lunes, 12 de enero de 2009

Caótica Lenka


Haciendo mil cosas y sin hacer ninguna. Peleando con la administración, por ejemplo, que es algo que todos adoramos hacer. Parece ser que en el Inem ya se han enterado de cuál es mi número de cuenta, así que al fin voy cobrando mi subsidio. Poca cosa, desde luego, y son sólo tres meses, pero ayuda con la cuesta de Enero (que, para algunos, dura todo el año!) Los de la agencia inmobiliaria también se han decidido a devolverme la fianza de mi última cueva, con un significativo recorte. Siempre hay recibos pendientes, claro. Uno se pregunta cómo ha podido gastar tanta luz sin vivir ya en el susodicho piso, pero supongo que forma parte de los misterios de la vida.

El ayuntamiento de mi ciudad, siempre pionero y chachi, oferta plazas de empleo. Es una forma de quedar muy bien con los votantes y elaborar luego informes estupendos. Naturalmente se trata de empleo temporal, nos ha jodido, para el que, con todo y con eso, hay que hacer oposiciones. La buena noticia es que alguien ha debido darse cuenta de que no puedes exigirle a nadie que estudie lo mismo para un puesto de por vida que para uno por obra y servicio. Así que este año, al fin, la cantidad de materia resulta proporcional a la meta a perseguir. Compruebo bases y requisitos. Albricias. Necesitan cubrir puestos de Educador Social. Tres años de trabajo. Oiga, no está mal, tal y como va el patio. Algo me escama. Será posible que, por una vez, nos vayan a reconocer la categoría? Ya existimos? No, claro. Ya decía yo. "Licenciados en Pedagogía". Óigame, con todos los respetos, un licenciado en pedagogía es un pedagogo, no un educador social. Qué le cuesta llamar a las cosas por su nombre, en lugar de crearme falsas esperanzas? Veamos qué otras cosas piden... titulados FP en Integración Social o Animación Sociocultural. Y yo me voy a bajar el santoral completo a coces. Que alguien me explique esa manía de sacarse titulaciones de la manga. Unas son idénticas a las otras, luego las hay que son sólo partes y remiendos de otras y, al final, lo único que conseguimos es montar un cristo de intrusismos, convalidaciones y desconvalidaciones, profesiones condenadas al ostracismo... sobre todo, la mía, que se queda siempre castigada en medio de una licenciatura y varios módulos. Nos dan, como se suele decir, por arriba y por abajo.

Sigo leyendo... oivá!! Pero si en este otro apartado piden específicamente Diplomados en Educación Social!!!! Dónde estará la trampa??? Ahhhhh, claro, que estos sólo van a currar un año. Los licenciados y los modulares, tres. Los diplomados, uno. Ole. Fiesta. Somos o no somos los últimos monos??? Ah, ya, que es que los de tres años van a ejercer de profes de varias remesas de los de uno. Es decir, que el licenciado y el modular van a ser mis jefes. Y todos ejerceremos de Educadores Sociales. Pero la única que lo es, soy yo. Eso sí, me van a dar clases de cómo ser lo que ya soy. Qué divertido. Pero oiga, un año de curro es un año de curro, qué puñetas. Habrá que apuntarse y repasar los antiguos apuntes. Y confiar en que, como sucede tantas veces, las plazas no tengan ya nombre y apellidos. Lo conseguiré? Tengo serias dudas, pero hay que intentarlo. Y, de todos modos, seamos positivos. Es un temario ridículo. Si no sale bien, al menos no me habré matado por lograrlo, no tendré la sensación de haber perdido el tiempo ni las energías. Debo ser muy vaga, la verdad, porque reconozco que nada me cabrea más que tener la sensación de haberme esforzado para nada. Supongo que se debe a mi primer intento opositor, que terminó en fraude total, escándalo periodístico y dimisión del tribunal examinador. No consigo olvidar aquella sensación de tomadura de pelo. Tantas personas sacrificándose durante un año entero de sus vidas, en balde.

Y mientras? Ejerciendo de ama de casa (nefasta, por más datos), de paseante de perro (nuestra Fújur sigue siendo el terror del barrio) y de escritora vocacional, aporreando teclados tontada tras tontada, sin poder remediarlo, pero sin la menor perspectiva de éxito. Hay toda una legión de gente encantadora que me anima a echar el resto y entrar en la lucha por el reconocimiento. Adoro sus buenas intenciones y su empeño, la enorme confianza que ponen en mi talento, o supuesto talento. No es falsa modestia, os lo aseguro. Es miedo. Pero miedo a qué? Quizá a que me confirmen que no valgo para esto. Mientras nadie lo haga, queda la ilusión. Qué cobardía más miserable!!!! Puro miedo al fracaso? Sí y no. Porque el caso es que, muchas veces, he pensado que el éxito me asusta mucho más. Estoy convencida de ello. Tengo que meditar más sobre este tema...

22 comentarios:

Eli dijo...

Tranqui, nena, ya verás como lo logras. Alguna vez tenía que ser la tuya, y esta parece que te la han puesto en bandeja.
Así que olvida lo del miedo al fracaso, porque no hay fracaso mayor que no haber arriesgado.
Eso sí que es una cobardía.

Rogorn dijo...

Esta parece ser la cola para llamar cobarde a Lenka, así que:

Cobarde! Pecadora!

Si el problema es el éxito, tú tranquila. Del éxito te puedes quitar cuando quieras. Del fracaso, intentándolo otra vez. De no haberlo intentado no hay cura. Por eso las llaman 'oraciones condicionales imposibles'.

Sra de Zafón dijo...

A ver, Lenka, no te creo capaz de creerte que por no conseguir publicar acabes creyéndote que no escribes bien y saboreando un fracaso.
Hay gente que publica y escribe de p.m y hay gente que publica y se llama Ana Rosa. Esto es como todo y publicar o no publicar no te puede servir de baremo.
Ojalá lo consigas y tengas reconocimiento y desde luego te haré propaganda por todo los prados, pero es que ya te la hago ahora, independientemente de que publiques o no...
Me niego a creer que ese será tu baremo sobre tu modo de escribir. Otra cosa es querer vivir de lo publicado...eso como que ya es más complicado pero no tiene porque ser ni imposible, ni un fracaso. Se puede contemplar como una posibilidad, sin más y si sale disfrutarla y si no sale seguir escribiendo, que supongo que es lo que no puedes dejar de hacer, lo que te engancha y te posee.
Lo mismo no he entendido tu entrada, Lenka...
Un beso, escritora.
¿O AÚN NO TE SIENTES ESCRITORA?

Sra de Zafón dijo...

Vuelvo a leer tu entrada ¿pero quien te puede confirmar que no vales para escribir? un editor? dos editores? por dios Lenkaaaaaaa!

Juan dijo...

Te deseo toda la suerte del mundo: o sea, a estudiar, leñe y a hacer todo lo posible para conseguir trabajar en lo que te gusta. Esa es la única suerte con la que te vas a encontrar, la de tu propio esfuerzo y si lo consigues, estupendo, que no, pues a la siguiente.

Creo que Rogorn ha resumido bien las diferencias entre éxito, error y no hacer nada. Los dos primeros, los gestionamos nosotros, el tercero sólo lo gestiona el miedo.

Un abrazo.

Coordinadora Nacional de TASOC y TSIS dijo...

Hola Somos de la RED NACIONAL DE TASOC Y TISOC o lo que es lo mismo Tecnicos Superiores en Animacion sociocultural e Integracion social.

Sentimos profundamente que la Administracion publica sea la que haga de alcahueta en fomentar una guerra que no debe existir entre los titulados en FP y los Diplomados en Educacion social.

Si la plaza es de Educador Social que exijan la titulacion de diplomado en Educacion social, que es eso de que muchas plazas las cubran los licenciados en Pedagogia, en MAgisterio etc, etc, etc.

Si sacan plazas de Animador que pidan el TASOC y tambien como no que puedan presentarse los Eduso o Educadores sociales, pero a sabiendas de que las tareas sean de Tecnico y las responsabilidades tambien, asi que por otro lado debe existir supervisando las tareas del tecnico un diplomado en Educacion social.

Por eso estamos luchando nosotros y creemos que tambien la mayoria de los Colegios y Asociaciones profesionales de Edusos. Algunos, es una pena, se encuentran tan perdidos y con tanta hambre que ven en los TASOC y TISOC una amenaza en sus puestos. Esto no debe ser asi.

Bueno un saludo.

Os invitamos a que os paseis por nuestro blog y dejeis comentarios, que ahora estamos luchando junto con los diplomados por el convenio de la intervencion social en bizkaia.

http://ascprofesional.blogpspot.com

Lenka dijo...

Uy, no, para nada, no veo amenaza alguna en los TASOC ni en los TISOC, ni en los Trabajadores Sociales, ni en los Pedagogos, ni en los Psicólogos. La única amenaza que veo está en la administración, a la que, por lo visto, le importa un cuerno la titulación de cada uno y contrata arbitrariamente, sin contrastar si hay un mínimo de coherencia entre los requisitos del puesto que oferta y la preparación específica del colectivo al que se lo ofrece.

La administración no distingue a unos de otros y, es más, es que se la trae al pairo. En el ayuntamiento de mi ciudad, hasta hace no muchos años sacaban plazas de "asistente social" y luego de "trabajador social". Ahora parece que les suena más moderno lo de "Educador social", así que es eso lo que piden constantemente, pero, en realidad, específicamente, ciñen los requisitos a pedagogos y psicólogos (licenciados a precio de diplomados, no está mal, y encima hacen el dos por uno, por si también necesitan un psicólogo) y contratan también a los TASOC. Los Eduso no existimos, sólo damos nombre al puesto y si por algún azar misterioso nos dejan un par de plazas, siempre es bajo la supervisión de los otros colectivos.

Yo no creo en ninguna guerra, al contrario, siempre he preferido trabajar en equipos multidisciplinares, es como mejor se funciona. Tampoco se trata de titulitis, no considero que sea para nada superior a un técnico. El cacao mental lo tiene la administración, que ni se molesta en saber de qué van las titulaciones que oferta ni los puestos que saca.

Lo único que me molesta de esta historia es que cada vez que piden Edusos miras las bases y los requisitos excluyen a los propios Edusos, se pueden presentar licenciados y FPs, pero muchas veces nosotros no. En el mejor de los casos se puede presentar todo cristo, incluso gente de Magisterio, por ejemplo. En cambio un Eduso no puede acceder nunca a plazas de Fps, ni de licenciados (obvio) ni de otros diplomados, y muchas veces ni siquiera a las nuestras, a las que sí pueden acceder otros.

Es un sindios. En mi ayuntamiento mi profesión es la que da nombre a todo el batiburrillo social, pero nosotros nos quedamos sistemáticamente fuera. Y eso provoca cosas tan absurdas como que en un centro de reforma (en el que un familiar mío lleva currando treinta años) estén dando plazas a profesores de infantil y de música que piden la baja tras una semana, así, uno tras otro, siempre con plazas por cubrir, con el personal doblando turnos y los Edusos en la cola del paro.

Vamos, que para nada es una guerra entre titulaciones, es un despiporre de organización que nos tiene a todos a la caza del curro que nos permita pagarnos los garbanzos, y al final ya da igual a quién contraten para qué. Lógico y normal, no seré yo quien juzgue a un pedagogo por hacer mi trabajo si se lo ofrecen, tal y como está el patio.

En mi tierra estamos a ver si nos reconocen de una vez y si podemos tener nuestro colegio profesional. Yo terminé la carrera en el 99, soy de la segunda promoción y todavía estamos en el limbo. Un desastre.

Encantada de leeros por aquí, me pasaré a haceros alguna visita!!

Katha dijo...

Hola Lenka,

Espero que tengas mucha suerte con el trabajo y, sobretodo, que, como tú dices, no tenga nombre y apellidos. Todo el mundo dice que lo mejor es hacer una oposición y olvidarse de todo. Yo no la he hecho por los mismos motivos que alegas tú: la sensación de tirar mi tiempo y esfuerzo a la basura (ya tiré mi juventud en la universidad) y lo de los nombres y apellidos.

No quiero parecer con afán de protagonismo ni nada, pero, si te sirve de consuelo, la reina de las intrusiones es la carrera que hice yo. Después de una carrera de 6 cursos enteritos (6 años sólo para los cerebros privilegiados, a mí me costó algo más) y trabajo de fin de carrera, a la hora de salir al mundo laboral me encontré con dos problemas:
1. Yo era licenciada y en otras universidades, y en la mía misma después, pasó a ser ingeniería: con 4 cursos, o con 5 cursos y la mitad del último curso sin clases, libre para hacer el proyecto. Resultado: nosotros éramos considerados "menores" frente a los ingenieros en el mundo de la empresa.

2. En una entrevista llegaron a decirme que no necesitaban a un titulado de mi carrera para hacer el trabajo que supuestamente debía hacer. Valía cualquiera, un pequeño barniz técnico y listo.

Resultado: dejé esa profesión, pero no me preguntes cuál tengo ahora que no sabría decírtelo. Es más, espero no tener que averiguarlo, es decir, espero poder conservar mi trabajo y no tener que buscar otro porque, sinceramente, no sé en qué podría trabajar y es algo que me preocupa seriamente, la verdad.

Para más remate llegan ZP y compañía (me es indeferente el lado político) y dicen que la carrera que hice no tiene equivalencia en el nuevo plan Bolonia. Resultado: el papelito del título que tanto me costó (siempre he dicho que yo no sé qué es la "supuesta" vida universitaria, me pasaba la vida en clase, haciendo prácticas y estudiando), pues, como iba diciendo, el papelito ha pasado a valer prácticamente lo mismo que el papel del perrito que anunciaban en televisión (mira, un anuncio por lo menos gracioso, el perrito era una monada).

Y sí, tienes toda la razón del mundo, en vez de sacarse tanta titulación de la manga podían aclararse un poco.

A ver si al menos el plan BOlonia ese que no sabemos de qué va sirve para que se aclaren.

Sobre el otro punto: el miedo al fracaso. Ahí soy una experta. No voy a hacer cuenta atrás, pero podrían ser muchas las cosas que he dejado de hacer en mi vida por miedo al fracaso. Como por ejemplo no presentarme a éxmanes después de haber estado estudiando. Pero poco a poco ese miedo se va superando, tal vez no del todo, pero sí ligeramente.

Yo fui una de las que te ha dicho que te animaras a intentar escribir en alguna columna de periódico o algo así. No sé si Rogorn estará por ahí, pero también va para él. Me encantan los comentarios que hace en su blog. Tiene una manerta de escribir que resulta super natural, y hasta te entran ganas de ver la serie de la que te está hablando.

¿Miedo al fracaso en la escritura? ¿A no valer? Ahí tengo mínima experiencia, pero alguna tengo. Te cuento como comencé yo a esto de mirar blogs y hacerme el mío propio, cutre pero mío. Hace un par de veranos vi unos capítulos de la serie de YSB (cuando ya llevaba un año la serie). La serie era un tostón, pero entré en el blog y me encontré con gente fantástica: "las chicas", les tengo mucho cariño. Lo dicho, veía trocillos de la tosto-serie en youtube para comentarla con ellas en el blog. Y al final les puse mis propias versiones que iba escribiendo, lo que luego supe que llamaban FIC. Cuando acabó el verano ya no nos dejaban publicar ciertas cosas (versiones nuestras, por ejemplo): empezó la censura, sobre la que protestamos incluso con huelga de comentarios. Nosotras que somos así de reivindicativas :-).
Al final me animaron a hacer mi propio blog donde ponerles las historietas "rosa fucsia" que me inventaba. Yo ni sabía qué era eso de un blog. (Es que lo mío tiene delito, hija). Y nada, ahí sigo con mis historietas a paso de caracol, con unos personajes inventados y a mi aire. Después de este petardo lo que te quería decir, sobre el miedo al fracaso, es: durante este tiempo le he cogido gusto a escribir, a la par que miedo. Es algo que hago porque quiero, porque me gusta, y no porque lo tenga que hacer. Es algo que la gente de mi alrededor no entiende mucho. Ser una alumna desaventajada de Corín Tellado (que no sé lo que escribiría la señora) no queda bien, seamos francos. El rosa es un "género" bastante degradado. He estado a punto de dejarlo, de dejarlo porque no soy buena, porque sé que nunca escribiré nada que merezca la pena y, lo cierto, es que no niego que me hubiera gustado. Disfruto "dándole al fucsia". No valgo para escribir, para publicar algo, pero disfruto con ello. Y las chicas me animan a seguir, a ellas les gustan las historietas y me animan a no dejarlo.

Además, si no fuera por el rosa no me habría aficionado a internet, no hubiera "conocido" a las chicas, no habría entrado en el blog de Rogorn, en el tuyo, en el de María Jesús (Sra de Zafón), en el de Juan, en el de Elvira... Le debo mucho al fucsia.
Cada vez que leo algo de lo que escribís vosotros lo mío me parece una porquería. Lo vuestro parece tan natural... y a mí una simple hoja de historieta me lleva horas y horas de esfuerzo, de repaso, de alternativas... Puede que lo mío no llegue a más que una simple y mera afición, como el que colecciona algo, pero me ha dado muchas satisfacciones y me ha permitido leer otras opiniones, otras perspectivas.

Ese es "mi" caso, tú no dejes de intentarlo por el miedo miedo a fracasar, a que te digan que no vales. Si no lo intentas no lo sabrás y creo que eso sería peor que el fracaso: el no intentarlo. Yo te animo a que lo intentes. Si lo logras seré la primera en felicitarte. Si no lo logras, cosa que está por ver, la primera en darte ánimos.
No dejes que el miedo al fracaso te coarte en algo que te gusta. Inténtalo. Es mi consejo.

Perdona el rollo que te he soltado. Que empiezo y soy incapaz de parar.

Sólo muchos ánimos: con el curro y con aporreo de teclas.

Besos

Katha dijo...

la pesada de nuevo.

Que había pasado por alto la últina parte de tu entrada, la más importante.
¿Miedo al éxito? Como te dice Rogorn: del éxito se baja y del fracaso se sube.

Yo insisto en que, si de verdad te apetece, lo intentes.

Lenka dijo...

Katha, cómo me suena todo lo que me cuentas. Elegí mi carrera por vocación y en estos años todo ha sido fiasco tras fiasco. Ya me lo advertía mi tío, el educador (el que me inspiró para elegir profesión): "te quemarás antes con el sistema que con las personas para las que curres". Qué razón tenía.

Y, para seguir con la tradición, el último fiasco ha sido esta mañana. Como explicaba en mi entrada, mi ayuntamiento pide Educadores, pero no pueden ser Educadores. Trabajarán tres años como Educadores y supervisarán a otros que sí serán Educadores, aunque sólo durante un año. Bien, es lo que hay, así que iba a solicitar ese puesto de un año. Pero leí la letra pequeña. Y la conclusión es:

Para un puesto de tres años tengo la experiencia y el nombre de la profesión pero no el título necesario (por exceso o por defecto). Para el puesto de un año tengo el título adecuado y el nombre de la profesión, pero me sobra experiencia. No quieren a nadie que haya terminado la carrera hace más de cuatro años ni trabajado más de dos, porque es un contrato en prácticas.

Es decir, que mi ayuntamiento busca Educadores Sociales para dos tipos distintos de puesto, y, siendo Educadora Social, no puedo optar a ninguno. Pero no imporrrrrta, total, una más. Ya estoy acostumbrada. Si algo aprendí de mi antiguo pesimismo es a no sorprenderme de que los reveses aparezcan, y si algo aprendí de mi nuevo optimismo es que siempre saldrá algo mejor.

Ya ves, Katha, somos muchos los que andamos siempre en la cuerda floja y sin encajar en ninguna parte. Lo que más jode es eso que comentas, que venga un imbécil y te diga que lo que tú haces puede hacerlo cualquiera. Qué bien. Pues entonces podías haberte metido mi carrera donde yo te diga, en lugar de formar a generaciones de personas para condenarlas al paro. Tiempo y dinero que me habría ahorrado si llego a saber que mis conocimientos son inútiles y que no hacía falta estudiar para aprenderlos. Me hubiera afiliado a algún partido, habría tragado lo que hubiera que tragar y lo mismo ahora sería una incompetente más con despacho y responsabilidades, cobrando un buen sueldo por decirle a personas capacitadas cómo hacer su trabajo sin tener yo puta idea. (Jejejeje, y lo peor es que no me lo creo ni yo, menos mal que para ser un crápula y un unútil también hay que tener madera. Y poca vergüenza. Y yo tengo mucha).

Sobre lo de escribir... te contesto a ti y a todos. No es algo que se elija ni se pueda dejar, me temo. Supongo que les pasa lo mismo a los que pintan, a los músicos, a cualquiera que sienta la NECESIDAD de expresar algo de alguna manera que se convierte en mucho más que un pasatiempo o una afición.

Lo de menos es si eres bueno o malo, si vales o no. Si quieres escribir, si necesitas escribir, lo harás. Nada ni nadie podrá impedirlo. Y, obvio, desde la primera línea, desde el primer personaje que se te materialice, desde la primera historia que te bulla dentro, serás escritor. Puede que nunca vivas de ello, puede que ni quieras vivir de ello. Puede que toda tu vida escribas para tus amigos, o para ti mismo, o quizá ganes el Premio Planeta, es igual. Eres escritor.

Puede haber miedo al fracaso, o al éxito. O simplemente una enorme timidez. Yo no soportaba la idea de que leyeran algo mío. Podía escribir en público sobre mi vida y mis pensamientos, incluso sobre cosas íntimas, pero siempre sentí un pavor patológico a mostrar la parte imaginaria. Como si me pareciera más reveladora que la real. No entiendo la razón, ni yo misma la sé. Ni me lo pensé a la hora de crear este blog, pero tuvieron que insistirme mucho para que colgara en él algunos de mis cuentos, eso me aterraba. Cuando tenía el grupo de teatro escribía las obras, pero el apartado de "autor" lo rellenaba con los nombres de todo el grupo, hasta que mis compañeros me obligaban a rectificar.

Sé que puede parecer que busco el elogio y la adulación, pero no es así. Es más, estoy convencida de que escribo bien. Todos tenemos un talento (hay quien tiene muchos!) y el mío es ese. El que considero mejor. No soy la mejor escritora del mundo mundial, quizá ni siquiera la mejor de mi barrio, pero soy buena. Me gusta, se me da bien. Y entiendo perfectamente que mi forma de escribir puede encantar a unos y horrorizar a otros, es cuestión de gustos y todos respetables. Cuarenta editores podrían decirme: "no me gusta lo que haces" y yo seguiría pensando: "a mí sí, y pienso seguir haciéndolo". También tengo claro que todo se puede mejorar y que tengo mil cosas que aprender y pulir. No me molesta que me las digan, tomo nota, medito y aprendo.

Soy tan segura e insegura como cualquier persona normal. Pienso que valgo, pero veo mis fallos. Repaso lo que escribo y unas veces me gusta más que otras. Sería genial gustar y triunfar, pero tampoco es la meta. Escribir es una meta en sí misma, al menos para mí.

Por qué el miedo entonces? No lo sé, de verdad que no. Sé que siento una vergüenza espantosa cuando me dicen que hago algo bien. Me alegro íntimamente, claro, es estupendo para la autoestima, pero también lo paso realmente mal. Y de nuevo no es por falsa modestia, de verdad que creo que escribo bien. Quizá es que me asusta la idea de volverme una engreída, una pedante, qué sé yo. Quizá es que las manifestaciones artísticas parecen llevar de la mano un cierto exhibicionismo que me asusta. Y claro, cómo se puede ser pintor o escritor, o actor, sin exhibir lo creado? No se puede. O sí. Se puede si lo reservas para ti, o para un pequeño número de personas. Igual es que así me siento menos egocéntrica. Me horroriza el protagonismo, a lo mejor eso es totalmente incompatible con mi afán por escribir.

Ya veis que me habéis hecho pensar un montón ;)
Besos a todos!

Rogorn dijo...

Por alusiones: A mí me tiende a no gustar cómo escribo. Sí mis ideas, pero no tanto lo que se llama el estilo. Hay veces que leo algo mío años después y digo que joé, si no fuera mío diría que de qué habla el colega este. A lo que llego le doy muchas vueltas, y si algo acaba quedando medio inteligible es porque lo cogí una semana más tarde y corregí lo que ni yo entendía.

Lo que más envidia te va a dar de Lenka es que no sólo le sale así, sino que le sale así a la primera. A la tía canalla.

Por cierto, a ver esa nueva remesa cuentos. Que ya tardan!

Lenka dijo...

Me sale así, y me sale así a la primera, es verdad. Ni me cuesta trabajo ni sé lo que es un borrador, ni suelo correjir. Ojo, a veces sí, eh? Sobre todo porque empiezo miles de historias más de las que acabo, y algunas se quedan muertas de risa años hasta que un día doy con ellas, releo y pienso: "coñe, y cómo se supone que iba a seguir esto?" o bien "ah, sí, esto tenía que seguir por allí, pero no me da la gana, creo que es mejor por allá", con lo cual, en ambos casos, el resultado no tiene nada que ver con la idea inicial.

Ideas se me ocurren tantas al cabo del día que es desesperante, porque no tengo tiempo para escribirlas todas. Además es que se me suele ocurrir la historia entera. Que luego la plasme tal cual o que vaya mutando hasta algo totalmente distinto, eso nunca se sabe. Pero venir viene entera y aparece por cualquier cosa, una frase, un nombre, una escena, un sueño, un trozo de conversación en el bus... Después, sobre el papel, aparecen más ramas, más personajes y todo se complica, o no. Hay historias que cuesta más contar con palabras (algunas son pura imagen) y otras que salen sin un tropiezo. Y hasta las hay que se escriben solas, te sientas ante las teclas y tecleas, y de pronto, sin una sola idea previa, acabas de parir a unos personajes con nombre e identidad que han contado algo. Y lo flipas. Estas veces son las menos, conste.

No, no me cuesta, es cierto. Para mí es algo natural. Y sí, creo que se me da bien, que tengo esa facilidad. Pero eso no quiere decir que me guste todo lo que escribo. Qué va. Es más, creo que a ningún escritor le gusta, que siempre tienes la sensación de que podías hacerlo mejor, de que había mejores palabras, mejor forma de expresarlo todo, una mejor forma de contar la historia, y mejores historias, que los personajes podrían estar mejor dibujados, y mejor matizados, que tu estilo podría ser muchísimo mejor, en fin, puede que te guste medianamente el resultado (incluso mucho), pero siempre, siempre, siempre estás seguro de que podría haber salido mucho mejor. Lo cual está bien, porque te garantiza que siempre seguirás escribiendo.

Lal dijo...

Len!! muchísima suerte y a por ello, claro que sí.
Y permíteme decirte que los fracasos tienen una orden de alejamiento, no los veo cerca de tí.

Katha dijo...

Siento mucho lo del curro Lenka. ¿No hay alguna manera de reclamar o hacer valer tu título? ¿tenéis algún colegio de titulados o algo?
El problema de la mía es que no tiene colegio.

Rogorn,
Pues a mí sí me gusta como escribes, ya te digo que dan ganas de ver las series que comentas. Algún día veré en youtube algo de Mad Men, la que comentaste aquí hace poco, el problema es que en unos minutos caeré "en coma". El pitufo es incansable, pero yo no...

Y sí, si a Lenka le sale a la primera es para deprimirme, pero como ya he dicho, es una etapa que estoy superando. Puede que no sea buena, que no se me dé bien, pero es como una pequeña adición que no puedo dejar, ni quiero, ni hay motivo por el que hacerlo.
Sobre lo de contarlo... ¿Tú crees que yo me atrevía a decir que le daba al fucsia? Me costó tiempo empezar a decirlo en mi "cículo íntimo". Al principio alguna risilla, velada o no. Un par de amigas leyeron una o dos historietas, no más. Ahora he empezado a decirlo, no en "voz alta", pero lo cuento sin problemas. Al que le parezca bien divino, al que no, no me importa.

¿Sin borrador? Yo tengo revisión tras revisión. A veces puedo cambiar una frase un montón de veces, o una simple palabra hasta que encuentro la que me gusta, con la que me quedo medianamente satisfecha.

Yo insisto en que lo intestes. Aprovecha tu talento.
Dices que todo el mundo tiene uno... yo sigo buscando el mío, aunque al paso que voy no lo encuentro :-)

Un saludo

Guaja dijo...

Que faena lo del cuuro, Le. Pero estoy segura de que ha sucedido asi por algo. No me pidas que te lo explique, no sabria, pero eso no era para ti.
Va a llegar algo bueno, como llego el Bicho, como la "nueva Lenka", como tus cuentos.

Lenka dijo...

Juas, Lala, una orden de alejamiento, me troncho!!! ;)

Katha, ese viene siendo el mayor problema: nosotros tampoco tenemos colegio profesional en mi comunidad autónoma. Llevamos años dando el coñazo con el tema y sí, de vez en cuando nos reciben personalidades y tal. Las últimas noticias dicen que para el 2.010. Será verdad?

El talento, el talento, quién decide eso del talento? Además, talento para qué? Para aporrear teclados, para pasarlo bien, para expresarse, para entretener a los amigos, para publicar, para que te den un premio Planeta? Depende de lo que quieras y hasta dónde. Yo creo que tengo talento hasta cierto punto. A partir de ahí... qué sé yo. Para un Planeta?? Juas, lo dudo. Y lo mismo sí y yo aquí muerta de risa. Y lo mismo no, y no pasa nada, ganar un premio literario sería de coña, pero no está entre mis prioridades. Ni siquiera publicar, realmente. Podría hacerlo? Ni idea. Lo mismo en ochocientas editoriales me mandan al cuerno y en otra me consideran maravillosísima. Lo mismo consigo un best seller que no me como un rosco. Tendría que intentarlo para saberlo.

Y, en realidad, pasara lo que pasara, seguiría escribiendo. Incluso aunque todas las editoriales del mundo me dijeran: "que no, tía, que no", escribiría igual, porque no lo hago para ellas. Lo hago para mí, porque me gusta, lo necesito, me da la vida. Y si los únicos que me leen algún día son mis nietecitos y deciden usar mis historias para encender la chimenea, pues lo mismo da. Yo disfruté creándolas sin más.

Y es que eso del talento... siempre tiene que decidirlo alguien, y para gustos... no sé, hay por ahí escritores considerados joyas de la literatura, y algunos me aburren hasta dormirme. Otros son casi desconocidos y me emocionan. También hay mucho snob, mucho cultureta, y también mucho ladrillo con ínfulas de genio, mucho genio lleno de modestia y sin muchas aspiraciones... qué sé yo. También hay enchufados, y mercenarios, y auténticas eminencias. De todo hay.

Si yo fuera editora no habría pasado nunca de la tercera página de cualquier libro de Lucía Etxebarría, o de Zoe Valdés, por ejemplo. Si mi amiga Menchín fuera editora, no sabríamos quién es Stephen King. Y a muchísima gente le encantan esos autores.

Y es que pasa con todo. Yo no financiaría la mitad de las pelis que se ruedan. Jamás habría puesto a Penélope Cruz o a Tom Cruise delante de una cámara (ni a tantos otros!) A más de un pintor le haría tragar sus borrones. Y no es increíble que Van Gogh muriera en la miseria??? Pues en el fondo da igual, porque hay gente que considera que Penélope es una gran actriz, que disfruta con los borrones de muchos pintores y que ve las obras de Van Gogh y ni frío ni calor. Así que no te deprimas con eso del talento, porque es muy relativo. Se trata, creo, de que disfrutes con lo que haces. Y el mundo que diga misa, para bien o para mal.

Jejeje, Guaja, no, si ya lo sé yo que esto no era para mí y que ya vendrá algo mejor. Hago mis deberes de optimismo puntualmente. Seguro que si llego a poder presentarme no apruebo, o me toca un jefe imbécil, o un curro espantoide en una oficina con goteras, y, para más inri, se me escapa el trabajo de mi vida por un curro de eventual de tres al cuarto. Hombre ya! Que no, que no, que está claro que esto tampoco era.
;)

Io dijo...

Yo creo que escribes muy bien, Lenka.

Algún día, cuando menos te lo esperes, alguien se dará cuenta, uno de esos "alguien" que tienen llaves para abrir puertas.

Un besazo, guapa!.

Lenka dijo...

Muchas gracias, Io!!! Otro beso para ti!!

Katha dijo...

Hola,

Pues yo, por más que me la recomendaron, fui incapaz de acabar "La Pasión Turca" de Antonio Gala. A la mitad del libro me aburría soberanamente y empecé a leer páginas aleatoriamente, me resultaba más divertido leer 2 o 3 páginas e imaginar lo que podría haber pasado que leerlo. Al final hasta eso me aburría y pasé directamente a las últimas hojas.

Además, creo que debo de ser una de las pocas personas del planeta a la que las descripciones de Tolkien se le hacen insufribles.

En cuanto a qué sería el talento referido a la escritura, yo no lo definiría en términos de libros editados o premios conseguidos, que a veces podrían tener nombres y apellidos, como los puestos de las oposiciones. ¿Qué sería para mí el talento entonces? Se lo comentaba hace poco a María Jesús: pintar con palabras, emocionar con palabras, llegar al alma del lector, despertar su imaginación, hacerle soñar, reír, llorar... Para mí eso sería mucho más importante que el premio Planeta, del que he oído lo antes comentado, no sé si con fundamento o no.

CHAO.

Rogorn dijo...

El secreto peor guardado de los Tolkienianos, Katha, es que todo el mundo se salta las descripciones, sobre todo de árboles. Bueno, igual Lalaith no, pero cada loco con su tema. Así que bienvenida a la Orden. El primer paso es reconocerlo, jeje.

Lenka dijo...

"debo de ser una de las pocas personas del planeta a la que las descripciones de Tolkien se le hacen insufribles".

Cómooorrrr??? Jajajaja, sí, claro, una de las pocas... seguro!!!
Como bien te ha dicho Rogorn, y yo te lo confirmo, NADIE soporta las descripciones de Tolkien. Son un peñazo total. Mira que yo de chavalina leía cualquier cosa, ehhh?? Pues con Tolkien me costó un huevo de pato, había trozos que se me atragantaban del todo.

Recuerdo que mi pandi del instituto decidió leer El Señor de los Anillos (algunos releerlo, de paso) en el verano de 1º de Bup. En la playa. Todos en las toallas tiraos y haciendo carreras, a ver quién acababa antes (nunca tuvimos la espalda más morenita) Pues siempre se oía en algún momento a los que ya lo habíamos leído salmodiar de repente algo como: "blablablala árbol, blablalalbla seta, blablablabla pedrusco, blablablablabla..." y pasar esas descripciones a toda pastilla. Los primerizos se enfadaban: "eso no valeeeeee!" Y nosotros: "ya llegaréis, jejeje"

Los frikis de Tolkien somos legión, pero sólo unos pocos elegidos son capaces de tragarse todas las descripciones de ese hombre, Katha, te lo aseguro. Los demás, nos las leemos por encima, o las saltamos directamente (depende de cuántas veces lo hayamos intentado ya, jajaja) Y, vamos, apostaría lo que fuera a que las nuevas generaciones (los chavales que hayan visto primero las pelis), sabiendo ya de qué va la historia, vamos, esos se van directamente a buscar las batallas. Fijo!!!
;)

Katha dijo...

Hola,

Yo leí El Hobbit y claudiqué. Las descripciones de las legiones de orcos no me interesaban lo más mínimo y las batallas tampoco mucho más. Me leí ese, enterito eso sí, y decidí pasar del resto de la saga.

CHAO