martes, 7 de abril de 2009

El arca y el diluvio


El turno de noche, sin ninguna duda, es el peor. Cinco días de silencio y vida monacal, dormir sola, vivir sola, mis horas siempre al revés de las tuyas. A veces intento equipararme, pero es complicado. Porque alguien tiene que manejar el barco mientras descansas, alguien debe permanecer de guardia. De repente soy consciente de que llevo días y días sin hablar con ningún ser humano. Sólo nuestras pequeñas charlas robadas al reloj y la voz de la Mamma al otro lado del teléfono. Empiezo a parecerme a la loca de todo barrio, sola, huraña y charlando consigo misma o con sus mascotas.

El clima, además, está insoportable. Nunca había detestado tanto la lluvia como desde que soy flamante compañera de un cánido. La pobre Fújur y una servidora vamos acumulando mojadura tras mojadura en esta primavera perra como ninguna tras el más perro de los inviernos. Estoy harta de agua, de viento y de paraguas rotos. Harta de poner ropa a secar, de zapatos embarrados. Harta y aburrida.

Y, para colmo, la gata en celo por enésima vez. Jamás, en los días de mi vida, pude imaginar que una cosa tan pequeña pudiera resultar tan absolutamente insufrible e irritante. Que la gran Bastet me perdone, pero esto es inaguantable. Horas, horas y horas, de día y de noche, constantemente, sin parar, incansable, ahí va nuestra raquítica peluda maullando en tono lastimero, siempre metida por el medio, incordiando, haciéndome tropezar y poniéndome de los nervios. Me tiene sencillamente atacada, exasperada y de un humor inclasificable.

Hemos intentado explicarle que sí, que comprendemos su padecimiento y sus necesidades, que sí, que es todo tristísimo, pero que no, que no podemos hacerle hijitos. Ni el Trasto, ni yo, ni la Fújur (que la soporta con paciencia de santa hasta que se harta y la espachurra contra el suelo a zarpazo limpio), ni el hermanito pelirrojo (que la mira con la cabeza de lado, alucinando en colorinos, hasta que decide arrearle un mordisco a ver si se le pasa la tontería), ni tampoco la mochila del gimnasio, ni el carro de la compra, ni mis zapatillas, ninguno de esos seres (animados o no) está capacitado para hacerle hijitos. Pero no lo entiende, la pobre, e insiste en sus poco sutiles insinuaciones.

En cualquier caso, mañana terminaremos con este irritante asunto. Nuestra bienamada "Vete" pondrá fin a tanto desvarío hormonal, con el mismo cariño con el que puso fin a los desbarajustes de la Fújur y el pelirrojo. Así que volveremos a tener un hogar normal y tranquilo. Y las únicas hormonas revolucionadas serán las nuestras, caro mío. Si esta primavera helada nos lo permite.

6 comentarios:

Marechek dijo...

Que bonita foto de los monstruitos de la casa. diossss no me acordaba de lo que es una gata en celo... es algo insufrible ciertamente... paciencia.. no te queda nada.

Anónimo dijo...

Yo tenía un Garfield de peluche que era el favorito de mi gata en esas situaciones. Lástima que el pobre Garfield no correspondiera...

Insufrible, totalmente insufrible.

Que todo vaya bien y se recupere pronto. Ya verás qué descanso...

Amaranta

Lenka dijo...

Gracias, chicas. Ahora mismo la tengo en quirófano y seguro que todo sale perfectamente. La enanita se nos quedará más tranquila y nosotros también, qué duda cabe. Pensaba yo que la Fújur y el pelirrojo iban a estar de los nervios cuando faltara la peque, y resulta que ambos dos se están pegando la siesta del siglo. Vamos, que están encantaos con tanta paz y sosiego, los muy bellacos!!! A ver esta tarde, cuando vuelva la pobrecita con su campana en la cabeza cómo la reciben. Esperemos que no se encuentre muy pocha.

Juas, Amaranta, el gato de mi mami también pasó las de Caín hasta que lo esterilizamos. El tío se echó de amante un peluche de mi hermano en forma de leopardo. Desgraciadamente el de trapo no era muy activo, no. Frustrante la cosa!! Lo gracioso es que el gato no le ha olvidado, y cada vez que lo pilla le hace el numerito de la seducción. Lo cual tiene mérito, porque anda que no lleva años castrado! Eso por no mencionar que el angelico cumple... atención... redoble de tambores... 18 añazos el mes que viene!!!! Que eso, en "humano", deben ser así como 100 tacos o más!!! Y capado!!! Y sin viagra!!!! Amos, que está hecho un tigre, el nota!!! No le llegamos a capar y hubiera sido el macho alfa del barrio, pero fijo!!!

Eli dijo...

"Cinco días de silencio y vida monacal, dormir sola, vivir sola, mis horas siempre al revés de las tuyas...

......De repente soy consciente de que llevo días y días sin hablar con ningún ser humano. Sólo nuestras pequeñas charlas robadas al reloj..."

¡Joder, nena! Estás contando la historia de mi vida: la convivencia en pareja totalmente desincronizada, las comidas irregulares, las salidas de ocio supeditadas a una planilla...
Y lo más triste es que al final acabas aceptándolo ¿qué remedio te queda?
Mientras tanto, la vida no te espera, y sólo te queda desear que lleguen al fin los merecidos días de descanso.

¡¡¡Que los disfrutes!!!
Y besos a la pequeñina.
Recuerdo el celo de nuestro enano: se cargó todas las zapatillas de la casa, los peluches de mi sobri y la manta de su cama. Y eso era cuando no se subía a las piernas del primero que pillaba, jaja.

Rogorn dijo...

Pues ya verás cuando trabajes tú también. Como no os dejéis fotos en la almohada, no vais a recordar ni cómo sois.

(No es mala leche -que también-, sino que lo he visto pasar. Y se sale de ello. O no, jeje)

Lenka dijo...

Bueno, espero que en mi próximo trabajo no estaré a turnos. Así, al menos, habrá una constante!!!