martes, 9 de octubre de 2007

Te echo de menos


A ratos me pasa, quizá porque te siento más cerca de lo normal. Hace ya casi doce años que te fuiste (joder, mi amor, doce años ya) y a ratos vivo con la ilusión de que sigues ahí. Realmente creo que nunca dejaré de caminar por ese espejismo. Todavía no te he llorado en todo este tiempo, y supongo que eso significa algo. Seguramente que no lo acepto. Que no me he tomado la molestia de creerlo.


Y, sin embargo, lo sé. Sé que te has ido, que no vas a volver. Y lo llevo bien. Me acuerdo de ti, me río, me siguen emocionando tus cartas, sigo suspirando con aquellas canciones. A veces me asalta la melancolía, pero nunca me vence. Por qué no me vence, mi niño, si tú fuiste lo más grande, lo mejor que me pasó en la vida? No resulta extraño que con mi carácter, con mi mal genio, mi rabia, no te llore hasta volverme loca? Quizá es porque asumí que te vería de nuevo. Y lo asumí como una verdad inmutable, como asumo que debo respirar. Ya no se trata de mis bromas sobre el karma, el cosmos y todas esas pequeñas magias que practico sin creerlas, sólo porque son bonitas. La certeza de volver a encontrarte es otra. Es una fe que no se puede comparar con nada. Yo dudo de todo, pero no de eso. Mi fe en nuestra historia es más grande que cualquier otra cosa que jamás haya existido. Nadie cree en Dios como yo creo en ti. Nadie.


Algunas veces, ya ves que no te miento, casi te olvido. No del todo, claro. Sigues ahí, como la piel. No pienso en ella, pero está. Otras veces me asaltas de repente. Estos días alguien me pidió permiso para bucear en mi pasado, y se lo dí. No pasa nada. Buceamos un poco juntos y tuvo su gracia. Pero en el pasado estabas tú, siempre estás tú. Y te recordé otra vez. Y no me duele, no me afecta, pero... no sé cómo explicarlo. Es como cuando crees que has perdido algo y de pronto abres un cajón y ahí está. Estaba ahí todo el tiempo. Supongo que esa es la razón por la que te estoy sintiendo tanto estos días...


Ha cambiado la luz. Todo es más ténue y un poco más frío. Lo noto dentro. Me muevo a trompicones, me despierto en mitad de la noche convencida de que he oído tu voz. Hasta puedo olerte a veces. Te siento jugar por aquí. Tarareo una canción y se cierra una puerta de golpe. Y me echo a reír. Sé que me miras mientras duermo, sé que quieres saber que estoy bien. Estoy bien, niño. Hacía tiempo que no estaba tan bien. Y no siento culpa, ya sabes que no. No de esa clase, quédate tranquilo. Pero sí, siento miedo, y eso sí lo sabes. Siento miedo de estar dejando caer las defensas. No me asusta sufrir, ya me conoces. Pero me asusta que, otra vez, te quedes para consolarme. Supongo que no hay modo de evitarlo. Nunca hubo forma de convencerte de que no hicieras lo que te apetecía. Y mucho menos, lo que pensabas que debías hacer.


Las viejas historias de fantasmas hablan de cómo los vivos se aferran a los muertos, empeñados en no dejarles ir, negándose a aceptar su marcha. Yo no soy así. Sólo los retengo en mi memoria. Esas leyendas también hablan de los que no quieren irse. De los que tienen asuntos pendientes. Es un clásico. No quiero ser un asunto pendiente. Aunque tampoco quiero que te vayas. Pero puedes irte, debes irte. De todas formas te llevo dentro, no pasa nada, no me dejas sola. Sé que no vas a hacerme caso, pero tenía que intentarlo. Cuando vivías aquí abajo me llamabas "Ángel". "Eres mi Ángel", decías siempre. Supongo que tengo que aceptar que ahora tú eres mi Ángel. Y que siempre estarás conmigo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Lenka ha vuelto. Ha vuelto Lenka.

¿La subvencionamos entre todos para que no tenga que currar y pueda teclear más?

Ro

Lenka dijo...

Lenka no vuelve. Lenka no se va nunca.

;-)

Anónimo dijo...

Woole.

Cásate conmigo.

(Pobre migo, la que le espera)

Ro

Lenka dijo...

El pobre no sabe ni idea...

Anónimo dijo...

Wow,Len...
Eres la mejor...

Albe.

Lal dijo...

Pero cuantas veces más vas a hacerme dejar un comentario tan absurdo como este?? Solo para decirte, de nuevo, que no tengo palabras...

Cris dijo...

Me he quedado sin palabras, Len. Muchos besos.

Lenka dijo...

Gracias, chicos. Qué bien sienta poder subir al Torreón, dar unos cuantos gritos y saber que siempre hay alguien que escucha. Sois un regalo.

Anónimo dijo...

buffff niña...... increíble.

Besitos cielo

Marechek.

The Cosmic Girl dijo...

IM-PRESIONANTE!

No dejes jamás de escribir.

Lenka dijo...

Gracias, chicas!

No podría dejarlo aunque quisiera, Cosmic!! Es un vicio.