Uno asume que algún día tendrá que decir adiós a sus padres. Pero, por mucho que lo asuma, nunca está preparado.
Cuando una madre se despide la herida, estoy segura, es indescriptible. Recuerda, Rubia, que aún es más lo que te deja. Recuerda que nadie se va del todo mientras viven los que le quisieron, mientras haya quien evoque su nombre, su voz y sus abrazos. Recuerda que se fue tranquila, en paz, y que allá donde esté te sonríe y te sostiene. Te acariciará en tus caídas y celebrará tus triunfos. Recuerda que la llevas siempre contigo.
Besos.
2 comentarios:
Gracias corazón. Siempre me emocionas con lo que escribes cachoperra.
Te quiero
La rubia / Marechek
Y yo a ti, re-pollo!
No alcanzo ni a imaginarme lo duro que es pasar por esto, pero fuerza, Rubia. Mucha fuerza. Que te mire desde ahí arriba y sonría bien orgullosa!!!
Besos. Aquí estamos.
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