martes, 19 de agosto de 2008

TQM

Pase lo que pase, por suerte o por desgracia, a pesar de los miedos y las sombras, la única verdad es que te quiero demasiado.

8 comentarios:

Kaken dijo...

Demasiado?
Perdona que interrumpa, Lenka, me siento incómoda en medio de cierta intimidad,pero no puedo por menos que reflexionar yo misma sobre ese adjetivo y rogarte que tu lo hagas...si te ape ;-)
Un bes

Lenka dijo...

No he hecho otra cosa en los últimos dos días, Kaken. Créeme que en ello estoy. (No se te escapa nada!)
Un beso.

Anónimo dijo...

Yo también me siento un poco incómoda metiéndome en medio de tu intimidad y tu desasosiego,pero también con ganas de mostrarte como mi mirada percibe en esta entrada la palabra demasiado

Alquien me lo decía a mí hace tiempo y yo siempre le contestaba que amar nunca se ama demasiado, sólo que a veces uno siente que se hace demasiado esfuerzo para seguir al lado de alguien y entonces se pueden confundir los términos amar y querer ser amado.
Quizás no sea tu caso, pero a mí la palabra demasiado unida al verbo querer o amar me transmite necesidad de ser correspondido como uno desea. Aunque releyendo tu frase puedo imaginarla incompleta y darle otro significado: "La única verdad es que te quiero demasiado... para poder prescindir de ti, con lo que me gustaría hacerlo...(al menos en este momento)"

También puedo imaginar que simplemente quisieras acercarte, de algún modo, a alguien con quien no podías hablar en el momento de escribir la entrada.

Todo interpretaciones, Lenka, nada más, no conozco de ti más que tus escritos, pero ese demasiado...me chirría por algún lado. Me suena a desbordamiento, a revoltijo entre tus ganas y las suyas y ...a estar muy enamorada y necesitada de ser correspondida en la medida que tú deseas.

De cualquier modo besos para tus penas de luna triste, mucho ánimo y mis disculpas si me he colado donde no debía.

Sra de Zafón.

Lenka dijo...

No, aquí nadie se cuela, todos sois bien recibidos y es un gusto leeros y reflexionar, se aprende mucho.

Ese "demasiado" (ahora lo sé, tras meditarlo y analizarlo) es fruto de un pequeño disgusto, magnificado sin duda por el hartazgo de trabajo, por los problemas familiares, por la certeza de cambios que se avecinan y me tienen nerviosa y llena de sentimientos encontrados. Es fruto de mi error de siempre: no decir las cosas cuando debería, no dejar claro si algo me molesta, acumular las cosas, tragarme la angustia y el malestar por ese miedo mío a decepcionar, a no ser querida, a no merecer nada. Cada maldita vez que algo me hace daño siento, además, la culpa. La culpa de tener que decir a quien quiero: me has hecho daño. La culpa por hacerle sentir mal también. Esa culpa me tiene harta, porque no es sana ni justa. Porque yo soy la primera que quiero que me hablen, que me digan cuándo hago daño. Me callo una y otra vez, mascando mis neuras y preguntándome si tengo derecho a sentirme herida, si tengo derecho a decirlo. Y mientras masco, no digo nada. Y luego todo se acumula. Yo misma sé que es un error. Pero caigo siempre.

Y ese "demasiado" es porque me vuelvo estúpida y me siento indigna, y de nuevo el terror a no ser querida, de nuevo el pánico a querer "demasiado", no porque me asuste querer, sino porque me aterra que no me quieran.

En fin, que soy una tarada. Pero al final resulta que quiero y mucho, y me quieren, y todo se arregla, las sombras se desvanecen y no hay dragón invencible. Y de nuevo todo está bien en el mejor de los mundos, y hay besos y flores.

Mil gracias a todos por los mensajes, las llamadas... a veces este blog parece el botón del pánico!!! Siento haberos preocupado. Gracias por estar siempre ahí y por ayudarme a pensar. Besos!

Lal dijo...

Hace tan poquito que me he sentido así...
Un beso, Len!

Kaken dijo...

Después de leerte me queda la absoluta certeza de que no necesitas un psicólogo: piensas que da gusto¡
Solo apuntar que no eres tarada y que no caes siempre, aunque entiendo el contexto.
Vas bien, Lenka, lidiando emociones y razones, ya lo hubiera querido yo para mi a tu edad.
Ea, a seguir en la brecha, a sentir y a aprender...y me lo aplico.
Un bes ;-)

Anónimo dijo...

Vocabulario del Corazón.

Tarada: Mujer muy viva y plagada de emociones a contraluz que cuando se desbordan la hacen sentir pequeña y necesitada.
Mujer enamorada hasta las trancas, que en este trance no ha perdido ni un gramo de lucidez y que mira compungida y plenamente consciente hacia sus rincones más oscuros y colutos.
Mujer que sabe que la palabra demasiado casa con la necesidad y no con el amor.

Me alegro muchísimo, Lenka, por los besos y las flores, pero sobre todo por tu lucidez de "tarada", que ni el enamoramiento te consigue arrebatar.

Besos de la Sra de Zafón.

Lenka dijo...

Maaaadre mía!!! No tenéis ni idea de lo bien que me habéis hecho sentir. Pero una cosa quiero dejar muy clara: esa lucidez que tanto parece sorprenderos es en gran parte obra vuestra. Todos vuestros compentarios, vuestras "interrupciones" como decís, son las que me ponen frente al espejo y me ayudan con las autopsias. Así que muchas gracias, de corazón, por cada "pero", por cada reflexión, por cada idea. Muchas, muchas gracias.
Besos!!!