miércoles, 21 de noviembre de 2012

De qué vais?

 No puedo menos que alegrarme de no estar embarazada. No lo digo por las molestias, la sensación de cargar con un saco de 20 kilos todo el día, la imposibilidad de girarse en la cama, los pies al doble de su tamaño, el cansancio o los calores, no. Tampoco por el hecho incuestionable de que, con otro niño en casa, tendríamos que vivir en modo Tetris. Bueno, sí. Lo digo por todo eso. Pero, sobre todo, por la inmensa alegría que me provocó el no tener que seguir tratando con médicos, ginecólogos y matrones (todo ello con su correspondiente -as) agonías. Eso es lo que menos envidio a todas las luminosas preñadas de mi entorno.
 
Y es que me cuenta a una amiga-vecina sus cuitas panciles, y todas tienen que ver con los médicos que la atienden. Cada vez que tiene consulta va temblando y de mal humor, lo cual, francamente, resulta penoso. Máxime en un momento tan importante en la vida de cualquiera, un momento que debiera ser feliz y durante el cual lo mínimo es sentirse escuchada, apoyada y orientada. Coño. Pues no. Vaya por delante, como siempre, que existen las excepciones (benditas sean). Pero, al parecer, son eso. Excepciones.
 
El embarazo es un estado de bronca constante. Te abroncan por el peso, tanto si coges mucho como si no coges lo suficiente. Te abroncan por la tensión, tanto si está alta como si está baja. Te abroncan si haces poco ejercicio y si haces demasiado. Te abroncan si te da por comer y si pierdes el apetito. Si duermes mucho y si duermes poco. Si estás demasiado ansiosa o demasiado pasota para su gusto. Te abroncan. Sin más. Te amenazan con todo tipo de desgracias si no cumples exactamente con unas normas concretísimas e inapelables. De repente te encuentras nadando en un mar de preclampsias, placentas precoces, diabetes gestacionales, obesidades varias, reposos forzosos, regímenes estrictos, albúminas, niños con bajo peso, niños con mucho peso, partos atroces y todo un muestrario ilustrado de complicaciones diversas. Joder, joder.
 
Yo, que soy de las sangrehorchata, debo decir que me lo pasé todo por el mismísimo. Y aquí estoy. Y ahí están. Debo decir también que recordé muchas veces que la generación de mi madre no contó con ecografías, ni pruebas de glucosa, ni epidurales, y que aún se llevaba aquello de "tienes que comer por dos". De la generación de mis abuelas, ni hablemos. Parían en casa a puro huevo, muchas veces asistidas por vecinas, un practicante o un veterinario si pasaba por allí. A los críos lo pesaban en la balanza del carnicero. Las bisabuelas? Tomaban por las mañanas un huevo crudo batido con Sansón, para engordar la sangre o qué sé yo. Bebían cerveza para hacer subir la leche. A muchas, durante el parto, les daban "cornetos" para soportar el dolor. O, lo que es lo mismo: cornezuelo de centeno. Debían ver dragones, xanas, al cuélebre y hasta a la Virgen de Lourdes.
 
No sé. Siempre digo lo mismo. Parir es muy fácil. Los críos nacen, sin más. Todos lo hemos hecho desde que el mundo es mundo. Mis bendiciones para los avances de la ciencia, que nos permiten un control sobre el embarazo y los críos inimaginable hace no tantos años. Pero sería de agradecer un poco de calma con el tema. Y, sobre todo, cierto tacto para tratar con las embarazadas. Porque, aunque no sepa un pijo de medicina, no sé si acabo de entender la necesidad de que una mujer sana preñada de ocho meses lleve todos los días una muestra de orina a su centro de salud sólo porque tiene 13-8 de tensión. Al menos esa es la razón que le han dado. Creo que se me escapa algo, la verdad. Y tampoco entiendo que a una chica de metro y medio y 50 kilos, por el hecho de haber engordado 3 en su noveno mes de embarazo (10 kilos en total) le suelte una imbécil titulada que van a tener que echarla a rodar monte abajo (tiene una tripa que más bien parece un atracón de pizza que un niño) para que, a renglón seguido, la misma gilipollas le pegue la bronca del siglo porque el bebé tiene poco peso y va a necesitar incubadora. De qué vais? Iros un poquito a la mierda, anda.
 
Ay, chicas. Paciencia. Que nadie os joda este momento. Todo saldrá bien, en serio. Lo raro es que no salga bien. No pemitáis que os vuelvan locas ni os carguen con culpas que no son vuestras. Bastante culpabilidad lleva asociada la maternidad por miles de razones (la mayoría totalmente absurdas) que ya iréis descubriendo. Que se vayan todos a ver la ballena. Aunque, seguramente, la pondrían a dieta también. En serio, tomáoslo con calma. Porque después de todo esto, llegan los "sabios" consejos de abuelos expertos, tíos solícitos, madres pluscuamperfectas, talibanas de todo pelaje (de la lactancia, el apego, el colecho, el Duérmete niño, el Cómete la fruta y la Pedagogía Amorosa Ilustrada), Opinadores Profesionales Varios y, cómo no, pediatras de esos que creen que los niños van con manual, y que darles pescado azul una semana antes de lo que indica la tabla es poco menos que un intento de niñicidio. Respirad hondo. Lo haréis de fábula.

4 comentarios:

Juan dijo...

Que malo es medicalizar a la sociedad.

La prevención es la mejor manera de hacer medicina, pero con sensatez. Cuando hay que hacer 800 cosas para estar sano, la gente no hace ninguna. Es muy mal camino.

Simplificar lo máximo posible las cosas y ser flexible no tiene precio. Los talibanes que creen estar en la posesión de la verdad absoluta y, de alguna manera, intentan imponer todo su credo, no suelen hacer ningún bien. Y si esos talibanes van vestidos con la autoridad que da una bata blanca, en nada van a beneficiar al que viene pidiendo consejo o ayuda.

El mejor protocolo que existe en medicina es el que es laxo y atiende mucho más al bienestar emocional del paciente que a la cifra de tensión o de colesterol.

Una embarazada feliz debería ser el principal objetivo médico.

Lenka dijo...

Juan, ponte a dar seminarios! Las mujeres preñadas del mundo te lo agradecerán infinito ;)
En serio, están convirtiendo (algunos, claro, no todos) el embarazo en una especie de enfermedad peligrosa de la que, encima, tú eres culpable absoluta. Si te sube o baja la tensión, si engordas mucho o poco, si estás demasiado perezosa o demasiado activa... hagas lo que hagas lo haces mal. Te culpabilizan por todo y no te dejan disfrutar del embarazo ni un momento. Venga revisiones, venga pruebas, súbete a la báscula, haz pis aquí, hay que sacarte más sangre, bébete el potingue naranja... joder, joder. Qué cansinez.

Fenomenal que nos tengan controladas para asegurarse de que todo va bien. Estupenda esa tranquilidad de que el crío crece sano y todo marcha como debe. Pero coño, un poco de calma. Que somos adultas, no niñas de teta a las que regañar. Que el embarazo es algo natural, todos nacimos gracias a uno, no tendrá tanto misterio ni merecerá tal paranoia, digo yo. Que es que se han vuelto obsesivos de las barrigas perfectas, y, la verdad, dudo que existan.

Cuando dan con una pasota como yo pinchan en hueso, pero te aburren la existencia. Cuando dan con una mujer más nerviosa o aprensiva, la amargan. En serio. He visto chicas aterradas buscando mil y un síntomas imaginarios o reales en internet, obsesionadas con la preclampsia o con que si su crío se les iba a adelantar, pasando hambre literalmente para que la ginecóloga (de los cojones) no las riñera en la siguiente revisión, espantadas ante el parto... por dios, eso no es normal ni sano.

El embarazo hay que disfrutarlo al máximo, y creo que hay que estar relajada sobre todo. Positiva, alegre, no sé. Cuidarse, desde luego, pero no con ese sentimiento de culpa constante y recibiendo broncas a todas horas. De verdad es tan malo engordar 12 kilos en lugar de los pertinentes 9?? De verdad es tan malo que durante el quinto mes (por lo que sea) te entrara un cansancio extremo y en lugar de tu paseo diario de una horita prefirieras echarte una siesta? Coño, es que son cansinos, es que van manual en mano y lo mismo les da que la embarazada sea una niña de 20 años de metro y medio y 45 kilos que una mujer de 37 de metro ochenta y setenta kilos. Que les he visto abroncar a gritos a una embarazada enferma de esclerosis múltiple porque estaba gordísima (ya sufría sobrepeso antes del embarazo, y aunque sólo engordó 8 kilos está claro que el número final no les gustaba. Pero qué esperaban de ella? Que engordara 2 kilos????) y llamarla vaga y tragona, amenazarla con todo tipo de desgracias para su bebé y ponerle una dieta estricta a 15 días de cumplir!!!! Venga, por favor. La chica, desde luego, ni se molestó en hacer régimen para dos semanas que le quedaban (antes de ese momento nadie le había dicho nada sobre el peso, aunque sí sobre mil cosas más), pero se agarró un buen disgusto que ya me dirás para qué le sirvió a la pobre. Por cierto, su hija nació sanísima, como suele ser habitual.

En fin, que me caliento con este tema. Que me parece una pena, la verdad. Que muchas pasamos bastante (aunque por momentos te amargan), pero otras de verdad que se estresan y se asustan muchísimo, y no veo cómo puede eso ayudarlas ni mejorar su embarazo. Ayns.

Dalai dijo...

La verdad es que parece que yo tuve mucha suerte, y eso que tuve doble control: privado y de la ss. Debe de ser que aquí en Madrid van más relajados o algo, porque yo tuve un ginecólogo al que todo le parecía normal y todo iba muy bien, y, para mi sorpresa, nadie me riñó por engordar 18 kg (la matrona un poco, pero sin faltar). De hecho, cuando tuve la amenaza de aborto (en Gijón), ya ves que la ginecóloga me dijo que "hiciera de todo menos kárate"...menos mal que Dios me envió a Silvia para decirme que me estuviese quitecita,que a ella le había pasado lo mismo, que si no, igual mi nene no estaba aquí. El único proble ma que tuve fue con mi primer ginecólogo, que el muy gili no me pidió la prueba de riesgo genético, y, a pesar de que le demostré documentalmente que el error había sido suyo, seguía empeñado en acusarme a mí de haberme olvidado, o perdido los volantes, o yo qué sé...menos mal que cambié a tiempo y que me las pudieron hacer...en fín...que te doy la razón, que una embarazada tiene que estar lo más tranquila que le sea posible.

Lenka dijo...

Yo del privado no puedo decir nada malo, el tío es un crack y majísimo. Y, encima, es el jefe de la unidad de riesgo en Cabueñes, que era la que me atendía a mí por llevar dos. Cuando me coincidía él en la consulta de la Seguridad Social, estupendo todo. Con algún otro ginecólogo también estupendo. Pero hay cada cual, que vamos... En Cabueñes, por desgracia, tenemos a una pedazo de borde vacaburra malencarada y faltona que tiene obsesión con el peso (curiosamente, la verdad, porque ella está obesa y ni siquiera tiene la excusa de estar rellena de niño... a no ser que se los coma, la muy bruja). Esa fue la que puso verde a la prima de Trasto, la chica que tiene esclerosis múltiple. Sin comentarios.

Por lo visto ha habido muchas quejas de esa tipa, pero de momento ahí sigue. Francamente, creo que no todo el mundo sirve para atender embarazadas, igual que no todo el mundo sirve para cuidar niños o ancianos. A esta tipa parece que no le gusta. Es más, parece que las preñadas le dan grima.

Mi enorme suerte fue que el equipo que me atendió en el parto fueron todos como pa pagarles una mariscada. Qué majos, qué tranquilos, qué divertidos... No se puede pedir más que parir rodeada de gente amable que te anima, te sonríe y te dice que lo estás haciendo genial. Por eso digo que yo volvería a parir mil veces, resultó una experiencia inmejorable. Lo que me da pena es que a muchas mujeres les amargan el embarazo y el parto. Eso sí que es una putada, no te pueden joder un momento así. De hecho, cuando alguna conocida está en esa situación, la animo a que los mande a todos a la mierda y disfrute. La única pega es que si eres aprensiva o nerviosa, no te resulta tan fácil.

Me acuerdo de aquel idiota que metió la gamba, era como pa haberle dao una coz. Y de la amenaza de aborto... en fin. Qué les costará decirte que hagas reposo unos días? Temen que te pongas de los nervios? No será mejor que hagas reposo en lugar de ponerte a hacer footing? A ver, si tiene que salir mal, saldrá mal, pero no piensan que es mejor evitarte el sentimiento de culpa de: "si me hubiera quedado quieta tal vez..."? Ayns, qué poca psicología!