martes, 27 de marzo de 2007

Cosas que te diría


A veces no tienes ni idea de cómo ocurren las cosas. Sencillamente algo te duele, te decepciona, y saca lo peor de ti. Después es difícil dar marcha atrás. Porque ya no sabes bien lo que pasó, ni por qué. Estaría enfadada contigo si pudiera. Sabes que no puedo. Triste sí, dolida, confusa. No sé que ha pasado. Espero que algún día me lo digas. Y que no se pierda la magia.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo como te sientes.no se si este mensaje va dirigido a mi o no, pero aun asi viene perfecto para lo que me ronda por la cabeza.
A lo mejor lo que yo suelo hacer te sirve.
Si por ejemplo me siento mal porque tengo la sensación de haber fallado a alguien, o si por algo que yo he hecho le he acabado aguando la fiesta a una amiga, lo que suelo hacer es dejar un mensaje en su blog.
Sobre cualquier tontería, tal vez un comentario futil que recuerde que sigo aquí, como siempre.Una tontería, un chiste malo, cualquier cosa que recuerde las cosas realmente importantes de la vida.
Si resulta que entiendo sus razones y me da rabia que ella no entienda las mias, espero, recapacito y un día con calma se las explico.A lo mejor las respuestas son más sencillas de lo qu e parece y buscarle tres pies al gato no es tan necesario.
Si llega un momento en que me da miedo perder una amistad currada a base de echarle huevos al asunto suelo levantarme por la mañana, darme un paseo por la playa,escuchar alguna canción bonita y como quien no quiere la cosa darme cuenta de que no es necesario dar marcha atrás, que lo meritorio es seguir adelante con las decisiones que se toman y con las actitudes que se deciden tomar, que la vida y las relaciones humanas están llenas de marchas adelantes, acelerones y curvas y que eso es lo realmente bonito, si siempre nos entendieramos todos, comprendieramos nuestras razones a la primera, estuvieramos de acuerdo en todo no seriamos personas seriamos teletubies, y la verdad no me veo vestido de amarillo corriendo por un prado verde.
Y eso, que igual estoy desbarrando pero no me quería acostar sin teclear esto un rato, porque soy como Homer, que si me guardo las cosas al final me salen bultos en el cuello.
La pelota está en tu tejdo, si necesitas por ejemplo algun codigo para poner algo bonito en tu blog o contestar a una encuesta o algo, ya sabes donde encontrame.

Lenka dijo...

Ojalá lo entendieras. No he conseguido que lo entiendas. No le has fallado a nadie. Has tomado una decisión, nada más. Y yo la respeto. Obvio, me va a faltar alguien esa noche, pero no es el fin del mundo. Nunca lo es.
Habrá más noches. Con suerte, mejores que esa. No es por eso, no lo entiendes.
Es que sonó a excusa. Sonó a secretos. Sonó tal y como lo dijiste. "Algunas circunstancias más que no vienen al caso". Sonó a pregúntame qué me pasa. A ríñeme por armar este follón. A ven corriendo a preocuparte por mí.

Sonó a todo eso. Preocupó a alguna gente, desde luego. Y me preocupó a mí. No sé si era esa la intención. Sólo digo que lo parecía. Y parecía una de tus bromas (no sé de qué tipo, la verdad, sigo sin distinguirlas). Una poesía, una excusa, se ve que te ha molestado, qué te pasa? Yo no pienso explicar nada más, no pienso aclarar si realmente pasa algo, no voy a decir cuáles son esas circunstancias que no vienen al caso. Pero tú, tía borde, a qué esperas para llamarme idiota y pegarme una bronca? No quiero una pataleta discreta, quiero una escenita!!!

A todo eso sonaba. Y, como te dije, ya sabes lo que siento. No necesito gritarlo para que lo oigan todos. Lo sabes tú, quién más necesita saberlo? No te basta así?

No pretendía entender tus razones, ni siquiera que me las contaras. Es tu vida. No necesito entenderte siempre para que seamos lo que somos. Ya deberías saberlo. No me duele el no entender del todo los motivos de tu renuncia. Son tus cosas, las respeto. Siempre lo hago. Me duele cómo me sentí. Me sentí objeto de un nuevo juego. Al leer tus mensajes, sentí que, además del trago de la renuncia, tenía, por lo visto, la obligación de enfadarme como tú querías que lo hiciera, pero el caso es que no sabía qué clase de cabreo esperabas. Tenía que haber escrito aquel mail en el tono y forma más conveniente para ti, para no incomodarte ni hacerte sentir culpable, darte palmaditas en la espalda, lamentarme amargamente de la noticia, quizá incluso pedirte explicaciones? Por qué? No debían bastarme las tuyas? Sentí que, si me conformaba con tu opinión, malo. Y si no lo hacía, peor. Parecía no tener derecho a enfadarme como me diera la gana. Ni siquiera podía tomarme el tiempo necesario para asumirlo, para que se me pasara. Tenía que comprenderlo todo ya, entender tus razones como una buena niña, poner morritos pero encajarlo con elegancia, y todo ahora mismo? No sé. Puede que nunca consiga explicártelo, hacerte entender cómo me sentí. Pero espero que al menos haya quedado más claro. Al menos un poco más.

No demos marcha atrás, entonces. Sigamos. Esto pasará y aprenderemos algo. Yo sé dónde estás tú. Y tú, está claro, sabes donde encontrarme.

Anónimo dijo...

Parece imposible que estas cosas ocurran, pero ocurren. Recuerdas eso de los imanes, que los polos del mismo signo se repelen?. Sin tomarlo al pie de la letra, claro, que repeler suena muy mal, pero algo así es lo que veo. No me conoces en absoluto, pero yo a ti un poco más y eso es lo que pasa. Que somos casi iguales; estilos diferentes, eso sí, pero en el fondo iguales. Quizá por eso nunca congeniaremos. Pero leyéndote me veo a mi, por el fondo sobretodo. Parece que ahora estamos mal... quizás tú lo vas superando, por tus nuevas perspectivas. Yo, de momento no. Pero si veo que vas saliendo, quizás también lo haga yo. Espero con ansia tus líneas porque parece que son lo que yo díría. Si me atreviera. Si a alguien le interesase.

Lenka dijo...

Qué te hace pensar que a nadie le interesa lo que tengas que decir? Me interesa a mí. No entiendo por qué no te atreves. Pero claro, no te conozco. Por lo que dices, no sé quién eres, y en cambio tú me conoces lo bastante como para saber que nunca congeniaremos.
Cuéntame algo más y deja que yo lo vea así también. O no.

Anónimo dijo...

Gracias, búha preciosa... Te conozco porque tu rastro en la red es enorme y creo que debe reflejar muy bien cómo eres; y es por eso por lo que saco el parecido y, en pura lógica y por experiencia, es precisamente con las personas que más se parecen con las que no te llevas. O ¿tú serías tu amiga?. No pretendo usar tu espacio como medio de expresión para mi, en absoluto; por eso te doy las gracias por tu interés, y, sinceramente, me gusta mucho lo que dices y por cómo lo dices. Al leerte, se me abren los ojos porque la mayor parte de las cosas son las que yo siento también pero carezco de la facultad de mostrarlas. De modo que, nuevamente te pido que sigas.

Lenka dijo...

Que siga, querido, es algo que ni un ejército persa podría evitar. No puedo parar de escribir, y, a menudo, no puedo parar de hablar. Lo compenso algunas veces quedándome muda, pero mis dedos nunca dejan de bailar sobre el teclado o el papel. Es una enfermedad y la tengo asumida.

Seguramente nunca sería mi amiga. Soy una persona de naturaleza oscura, así que, con enorme egoísmo por mi parte, procuro rodearme de seres de luz y me alimento de ellos. Es cierto, soy una vulgar vampira. Bebo de ellos porque nunca podré ser como ellos. Me dan la risa, me hacen feliz. Son mejores que yo y les admiro. Por eso me aferro a ellos como la hiedra. Les necesito. Porque adoro la oscuridad, pero a veces es excesiva.

Quizá tú comprendas bien esto, y quizá sea porque nos parecemos. A lo mejor es verdad que seríamos absolutamente incompatibles. O tal vez almas gemelas! Tú crees en esas cosas? Yo no. Y, aún así, ya he encontrado a cinco. Me quedan cuatro, porque una volvió al limbo, pero, como ves, sigo siendo muy afortunada. Ninguna de esas almas se parece a la mía, pero me hacen sentir como si hubiera compartido mil vidas con cada una de ellas. No deja de ser curioso.

Si te sirve de algo lo que escribo, no puedo dejar de alegrarme. Y de sorprenderme. Uno jamás piensa que sus desvaríos puedan ser de la menor utilidad. Pero resulta que luego descubre que le sirven a alguien... (esto lo digo con toda la intención, por si te quedaba alguna duda) Yo de ti me lo pensaría. Lánzate. Desvaría tú también. Nunca se sabe.

Mi rastro en la red es enorme?? Bueno, no tanto. Me he convertido en la pesadilla más insistente de un rincón, y en visitante ocasional de otro. Y tengo un blog, como casi todo el mundo en estos días. En realidad no es para tanto. Tengo mi sillita sobre la que subirme para predicar en el desierto, un grupo de gente a la que leo y saludo de cuando en cuando y otro grupo de gente a los que doy la paliza, porque, para su desgracia, les quiero. Más de lo que imaginan. La red es un misterio sorprendente. A veces hasta haces amigos. Acabas queriendo a gente con la que quizá sólo te une un detalle, una afición común. Y terminan siendo importantes en tu vida. Como tú bien decías, parece imposible que estas cosas ocurran, pero ocurren.

Por lo demás, gracias a ti. Por estar. Besos.