domingo, 21 de octubre de 2007

La Parca Maldita

No puedo creer que te hayas ido, que nos hayas dejado a nuestra suerte. Qué va a ser de nuestras madrugadas sin tu voz? Fuiste un hombre excepcional y nunca te rendiste. Ahora nos dejas huérfanos. A todos. A tu mujer, a tu niño, a tus compañeros de radio, a todos los que te escuchábamos y te leíamos, a los que tuvimos la inmensa suerte de conocerte y el privilegio de darte un abrazo. Gracias por tantos relatos, por tantas historias, por tantas noches de insomnio, por tu risa. Por ti vencí un miedo ancestral. Tú adoptaste mi primer cuento, el primero que vio la luz. Jamás olvidaré eso. Desde este mismo instante, Deseada es sólo tuya, toda tuya. Se me hace imposible que ya no estés, que no vayamos a escuchar de nuevo esa sintonía y tu saludo. Dejas a demasiada gente atrás y será difícil encontrar consuelo. Hemos perdido La Rosa de los Vientos. Espero que la guardes tú y que ella te lleve a un buen lugar. Hasta siempre, Cebri. Hoy la luna es más triste que nunca.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Una auténtica pena.
Pero siempre estará contigo,Len.

Albe.

Anónimo dijo...

Me he quedado como huerfana. ¿Que escucho yo ahora?, ¿quién hará ahora los pasajes de la historia?¿Y las tertulias?...Siempre quedaremos los fans.

Wendy Pan dijo...

los blafemadores también están de luto, no te sientas sola Lenka, porque NUNCA estás sola !!

Cris dijo...

Nos hemos quedado huérfanos Len. Lo importante es que allá donde esté sabrá que aquí va a tener a sus fans para siempre.

Alberich dijo...

Los que no lo escuchábamos normalmente,lo leíamos.Era un placer leer como desgranaba la historia.
Adios maestro!!

Anónimo dijo...

Juan ha sido mi guía, mi maestro y mi alegría durante diez años, y mi amigo durante cinco. En estos diez años ha pasado de todo, bueno y malo, pero cuando las cosas iban mal, siempre podía encender la radio, y obtener el consuelo de quien seguía feliz como una lombriz, y yo con él. Ahora me siento un poco más sola.
Sólo me queda ahora el consuelo de saber que al menos pude conocerle y disfrutar de su compañía, su alegría y su cultura, y que se marchó sabiendo cuánto le quería, y le sigo queriendo. Querido Cebri, donde estés, Fuerza y Honor.

Lenka dijo...

Si yo siento que me he quedado un poco huérfana, no quiero pensar lo que sentirás tú, Menchín. Recuerdas todo eso de que nos toca irnos cuando ya hemos aprendido todas nuestras lecciones? Si es cierto, entiendo que Cebri ya no tuviera nada más que aprender. Pero es duro, sigue siendo duro. Porque sí le quedaba mucho que enseñar. A Alejandro, a sus amigos, a todos nosotros. Ahora nos falta el maestro. Sólo espero que esté en un buen lugar y que, de vez en cuando, nos eche un vistazo desde arriba. Me consuela que, seguramente, ya ha encontrado todas las respuestas. Y que estará charlando con Alejandro Magno, Leonor y Wallace. Espero que, hasta que nos toque reencontrarnos con él, tengamos fuerza y honor suficientes.