martes, 5 de junio de 2007

Visitando a Las Brujas


Veo que, como siempre, habéis cuidado del torreón. Gracias a todos. Estamos de vuelta, cansados pero contentos. Todo viaje es una aventura, sobre todo cuando, como suele ser nuestro caso, nunca hacemos demasiados planes.

Quién me iba a decir que acabaría paseando por la judería de Segovia, con el estremecimiento misterioso que siempre me provocan esos barrios, y visitando el Museo de la Brujería? Trucos de feriante, engañifas, venenos, filtros, fetiches, superstición, la gran diosa mordida por el cristianismo y sus terrores... las Brujas. Siempre me han encantado. Durante mucho tiempo fueron los rescoldos del poder de ELLA, de lo femenino, de aquella otra sabiduría que pasaba de labios de madre a oídos de hija, las guardianas de tantos secretos, de las cosechas, las estrellas, la sanación, la vida. Imagino que el hombre debió desconfiar de lo que no comprendía, sentir el miedo de aquello que escapaba a su control, condenar un poder del que carecía frente al sexo más débil. Pan y Cernunnos convertidos en Satanás, la sanadora señalada como bruja, el deseo transformado en pecado, la belleza maldita... La mujer pasó a ser santa o ramera con un estrecho margen entre ambos extremos. Espeluzna ver tanta inquina. Los instrumentos de tortura estremecen por su crueldad, y nos espanta comprobar cuánto dolor se provocó en nombre de un Dios que era bondad y perdón. Cuánta saña, cuánto sadismo... y lo que sin duda escondía.

Afortunadamente, las brujas sobrevivieron. Siempre lo hacemos, verdad?

9 comentarios:

EL AVENTURERO dijo...

Todo viaje es una aventura, si señor, aunque hagas demasiados planes
total los planes nunca salen como uno espera

Anónimo dijo...

No siempre es tan bueno ser bruja.
La lucidez también duele.
Al final va a resultar que los tacones no tienen nada que ver, que la verdadera maldición de Eva va a llevar el castigo implícito en ella.

Lenka dijo...

Pero nunca lo dudé, Eli. La lucidez es el precio que se paga por sentir. La lucidez es ver incluso cuando no deseas mirar.
Duele, desde luego, pero también enseña mucho. Una maldición no puede ser tan mala cuando se puede aprender de ella. Ánimo.
;-)

Anónimo dijo...

T sigo

OOM-9 dijo...

pos a brujear! turismo brujeritico ;)

Anónimo dijo...

A mi también me encantan las brujas...sobretodo las pelirojas...
Alberich.-

Lenka dijo...

Aunque sean teñidas?

;-)

Anónimo dijo...

Sobretodo si son teñidas...

Alberich.

Lenka dijo...

Eso me tranquiliza!!!

;-)