerte las neuronas, ofuscarte el coco y obrar por ti, en contra de tu voluntad, convirtiéndote en lo que no eres. No fui yo, fue el cariñena, que se apoderó de mí. Y si bebo es porque me incita la sociedá. Pues nada, no se preocupe, inocente criatura. Es usted una víctima. Lo siento, pero no. Palabra de educadora y amiga de muchos yonkis. No hay por qué juzgar los motivos de nadie (y crucemos los dedos todos los que nos sintamos a salvo de ciertas cosas), pero cargar culpas ajenas, tampoco. Primera regla de la rehabilitación: "nadie te puso una pistola. Otros han tenido vidas duras y no cayeron. Lo que hayas hecho estando colocao lo has hecho tú. Y a mí no me digas que es culpa de la sociedad, porque eso es echarme la culpa a mí, por ejemplo". Nada de excusas, de echar balones fuera, de hacer el avestruz. Asumir. Sin cuentos de yonki. Es lo primero que aprenden y admiten los que de verdad quieren curarse. La honestidad de no buscar más culpables que ellos mismos. Les admiro por eso. Hace falta más madurez de la que pensamos para reconocer los errores. Cuántos, sin ser yonkis, caemos tantas veces en la tentación de eludir responsabilidades y culpar a la madre castradora, el cura del colegio, la mala suerte o la crisis?

Por qué todas estas joyas de la corona lloriquean y culpan de sus salvajadas a las malas malísimas drogas? Menchín respondería con su sabiduría habitual: porque pueden. Porque les dejamos. Porque la ley les ampara. Humildemente pienso, como ya he dicho, que el asunto debiera ser un agravante. Por el crimen, tanto. Por el ensañamiento, tanto. Por consumo de sustancias ilegales, tanto. Y por tener la desfachatez de ponerse ciego previamente a los hechos, lo que parece dejar claro que hubo premeditación, tanto más. Sí señor, premeditación. Por qué si no se metió usted ocho rayas aquella mañana? Para animarse a salir a por el pan? O para envalentonarse convenientemente y poder lamentarse luego de la tremenda ofuscación que le llevó al crimen? A mí me resulta sospechoso, francamente.

6 comentarios:

Kaken dijo...

Hola, Lenka.
Ultimamente tus entradas me dejan mas pensativa que de costumbre, si cabe, y como soy lo más vago del mundo, no escribo por aquí, pero leerte, vaya que si te leo.

En esta ocasión hablas de atenuantes y a mi me vuelve a salir el escaso y remoto pasado jurídico y me haces recordar lo mucho que me ha costado estos días explicar a mis hijos el tema cuando me preguntaron.

Creo recordar que en el foro algo comentamos al respecto hace tiempo.

Solo decirte que te comprendo a la perfección, pero que no todo es como lo pintan, afortunadamente.

Es decir, el consumo de cualquier sustancia que altere el estado de conciencia y de voluntan NO siempre actúa como eximente o atenuante, si se demuestra que se consumió para tener más posibilidades de cometer el delito,es agravante.

En el penoso caso de Marta, primero se tendría que demostrar que consumieron, que cosas, en qué cantidades y cómo podía afectarles según su tolerancia e incluso su estado físico.

Para mí el verdadero problema, Lenka, radica en como se ha instalado en nuestra sociedad la aceptación de forma natural de que todo tipo de drogas está al alcance de cualquiera, incluidos menores, y sólo sabemos de su uso nefasto cuando surgen casos como este, al menos una gran parte de ciega sociedad.

Me consta que en donde vivo, hay niños, muuuuchos, de 14, 15, de botellona hasta las tantas de la madrugada en distintos puntos de la ciudad y me pregunto que hacen sus padres...¿son tontos, ciegos o unos completos irresponsables?
Porque estos críos llegan a casa de madrugada completamente borrachos no una sola vez....
Buf, me pasaría la noche escribiendo sobre esto, pero sé que tu tienes una idea mucho más clara de esto último que yo.

Un bes, Lenka.

Lenka dijo...

Celebro saber que no es tan fácil como parece. Aunque, en mi opinión de analfabeta en asuntos legales, mi impresión es que la gente CREE que sí es así de fácil obtener beneficios si aseguras consumir drogas. Es más, es que parece una cosa totalmente dada por sentado en nuestra sociedad. Porque si no no se explica que desde el adolescente hasta la madre de familia, todos, absolutamente todos terminen alegando lo mismo.

Y chica, yo me niego a creer que en este país se drogue todo el mundo. Se consume droga, sí, y mucha, desde luego, y no sólo la asociada a ocio y diversión (creo que tenemos un verdadero problema con los antidepresivos, los sedantes y montones de pastis legales que consideramos indispensables y luego quizá nos hacen más daño que bien)

Claro, igual la reflexión es que las hemos asumido con naturalidad (especialmente desde la pasada de moda de la heroína, como ya comentamos otras veces), las hemos incluso mitificado, les restamos importancia y estamos creando una sociedad de auténticos yonkis sin medir las consecuencias.

Ya sabes que me crié en un ambiente que le quitaba mucho tremendismo al tema, creo que fueron muy honestos conmigo y me demostraron que ni eran inocuas ni eran la encarnación del mal. Me aconsejaron no tomarlas, o tomarlas de manera responsable pero... ja. Responsable y drogas. Buf. Qué chungo. Y sí, conozco a personas que han sido capaces de ser consumidoras responsables, es cierto, pero son las menos. Y la mayoría son personas que empezaron a tantear ciertas sustancias a edad avanzada, siendo ya adultos, con su vida, su trabajo y su personalidad. Cosa que tampoco te garantiza nada, porque cualquiera puede convertirse en adicto a cualquier edad y en cualquier momento.

Y teniendo claro eso, pues figúrate lo que pienso de las hordas de quinceañeros borrachos y colocados que me encuentro por la calle. Pues lo mismo que tú. Dónde están sus padres y qué se les pasa por la cabeza? Cómo es posible que nos guste tanto el morbo, las historias escabrosas, que veamos en la tele casos como el de Marta, follones en zonas de copas, movidas con la policía, altercados de todo tipo, comas etílicos, chavales desmadrados, y siempre pensemos que no son los nuestros, que son los hijos de otros? Estamos de verdad tan cegatos? Qué pensamos que están haciendo nuestos críos de 15 años por la calle a las 5 de la mañana? Jugando a la comba????

Kaken dijo...

Es curioso,Lenka...anoche fuí a ver una ópera (del tema no entiendo nada de nada) arrastrada por mi hija mayor que, a su vez, había sido abducida por una amiga, de manera que al finalzar acabamos las dos mamis de charla.

Ella me decía que si no me había planteado la suerte que teníamos de que nuestras hijas se interesaran por cosas como el arte en general en vez de estar de botellona.
Y yo, que hace poco me hubiera limitado sonreir, le dije que de suerte nada, que algo tendríamos que ver los padres en eso...

Se dice que es fundamental dar ejemplo a los hijos. Yo no estoy del todo de acuerdo. Pienso que con los hijos hay que ser sinceros, como lo fué tu padre, por ejemplo.

Conozco a una mujer que me es muy válida en todo sentido, con una hija encantadora (pero llena de miedos)que le oculta, a sus 17 años, que fuma porque no quiere darle mal ejemplo¡¡¡

Yo he optado por contarles desde siempre a mis niños mis defectos y virtudes, les aviso de que en la adolescencia me verán de forma diferente, es decir, saben que me puedo pasar de tabaco o de alcohol y que eso es un error y que el ejemplo a seguir es el de su sobrio padre...¡¡y funciona¡¡

Es importante crear un clima de confianza, de autocrítica sin juicios paralelos, es...darse con respeto.

Igual no es exactamente el tema, Lenka, pero...puede ser una base?

Un bes-ote ;-)

PD: si puedes, busca en youtu la entrevista de el Loco de la Colina al juez Calatayud, es muy interesante.

Lenka dijo...

Claro que es una base!!! Y tanto que lo es, Kaken, o así lo veo.

Para empezar, es muy cierto que hay chavales (y muchos, pero de ellos no se habla en el telediario) que están interesados por cosas mucho más allá del botellón o hacer el burro. Yo conozco a unos cuantos chiquillos así y siempre he observado que sus padres se toman la molestia de escucharles, compartir sus intereses, fomentarlos, y no se limitan en darles la paga y espantarlos como a molestas gallinas.

Y es que es un todo, o eso creo. Siempre hablamos de la importancia de ciertas normas y esquemas, de enseñarles lo que es el respeto, la buena educación, el civismo, ir dándoles responsabilidades... todo eso. Ahí ya fallamos un montón, no se puede negar. Es raro que de padres irresponsables o maleducados salgan niños modélicos. Ya puedes cacarear todas las lecciones de moral que quieras, como no las cumplas tú mismo... malo. Los críos no son tontos.

Ejemplo que me viene a la memoria: mi hermano era un terremoto en el colegio, pero mis padres siempre le pusieron firme por eso, trabajando con los profes y tomándose la molestia. Y creo que fueron muy justos y muy razonables. Si una profe se quejaba de que el niño era pegón, al niño se le caía el pelo. Mis padres no se ponían ciegamente del lado del niño porque sí. Observaban su conducta, hablaban con él y actuaban en consecuencia.

Un compi de clase de mi hermano era más terremoto aún, con la diferencia de que ante la menor queja o castigo del profesorado, aparecían los padres y montaban un pollo. Ese niño creció oyendo a sus padres decir cosas como (lo juro): "qué sabrán las putas monjas estas? Como hagáis repetir curso a mi niño os meto un puro que os acordáis de mí". Calcula el aprendizaje. Lo último que supimos de él es que estaba en un instituto, que había tirado un tabique entre aulas y que el coche de un profesor terminó en el río. Todavía entonces los padres alegaban que es que a su nene "le tenían manía".

Ese niño creció convencido de que tenía derecho a todo y que siempre era inocente de sus actos. Pero cuando mi hermano se quejó de que se aburría en tal clase porque la profe era un peñazo de mujer y explicaba fatal las cosas, mi padre le dijo: "te vas a encontrar a muchas personas en la vida que te parecerán aburridas o poco competentes, créeme. Así son las cosas. Pero las tienes que respetar igual. Piensa en las musarañas en su clase, haz lo que quieras pero no molestes, porque está haciendo su trabajo. Y apáñatelas para aprobar, te guste o no la asignatura, porque es tu obligación. Ya tendrás otra profe el año que viene que a lo mejor te gusta más que esta".

Vamos, que siempre fue muy sincero. Sor Patatín es una pesada!! Ya lo sé, hijo mío. Y mi jefe también. Tómatelo con filosofía. Chica, es el día de hoy que, con todo lo trasto que era mi hermano, lo ven las monjitas y se les cae la baba. Porque era un terremoto, pero era un niño educado y las manejaba con una soltura que pa qué.

Es que es todo, son montones de cosas. Es que hay que estar al día de lo que hay, no cerrar los ojos ante las cosas, tener claro que mañana te puede tocar enfrentar un problema con los hijos y hay que intentar dar respuesta (receta magistral no hay, pero lo que no puede ser a estas alturas, creo yo, es que unos padres tengan que buscar por internet qué es un porro, aunque mira, si se molestan en averiguarlo ya se puede decir que están haciendo algo)

Insisto es que la disciplina, el civismo y el respeto son vitales, predicando con el ejemplo y siendo muy honestos. Todo eso de "yo era el mejor en el cole" no sirve de nada, salvo que sea verdad. Mi padre nos enseñaba sus notas (un sembrado de suspensos y castigos) y se ponía de contraejemplo. Nos hacía mucha gracia.

Si nos mostramos como lo que somos, humanos con defectos y virtudes, creo que logramos varias cosas. Los críos aprenden que no tienen que ser perfectos, no pasa nada por equivocarse. Pero también aprenden que se puede mejorar. Que hay responsabilidades, sí, y diversión también. Que se puede hablar de todo y opinar, y tener criterio, que no se tiene más razón chillando ni faltando a nadie, no sé, cosas que me parecen vitales.

Y darles tiempo y escucharles. Eso es mejor que el juguete más caro. Yo me sentiría francamente mal si supiera que un hijo mío tiene un problema y anda todo angustiado pidiendo consejo a todo el mundo menos a mí por pensar: "con la vieja no se puede hablar, está en el jurásico, no se entera de nada ni se quiere enterar" o "esto en casa no lo cuento porque me matan".

Creo que es vital un clima de confianza en que los hijos puedan contarlo todo, todo lo que deseen contar. No se supone que nadie les querrá, les apoyará y les protegerá mejor que sus padres?

Otro ejemplo, de estos sangrantes que pocos padres quieren oír: mañana tengo una hija y me dice que a su novio y a ella se les ha roto el condón y no saben muy bien qué hacer. Qué hago? Monto un pollo del quince, la encierro en casa, la llamo golfa, y "eso te pasa por andar haciendo marranadas"? Creo que lo honesto sería recordar que a mí me pasó lo mismo a los 17 años, que pude contarlo en casa y que nadie me mató. Y estar contenta porque logré lo mismo que mis padres, que confiaran en mí para compartirlo y solucionar el problema en lugar de tenerme miedo. O sea, no pensar: "mi hija ya tiene sexo, horror, en qué me he equivocado?" sino "mi hija tiene sexo y es responsable con él, y confía en mí, qué alivio, se ve que no lo he hecho tan mal!!"

Que sí, Kaken, que todo este rollo para decirte que desde luego tus bases me convencen y mucho. Que cuando una hija adolescente se quiere ir a la ópera con su madre... es muy buena señal!!!!
;)

Besotes, y perdón por el rollazo!

Kaken dijo...

Gracias, Lenka, de acuerdo en todo, lo tienes aún más claro que yo sin tener niños¡¡ jajajjaa, eso es una enorme ventaja para cuando los tengas ;-)
Me ha encantado tu exposición, un bes.

Lenka dijo...

De nada, Kaken. Pero conste que es fácil decirlo!! Veremos cómo me las apaño llegado el momento. Y que conste que todo lo que sé o creo saber se lo debo a personas a las que he observado y escuchado, personas como tú, que lo están viviendo en directo, o como ese hombre lleno de sensatez que mencionaste, Calatayud (soy fan suya!) Así que ya ves, el mérito no es mío, os lo fagocito todo, jejeje. Y, para qué negarlo, también se aprende mucho observando errores ajenos. Dicen que nadie aprende en cabeza ajena, pero creo que no es del todo cierto.
Besos, Kaken!