lunes, 14 de septiembre de 2009

Memoria de mis putas tristes


Es el tema de moda, tanto que parece mentira que hablemos del oficio más viejo del mundo. Nos las sacan constantemente, a todas horas, en las tertulias mañaneras, en los informativos y en los documentales de mega investigación nocturna. Francamente la cosa me escama un poco. Por varias razones.

De verdad nos importa un comino la realidad de estas mujeres? No lo parece. Nos dedicamos a exponerlas sin más, en lo que parece (qué mal pensada soy) un mero show de carne fresca para subir audiencia, con el pretexto de la denuncia social. Eso explicaría que, en alegre batiburrillo, se mezclen las imágenes de la meretriz arrodillada frente al cliente (culo en pompa, nalgas al aire, tangas fosforitos), las de la veraneante en topless (oh, hallazgo informativo, pásmense, la gente en verano TOMA EL SOL!!!) las del posado de las modelos de no sé dónde para no sé qué calendario de tal revista (y seguimos sumando tetas informativas, de vital importancia para la buena marcha de la historia universal, por lo visto), las de la simpática y frescachona muchacha que se dedica al porno, la lucha en el barro o el baile en paños menores, y que declara feliz y satisfecha que no es puta, sino artista, y que le encanta lo que hace (por lo que tampoco le encuentro yo denuncia por ninguna parte al testimonio, y si lo que pretenden es contarme, sin más, que hay tías que se ganan la vida saliendo de una tarta, follando ante una cámara o bailando embadurnadas de nata, déjenme aclararles que lo tengo más que sabido, no insistan, me doy por enterada).

A qué viene entonces tanto empeño con el negocio del sexo, ocupe la parcela que ocupe? Pero si ya lo sabemos, óigame. Sabemos los millones que mueve, sabemos que hay puterío de lujo y de callejón, filmado, bailado, pactado, asumido, negociado, posado, aceptado y reivindicado, libre y forzoso, aplaudido y denostado. Lo SABEMOS. La cuestión es que no se puede tolerar que montones de mujeres se vean obligadas a comerciar con su cuerpo ante la indiferencia general. Perdemos el tiempo discutiendo la cuadratura del círculo con que si son todas esclavas (de nuevo a vueltas con la dignidad universal, como si toda mujer fuera forzosamente débil e imbécil, incapaz de decidir por sí misma), logrando con ese empeño juzgar y criticar a la que quiere y olvidar a la que no quiere, que es la que de verdad necesita ayuda. Se monta un evento deportivo o un salón del automóvil y hay doscientas tías posando ligeras de ropa, se organiza un salón del porno y hay bofetadas por ir a grabar con el móvil, los ordenadores echan humo bajándose imágenes sexuales, las ex reinas del porno son tertulianas de la tele, medio pezón en un videoclip provoca una avalancha de atención mediática, y luego tenemos la soberana jeta de indignarnos con el putiferio de avenida y pretender esconder a estas señoras detrás de una valla.

De qué vamos?? Clubs de fans pa Lucía Lapiedra, y luego nos ofenden las pilinguis del barrio? Babeamos ante la tele cuando una palurda siliconada cuenta cómo, cuándo y dónde se la chupó a un futbolista, pero no queremos que nuestros ninios vean mujeres meneando un bolso en una esquina?? Sólo hay un modo de terminar con el tráfico de seres humanos y todos sabemos cuál es. A qué esperamos? Hay muchas clases de explotación sexual, muchas clases de prostitución y muchas maneras de socabar la dignidad y la imagen de una persona. Hay mil maneras de convertir a una mujer en un cacho de carne anónimo sin venir a cuento. No entiendo por qué celebramos novecientas noventa y nueve formas de comerciar con el cuerpo y condenamos con asco sólo una: la de las pobres y las encerradas. Somos bastante hipócritas. Queremos ver putas felices, pero no putas tristes. Y para no verlas, lo mejor es esconderlas. Es una vergüenza que un chiquillo vea a una prostituta agachada delante de un señor, pero no que, mientras merienda, le enseñen en la tele el revolcón de la modelo de turno en una playa. No lo entiendo.

6 comentarios:

Juan dijo...

En la prostitución, como en tantas cosas, hay demasiada hipocresía.

Por una parte están los talibanes que todo lo arreglan con la prohibición y el castigo, el escarnio de los que lo usan y de las que se alquilan, los propagadores de la dignidad universal que para todos debe valer (lo que ellos creen dignidad, claro). Los que ven muy bien que una señora se case por dinero o por posición social (una forma de prostitución al fin y al cabo) y se escandalizan que otra mujer use libremente su cuerpo para lo que le de la gana.

La regulación de la prostitución no digo que consiga terminar por completo con la esclavitud sexual de algunas de las mujeres que ejercen el oficio, pero sin duda sería un paso para que disminuyera de una forma importantísima. Es muy sencillo: prohíbe algo y al día siguiente tendrás una mafia que se dedica a proporcionar lo prohibido.

Son los que quieren prohibir la prostitución los que alejan de la normalidad estas actividades y las hacen subterráneas y, por ende, sujetas a todo tipo de tráfico y abusos.

Por otra parte tenemos a las feminazis que gritan a favor de la libertad sexual de la mujer pero inmediatamente deciden que sólo se puede follar cuando ellas lo creen conveniente: lzs mujeres son libres de tener el sexo que ellas creen oportuno, pero hay que prohibir el creen inoportuno.....vamos, exactamente igual que la iglesia: se puede follar en las condiciones que yo diga.

Que a estas alturas del siglo XXI se siga debatiendo cuando es lícito o ilícito, moral o inmoral, practicar sexo libremente y por las razones que cada uno quiera, me parece asombroso.

Un abrazo

Lenka dijo...

A mí también me alucina, Juan, y máxime porque vivimos en una sociedad totalmente hipersexuada (creo) en la que prácticamente TODO recurre al sexo como reclamo más o menos explícito. En la publicidad, en el cine, en la música, el deporte, en ocho millones de cosas, la connotación sexual más directa o más sutil está absolutamente normalizada.

Por un lado nadie se sorprende de que se use el cuerpo como reclamo en la publicidad, por ejemplo, y ni mi abuela se sorprende por ver una escena tórrida en una peli o en un videoclip. Tenemos los platós de televisión plagados de gente cuyo mérito en la vida es haber dormido con otra gente (y contarlo con pelos y señales) y raro es el mes en el que algún político o artista no es pillado in fraganti en líos de faldas, orgías varias y demás "vicios".

Hoy mismo, sin ir más lejos, me encuentro en un telediario con una noticia de altísimo valor informativo, en el que me cuentan (pa que pueda dormir tranquila) que un archifamoso club golfo de USA han tenido la genial idea de inspirar los bailes de sus chicas en la crisis, y la cosa se ilustra con una penca en ligueros y tetas al viento (porque en la playa ya no quedan, cachisendiez) danzando alegremente con fondo de pantalla de la bolsa, gráfico arriba, gráfico abajo. Y me quedo pasmá. Pero qué cojones puede importar que en una barra americana de los yunaitet esteits las tías bailen delante un índice nasdaq o delante una ristra sardinas????? Dónde puñetas está la noticia??? La lucha por las audiencias está tan chunga que, además de hablar de Belén Esteban hasta en la puta carta de ajuste, los telediarios tienen que apañarse pa meter tetas con cualquier excusa?? Qué pinta un telediario hablando de streepers y de calendarios Pirelli, por dioooooos???

Se nos llena la boca hablando de horarios protegidos, de los menores (pobrecitos, que no pueden tener máquinas de condones en el cole pero sí ver peras hasta en Pocoyo), señalamos con el dedo a toas esas extranjeras golfas que andan en tanga por la calle y tenemos encumbrada en este país a una pedazo PALETA ignorante y hortera porque hace años engendró una criatura con un torero tan PALETO como ella. No entiendo na, te lo juro.

Y sí, estamos de acuerdo, con la regulación quizá no se elimine por completo la explotación sexual, pero se reduciría drásticamente y eso sería un avance en cualquier caso.

Lenka dijo...

Por otro lado, mientras tanto el fanatismo religioso más rancio como el feminazismo más supuestamente progre pretendan estar en posesión de la dignidad universal, mal vamos. Los primeros ya sabemos lo que piensan. Qué argumentan las nazis? Que la prostitución es denigrante SIEMPRE, sea voluntaria o no. Porque lo dicen ellas.

Se ve que casarse por interés no les parece denigrante, ser mujer florero tampoco, enseñar las bragas pa cantar no veo que les moleste, o currar veinte horas al día en un super, o mil cosas más. Cada uno individualmente sabrá lo que le denigra, lo que le compensa, lo que admite y lo que no. Para mí la prostitución es lo último deseable como oficio, pero quizá una prostituta encuentre que yo estaba más denigrada tras la barra de un chiringo o abofeteada por unos adolescentes drogaos.

Si ella no va a intentar darme lecciones de moral ni convencerme de que me una a su gremio, quién soy yo pa meterme en lo suyo?

Creo que no se quiere legalizar la prostitución porque es un negocio "oculto" que mueve millones, pero quizá también es que hay mucho miedo a que las putas declaren a hacienda, tengan libros de cuentas y se vuelvan demasiado diáfanas. Igual si todo fuera más transparente tendríamos que jodernos y enfrentarnos a la posibilidad de que nuestro padre va de putas, o nuestro novio es de esos que te dejan sana y salva en casa y se van a follar con señoritas de alterne. Igual si se encendiera la luz en los clubs saldrían alcaldes, padres, curas y maridos ejemplares a cascoporro (y digo yo que pa que se mueva tanto el negocio, señores, clientes tiene que haber un huevo, por más que no lo admita ni dios), y descubriríamos que la vecina golfea, y la prima del pueblo, y esta y aquella.

Igual por eso hay tanto empeño en dejarlo todo bien escondidito en callejones.

Rogorn dijo...

Sobre las noticias en los telediarios, creo que en general se esta produciendo una desviacion generalizada hacia lo que los americanos, que tienen nombre pa to, se llama 'infotenimiento', mezcla de informacion y entretenimiento. O sea, lo que hacen los portales de correo electronico. Vease como cada vez que abras tu yahoo o hotmail te plantan delante de los morros noticias de verdad mezcladas con lo ultimo de la Megan Fox, la Champions, o el telecotilleo carpetovetonico. Y sera lo que sea, pero funciona. Uno se pasa el telediario sin mirar mucho pa lo que dicen, y de repente sacan una gachi, y palla se mira. Los tios tenemos razon pa mirar, al menos, jeje, pero ¿las tias?

Sobre lo de la avalancha con lo de los reportajes sobre prostitucion, pues son varias cosas: que interesa, que esta por todas partes, que se hace en un momento, y que de verdad hay cosas que saber del negocio. Aunque a veces salgan reportajes que mas bien parecen publirreportajes para vender negocio a quien aun le de corte.

Y se man jodio las tildes y no se por que.

Juan dijo...

Lenka, el sexo vende. Siempre ha vendido y siempre venderá. ¡¡¡¡Está en nuestros genes, nuestras hormonas, nuestros sueños¡¡¡¡.

El tipo de sexo que vende en los hombres es más directo: tetas, culos, movimientos. Pero el sexo también vende en las mujeres, aunque bastante más sofisticado y no tan carnal: crepúsculo es un ejemplo, los millones que ganan los actores o cantantes guapos (bastantes más millones que las actrices o cantantas guapas) alimentados por una panda de quinceañeras que gritan y se desmayan ante la presencia de su ídolo. Esto también es sexo y vende una barbaridad.

La prensa del corazón, es una forma indirecta de vender sexo a las mujeres ya que, al fin y al cabo, lo que venden es la intimidad de los personajetes.

Los medios de comunicación, al fin y al cabo, no son más que el reflejo de la realidad que vivimos. Es noticia lo que interesa a la gente, no lo que real y objetivamente es una noticia. El gol de Cristiano Ronaldo no es más importante que el hallazgo de un gen que puede solucionar el Alzheimer, pero vende mucho más. Y como el sexo vende, tanto o más que el susodicho gol....pon una teta en tu telediario.

Yo creo que el sexo nunca se "normalizará". Se dejará de demonizar, no se condenará, pero siempre tendrá un lado oscuro que es incluso agradable, un toque secreto, oculto, que lo hace delicioso.

Rogorn, dile a tus tildes que dejen de joder y se pongan a trabajar, leñes.

Un abrazo

Lenka dijo...

Por supuesto que el sexo vende a ambos sexos, jejeje, eso está claro. De qué si no iba a estar medio país suspirando por Duques, Hugo Silvas y Cristianos Ronaldos varios. Cierto que para los tíos el estímulo siempre tiende a ser más directo, vamos, que la sutileza brilla por su ausencia. Si pones tetas en el telediario captas atención. Las tías? Por lo visto no importa tanto. Supongo que forma parte del machismo normalizado. Nueve de cada diez veces en que se intenta mejorar la imagen de un producto se piensa automáticamente en mejorarlo con una tía buena. La idea, supongo, es que los tíos miren, y que las tías quieran ser como esa para, a su vez, ser miradas. Digo yo que por eso incluso los productos "femeninos" se venden con gachisas potentes. Para que ellas quieran valerlo.

Con los productos "masculinos" el esquema es parecido, pero no igual. Te ponen a la gachisa bien clara y directa, cayendo a los pies del tipo que ha tenido la inteligente ocurrencia de comprar tal coche o usar tal champú anticaspa. Y esos esquemas los tenemos tan asumidos que muchas veces no nos fijamos siquiera. Este verano he oído a muchos amigos hombres comentar que mola el verano porque hasta en las noticias salen tetas. En cambio lo comento con amigas y muchas ni se habían fijado. Es luego, a toro pasado, cuando me dicen: "coñio, es verdá!! Todos los días sale alguna en bolas!!!" Ver mujeres en cueros está tan normalizado que apenas llama la atención, salvo pa las pécoras malpensás como yo.

La idea de que el sexo nunca se normalice me parece tristísima, Juan, te lo aseguro. Porque comer es normal y no ha perdido su encanto por ello. El comer todos los días no nos priva de probar cosas nuevas ni de gozar enormemente de un buen plato. Pero que en todas partes, revistas, tele, documentales sesudos, en toooodas partes pretendan contarnos (otra vez) "el gran secreto del sexo" me parece (a mí) tan chorra y cansino como que siguieran explicándonos la digestión a estas alturas.

No le veo nada oscuro ni secreto al sexo, es tan viejo como el mundo. Follar es follar, aquí y en la Roma imperial. Y es más, me resulta flipante el interés que provoca a estas alturas, cuando estamos empachaos de todo. Igual lo estoy simplificando, pero puedo entender que mi abuelo fuera de putas en una sociedad machista y carca que obligaba a la esposa a ser un dechado de pureza (mientras el marido anhelaba otras cosas), o que mi padre en su adolescencia marcada por el franquismo anduviera loco por pillar una revista guarra. Pero ahora, cuando cualquier crío de once años ha visto tetas a millones a un solo clik, o delante de la tele, cuando la media de la primera relación sexual está en los 13 años, cuando se nos llena la boca a todos hablando de lo mucho y lo bien que follamos, cuando cualquier novia o esposa opina que una felación es algo normal y divertido... no lo entiendo muy bien. O mentimos más que hablamos, o algo no me cuadra.